Capítulo 26: Casa De La Playa

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Lucía

La casa es maravillosa, sin contar las vistas. Los padres de Malena habían mandado a remodelar está casa, así poder disfrutar de ella en vacaciones. Realmente quedó increíble, subo las escaleras que dan a la puerta de entrada. Ya dentro de esta me doy cuenta que estoy en presencia de una persona con mucho presupuesto. Cada detalle es muy lujoso y veraniego.

Dejo mis maletas en las escaleras que dan a las habitaciones y camino para salir a la parte trasera que da hacía el mar. Fuera hay una mesa con un hermoso jarrón de flores violetas. El mar está calmado y hay bastante sol. Escucho a alguien detrás de mí, giro mi cabeza para percatarme de que eran Noah y Malena.

—Esta casa es de locos. ¿Acaso eres millonaria?—terminando su pregunta comienza a reírse.

—No es para tanto.

—Son solo lujos que puede permitirse—miro al pelirrojo—Ella es de la realeza.

—Oh no lo sabía. Su majestad—hace una reverencia.

Nos reímos a carcajadas de las ocurrencias de Noah. Estuvimos un rato viendo televisión hasta que llegara Lucas. Al parecer su entrenamiento no demoró mucho, apenas habían pasado dos horas y lo vi llegar por la puerta.

—Menos mal y no me perdí en el camino—dice el pelinegro a mi lado en la cocina—¿Qué preparas rizitos?

sonó muy cute lo que acaba de decir

—Unas malteadas. ¿Quieres?

—Obviamente, tengo mucha sed. ¿Dónde esta Malena?

—Haciendo lo que mejor se le da, organizar su clóset lleno de ropa.

—Apenas y es un fin de semana nadamás.

—Se ve que no la conoces.

—Subiré a por ella.

En el camino se encontró con Noah que estaba jugando videojuegos con la consola que había en la casa. Al parecer olvidó por completo su objetivo y se dispuso a ganarle un juego al pelirrojo.

Al terminar les entregué sus malteadas y subí a la habitación para llevar la de Malena junto a la mía. En la casa solo habían dos habitaciones, lo que quería decir que supuestamente yo dormiría con Malena y los chicos juntos.

Pero tú y yo sabemos que Malena y Lucas se traen muchas ganas. Puede que pase algo está noche.

—Se puede—digo antes de entrar a la habitación.

—Claro pasa.

—¿Qué haces?—pregunto intrigada al ver la cantidad de bikinis y ropa que hay tiradas encima de la cama.

—Escogiendo un modelito para esta tarde.

—¿Cuál es el plan?

—Una fogata en la playa a la luz de la Luna.

—Suena demasiado romántico como para estar ahí presente.

—Claro que no tonta, solo que disfrutaremos un rato todos juntos y luego tú y Noah me darán un momento a solas con Lucas.

—Y cuando pensabas contarme eso—digo cruzando los brazos.

—Justo ahora—se ríe—Además tengo un bikini perfecto para tí.

Saca de una bolsa un bikini extremadamente pequeño pero super bonito en azul. Realmente es hermoso, pero no puedo ponerme eso, no delante de los chicos.

—Te lo vas a poner—dice como si estuviera leyendo mis pensamientos.

Mi amistad con Malena llegó al punto en el que no hacen faltas palabras para saber qué estamos pensando. Simple lo sabemos, como si fuera un instinto.

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