Capítulo 5: Fuegos Artificiales En La Playa

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Lucía

Realmente iba muy concentrada mirando la carretera mientras escuchaba mi playlist favorita de fondo. No tenía ni la menor idea de a dónde me estaba llevando Hugo hasta que empezamos a cruzar un puente que se me hacía muy familiar. Era el puente que daba a mi playa favorita. A la que siempre venía con mis padres de pequeña.

Me pone triste pensar que solo tengo lindos recuerdos con ellos de pequeña. En mi adolescencia han estado muy ausentes. No los culpo tengo todo lo que necesito gracias a su gran trabajo y dedicación. Que no estemos siempre juntos no significa que no se preocupen por complacerme.

Hugo deja estacionado el auto al final de la calle que está antes de que comience a divisarse la arena. La playa se ve muy hermosa con el reflejo de la luna en sus aguas. Se escucha con más claridad el calmante sonido de las olas y se siente la fresca brisa que brota de la noche.

Me quito mis tenis al instante y comienzo a tocar la arena con mucha añoranza. Llevaba mucho tiempo sin venir a esta playa y la verdad se siente muy bien. Miró mi celular y apenas son las 11:30. Falta poco para mí cumpleaños. Todavía no me creo que Hugo me haya traído hasta aquí.

¿sabrá que esta es mi playa favorita? lo dudo

Después de caminar un rato por ella llegó a la orilla para mojar un poco mis pies. El agua está muy helada a estas horas. Me siento un poco cerca del agua cuidado de que la marea no moje mi ropa.

¿Dónde estará Hugo?

****

Hugo

Llevo media hora buscando en que parte del auto puse los fuegos artificiales que compre para Lucía.

Sí fuegos artificiales.

Siento que no es un gran regalo de cumpleaños. Pero estas cosas nunca se me han dado bien. No soy de preocuparme por nadie, ni de hacer regalos de cumpleaños. Realmente está chica está sacando lo mejor de mi.

Logro encontrarlos en el fondo del maletero y me dispongo a empezar a acomodarlos entre la arena. Ella está sentada algo lejos de mi ubicación. Ni siquiera nota todo el esfuerzo que estoy haciendo para que todo quede perfecto.

11:50 pm quedan pocos minutos para su cumpleaños y yo no logro encontrar la cajetilla para encender los fuegos artificiales.

¡Aquí están!

****

Lucía

Hugo no acaba de dar señales de vida y con tanta oscuridad no logro encontrarle. Ya son las 11:59 pm solo falta un minuto.

*suena la alarma de mi celular*

Felicidades a mí

Digo mientras me vienen muchos recuerdos a la cabeza. En dieciocho años me han pasado cosas maravillosas. Pero estar aquí sentada sin mis padres, ni Malena me pone muy triste.

Secando mis lágrimas poco a poco escucho un fuerte ruido detrás de mí. Al instante se ilumina el cielo con fuegos artificiales. Todo el cielo estrellado lleno de luces rojas y azules. Cuando trato de mirar de dónde salieron aparece Hugo corriendo por la arena.

—Felicidades pequeña acosadora, creo que ya lo de pequeña no podré decirlo.

Al oír eso me entran ganas de darle un abrazo. Todo esto lo a preparado el solo y me sorprende mucho. No imaginé que se procura por mi al punto de hacerme está sorpresa hoy.

—Muchas gracias odioso, no sabes cuánto me a gustado esta sorpresa—le digo y al instante cae una lágrima por mi rostro.

—¿Ahora porque lloras? ¿Es porque te estás haciendo vieja?.

Sus palabras hacen que me olvidé de todo y me ría. Nos sentamos juntos en la arena y nos quedamos mirándonos por un segundo. Es como si el tiempo se detuviera y su mirada y la mía se hicieran una.

Me acerco lentamente y miro fijamente a sus labios. Se ven extremadamente bien. Me dan muchas ganas de besarlo.

y morderlo...

No es hora conciencia.

Pero solo me limito a darle un beso en la mejilla como muestra de agradecimiento por todo. A sido lo mejor que han hecho por mí en mucho tiempo.

Luego de un rato sentados en la arena hablando de películas y canciones. Nos levantamos para subir al coche he ir a casa. El viaje se me hizo mucho más ameno. Hugo es un chico increíble a pesar de haberme molestado mucho al principio. Aún me molesta aveces pero con menos frecuencia, eso hace que lo odie menos.

eso es que te gusta

Claro que no, estúpida conciencia.

En el camino hablamos de la canción que estaba componiendo con su guitarra. Traté de sacarle bastante información pero no lo logré. No me imaginé que Hugo tuviera un lado sensible. Si sabía que tocaba desde el inicio que lo vi con su guitarra en la ventana. Pero me parecía un chico que no tuviera el más mínimo detalle de sentimientos. Se le ve bastante frío e incomprensible. Sigo sin creerme todo lo que a hecho esta noche.

Al llegar al pueblo se toma la molestia de dejarme en mi casa. Mientras me bajo del auto tomo la caja donde se encuentra el pastel que me regaló. El cierra la puerta detrás de mí y me acompaña hasta el portal.

—Espero que te haya gustado la sorpresa—me dice en un tono dulce.

—Ya te he dicho mil veces que amé la sorpresa. Gracias por todo.

Trato de abrir mi puerta para adentrarme a mi casa, cuando le escucho decir.

—No vas a despedirte bien—enserio acaba de decirme eso.

—¿Qué?—digo bastante confundida.

—Te dije despídete bien pequeña acosadora.

No tuve tiempo a reaccionar cuando me di cuenta que sus labios estaban tocando los míos. Dejó caer un suave y dulce beso al cual no se porque no me negué. Fue corto pero necesario, la mejor cosa que podía hacer para cerrar la noche. Su beso dejo mis piernas temblando y no me atrevía a entrar a mi casa. Me quedé ahí en mi portal sin mover un solo músculo.

—Nos vemos dentro de poco pequeña cumpleañera.

Sin más ser marchó y yo me quedé sola a la luz de aquella perfecta noche.

Sin más ser marchó y yo me quedé sola a la luz de aquella perfecta noche

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