Capítulo 37: Besos Bajo La Lluvia

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Lucía

Me gustan los días nublados, el sonido de la lluvia, el olor que desprende y ver gotas caer por las ventanas. Es el día perfecto para no salir de casa y ver películas con alguien, mientras comes algunas botanas.

por suerte, tengo ese alguien

Aún no llueve y me encuentro a mi misma sentada en la ventana esperando que algo pase como niña pequeña. La última vez que llovió en el pueblo recuerdo que me encontré con Hugo en el bosque, mientras tocaba su guitarra.

y te robó tu bicicleta

Como olvidar ese detalle tan importante. De no ser por eso al otro día no volvería a verle, ni el sabría cómo me llamo luego de hacerle correr por toda la calle. Aún recuerdo las primeras veces que hablamos y lo mucho que odiaba que me dijera pequeña. Ahora adoro que me diga así y no me imagino no escucharle decirlo.

—Los días nublados te ponen melancólica pequeña—es como si hubiera leído mi mente—¿Qué haces en la ventana?

—No sé, espero a que llueva y estoy aburrida la verdad.

Se acerca caminando despacio, hace días no a querido usar la silla de ruedas. Es demasiado necio y prefiere gastar energías. Su pelo cada vez más va desapareciendo y la verdad que no me molesta. Pero el no se siente bien viéndose así y me aflige. Trato de distraerlo lo mejor que puedo para que no piense tanto en su enfermedad, pero es imposible. Tampoco hemos salido mucho, nos pasamos todo el día en la casa con Luna o en las quimioterapias que son su único escapé para salir de éstas cuatro paredes.

—Sabes que siempre e querido hacer algo que mis padres nunca me dejaron de pequeño.

—¿Tener dos perros?

—Ya tenemos uno y creo que es mejor así, Luna no está preparada para tener un hermanito.

—¿Qué no te dejaban hacer? Señor libertinaje.

—Jugar bajo la lluvia—sonó como una propuesta de un niño pequeño.

—No crees que estamos muy grandes para jugar—se ríe.

—Mi Hugo pequeño se hubiera ofendido—no lo dejé seguir.

—¿Y que quiere el Hugo mayor?

Me miró como si le hubiera hecho una propuesta indecente en ese momento.

—Besarte bajo la lluvia—paso sus dedos por mi rostro—Quisiera llegar a más, pero no quiero darle un espectáculo a nuestros vecinos.

—Serás pervertido.

—Soy tú pervertido.

Como si alguien nos mandará una señal del cielo, escuchamos como comenzó a caer la lluvia. Miré directamente a Hugo y sus ojos brillaban de la emoción. Sé que puedo pescar un resfriado si me mojara con la lluvia, pero me prometí a mí misma hacerlo feliz y cumplir su caprichos.

luego me arrepentiré de esto

Tomé su mano guiándolo hasta fuera de la casa, dejando las llaves sobre la ventana. Al salir al pasto, sentí como gotas fría comenzaban a golpear mi cuerpo y a empaparme al instante. Mi ropa se fue pegando a mi cuerpo y mis rizos se empezaron a deshacer por el agua.

Pequeños charcos se formaron sobre el pasto y en algunos rincones de las calles. Hugo comenzó a saltar en uno frente a mí llenado su cuerpo y el mío de tierra. Estaba viendo en él una versión que no me había mostrado. Un Hugo de cinco años, que nunca había hecho algo así y lo estaba disfrutando.

Me acercó a él y sentí como nos ensuciamos de tierra los dos. Puso sus manos en mi cintura y pego su frente con la mía. Dejándome tener cerca sus electrisantes ojos azules. Unos ojos que me vuelven loca y desprenden seguridad cuando te miran.

—Te amo pequeña.

No es la primera vez que lo escucho decirme esa frase, pero cada vez que lo hace me siento en las nubes.

suena demasiado cursi

Pero no me había sentido tan bien con alguien, como lo estoy ahora con él. Cada día me da más miedo perderlo y saber que en cualquier momento ya no va a estar.

—Yo te amo más mi guitarrista favorito.

—Soy el único que conoces.

—No es cierto, olvidas a mi padre.

—Verdad, mi suegro también lo era. Tengo que agradecerle un día.

—¿Qué?

—Que creará a un ser tan especial, maravilloso y hermoso como tú—me dieron ganas de llorar sus palabras.

—Pues se lo dices cuando vengan a vernos.

Aún tengo la esperanza de que mis padres puedan tomar un descanso de su trabajo, para poder verlos y pasar tiempo juntos. No los veo hace mucho y ya los extraño demasiado.

—Lo haré.

Me besa dulcemente y quisiera que ese beso durará para siempre. Que sus labios y los míos no dejarán de juntarse. Es un beso bajo la lluvia que jamás voy a olvidar aunque pasen los años y no estemos juntos.

 Es un beso bajo la lluvia que jamás voy a olvidar aunque pasen los años y no estemos juntos

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