Capítulo 8: La Fiesta 1

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Hugo

Todavía no entiendo porque Lucía salió corriendo anoche luego de aquel beso. Tampoco voy a pedirle explicaciones no quiero incomodarle.

con lo bien que la estábamos pasando

Por lo menos accedió a venir conmigo a la fiesta que dará Charlie, mi mejor amigo de la universidad. Desde que la dejé para venir a vivir aquí no lo he visto. Anoche justo después de que Lucía se marchará me llamo para contarme de la fiesta que iba a dar en su casa como despida de soltero. No puedo creer que vaya a casarse. ¿Quién se casa con 21 años?. Sólo el hecho de casarse me suele parecer extraño. Tienes que amar mucho a una persona como para que eso suceda. Me contó que daría la fiesta junto con su novia para no hacer celebraciones aparte.

Busco dentro de mi armario algo cómodo para ponerme. A fin de cuentas es una fiesta y voy a ir a bailar y emborracharme.

eso último no, recuerda que vas con la pequeña acosadora

Cierto, hoy más que nunca voy a cuidarla y no cometer ningún error para que no salga corriendo.

Termino poniéndome unos jeans y un suéter negro. Tomo mi celular y las llaves del auto que están encima de la mesita de noche. Ya estoy listo para ir a buscar a la pequeña acosadora. Le envío un mensaje diciéndole que ya voy en camino mientras conduzco hasta su casa. Al llegar me bajo del auto y la llamo al celular. Espero casi diez minutos en el portal de su casa.

porque las mujeres se tardan tanto en arreglarse

La veo salir y me quedo perplejo de lo hermosa que está. Tiene una blusa negra corta algo pegada al cuerpo. Una falda del mismo color estilo colegiala y unos tacones altos.

esa falda está haciendo que tengan pensamientos muy sucios

Como siempre lleva sus rizos totalmente sueltos que le llegan por debajo de la cintura. Un lugar que estuve privilegiado de haber tocado ayer y fue la mejor sensación del mundo. No sé cuánto tiempo estuve allí mirándola sin soltar ni una sola palabra.

—Ya nos podemos ir o vas a seguir babeando mi portal—me suelta descaradamente.

esta niña me encanta

Nos subimos juntos en el coche para tomar rumbo a la ciudad, a casa de Charlie. En el camino vamos hablando de su playlist favorita y de algunas recomendaciones que le estuve dando acerca de buena música. Ella iba maquillándose porque según ella no le di suficiente tiempo.

vez, las mujeres son tan difíciles

Cuando llegamos nos percatamos de que era una fiesta muy concurrida. Apenas son las 9:00 pm y ya hay dentro un montón de gente. Charlie tiene una casa enorme, sus padres son abogados y ganan bastante dinero. El estaba estudiando gestión de empresas y cuando yo comencé en la universidad nos conocimos. Es un año mayor que yo y eso me a ayudado bastante. Lástima y dejé mi carrera al mudarme, me estaba yendo de maravilla. Antes de que ocurrieran todas las demás cosas.

Nos adentramos a la casa y había mucha gente bebiendo. Otros bailando en cada rincón. Gente besándose y quiero creer que todo lo demás que veo me lo estoy imaginando.

ya quisieras estar haciendo tú eso con Lucía

Es cierto pero no, me mantengo al margen. Hasta que ella me pida lo contrario.

Logro divisar al fondo a mi mejor amigo y a su futura esposa. Están con algunas personas que se me hacen conocidas. Pero de camino a ellos hay muchas personas, no quiero perder a Lucía y la tomo de la mano inconscientemente. Eso hace parecer que somos una pareja y mis amigos no dudan ni un segundo en tomar esto como tema de burlas.

—Pero si mira quien está aquí el casanova y por lo visto trae ya a su próxima víctima—al escuchar solo me preocupé en mirar a Lucía que lo único que hacía era reírse.

eso me alivia

—No es una víctima Charlie, se llama Lucía.

—Mucho gusto Lucía, soy el mejor amigo y amor de la vida de tu novio.

¿novio?

Es un gusto, no sabía que él tenía a alguien más aparte de mi.

Y nuevamente su reacción me tomo de sorpresa. Esta niña sabe cómo hacer que me quedé sin palabras. No sabía que ella podría considerarme como un novio. Tendré eso en cuenta para más tarde.

—Ya veo que la mudanza te favoreció mucho. Bueno ya te diste cuenta hay bebida en todos lados, por allá está la piscina y disfruta de la buena música.

—¿Piscina? na no creo que llegue a ese punto.

—Ya lo veremos.

Tomo la mano de Lucía y me dirijo hasta la barra para pedir algo de beber. Mientras camino saludo a exs compañeros de la uni. Ya en la barra observó que hay todo tipo de bebidas, pero me decido por una cerveza para estar tranquilo. A fin de cuentas tengo que estar bien para vigilar que nada le pase a Lucía.

—Ponme a mi un whisky.

—Espera qué, estás loca—le digo sin creer lo que acaba de pedir.

—Para tu información ya soy mayor de edad y puedo tomar lo que yo quiera—es verdad—Además tu no me puedes ordenar que hacer o qué tomar.

—Que no se te olvide que hoy soy tu novio, tengo derecho a muchas cosas—al escuchar eso ella se limitó a sonreír y tomar de una su vaso con whisky.

—¿Qué tipo de derechos?—pregunta con una mirada pícara en sus ojos.

—Muchos que iremos averiguando a medida que pasen las horas.

—Ok, pero ahora vamos a bailar.

Dijo eso bebiendo otro shot y arrastrándome con ella hacía un rincón para poder bailar. Pasamos un buen rato bailando y bebiendo una cerveza tras de otra. Ella tomaba y yo solamente la miraba sin decir una sola palabra. El ambiente comenzó a tornarse caliente.

yo más bien diría muy hot

Lucía comenzaba a bailar con mucha sensualidad. Con cada paso que daba me pegaba un poco más a ella y pasaba mis manos por todo su cuerpo dejándolas descansar en su cintura. Se dio la vuelta quedando de espaldas a mí, mientas ponía mis manos sobre sus senos.

esta niña está muy borracha

Y comenzó a mover la parte de abajo de su cintura contra mis partes bajas. Cada vez que se movía hacía que mucho calor subiera por todo mi cuerpo. Lo estaba disfrutando mucho pero mentalmente sabía que iba a terminar mal. De repente sin decir una sola palabra se giró hacia mí y me estampo un beso. Al cual por un instante no supe reaccionar de la sorpresa, pero le seguí sin ningún problema.

Nuestras lenguas jugaron con fuego durante un rato. Beso tras beso subía más la temperatura. Era como si no hubiera nadie a nuestro alrededor, lo cual no era así. Y sentía como cada parte de mi cuerpo se estuviera elevando de la adrenalina. Literalmente, noté como el bulto dentro de mis pantalones estaba teniendo una llamativa erección. No podía dejar que nadie y mucho menos ella me viera así. Sin más mientras profundizamos el beso la guíe sin darse cuenta a la piscina. Y me lancé sin importar lo fría que estuviera.

necesitaba bajar eso  de alguna manera

necesitaba bajar eso  de alguna manera

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