Con Su Música

Capítulo 28: La Pelea

Lucía

Me despierto y voy directamente al baño de la habitación de Malena. Al mirarme al espejo parezco un asco, toda la noche llorando a hecho que me vea muy mal. Ni siquiera tengo ánimos de caminar o emitir tan siquiera una palabra. Ya casi es hora de que nos vayamos de la casa. Los chicos se están vistiendo y empacando sus cosas. Al parecer me levanté demasiado temprano y ya tengo todas mis cosas arregladas. Ni siquiera he mirado en mi celular que hora es. Sólo me preocupaba verme un poco menos mal de lo que estoy.

Lo tomo de encima de la mesita, ya son las 9:00 am. Tengo muchas llamadas y mensajes de Hugo.

ya se sabrá que se todo lo que pasó

Bajo las escaleras y me encuentro a Malena en la cocina preparando el desayuno. Sin ánimos me tiro sobre el sofá y me limito a ver la televisión hasta la hora de irnos. Todavía no se cómo voy a enfrentar todo lo que está pasando. Ni siquiera tengo ánimos de hablar o discutir todo lo que sucede con alguien. Es como si todo dentro de mi haya quedado neutralizado.

—¿Quieres desayunar?—me pregunta Malena a lo que digo que no con la cabeza—Debes comer Lucía.

No hago el mínimo intento de mirarla, sinceramente no tengo apetito. Los chicos bajan las escaleras y Noah se sienta a mi lado. Por un segundo siento como su mirada pesa encima de mí.

—¿Cómo te sientes?—pregunta y no le respondo.

—Ni lo intentes, la conozco y no va a soltar una sola palabra—dice Malena al fondo.

Me mantengo en mi lugar mientras los chicos recojen las cosas. Me da gusto que hayan entendido el hecho de que necesito mi propio espacio. Nos subimos al auto para regresar a casa, dentro mi celular empieza a vibrar con insistencia. Al darme cuenta que es Hugo lo apago por completo, en estos momentos no quiero saber de él. Todo el viaje me lo pasé con mis AirPods escuchando Olivia Rodrigo.

típica música que escuchas cuando estás mal con tu pareja, ¿no?

Llegamos al pueblo y algo dentro de mi se remueve con asco. Estoy nerviosa por el momento en que llegue y pueda encontrarme con Hugo o Isabel. Lucas se había ido en su auto, así que dejamos a Noah en su casa. Estuvo muy preocupado por mi en todo el camino y le prometí -sin soltar una palabra- llamarle para saber cómo estaba y que había pasado. Obviamente le dije que si, porque sabía que si no lo hacía sería peor.

—¿Quieres ir a tu casa?—le dije que sí con un leve movimiento de cabeza.

Malena no demoró mucho en llegar y al bajarme los nervios se apoderaron de mi. Ella me acompaño hasta la entrada y tomo las llaves dentro de mi mochila.

—Voy a entrar contigo.

Las manos me tiemblan un poco y abro con mucho cuidado la puerta. Entro a mi casa y no siento la precencia de mi prima en ella. Instantáneamente busco en todos los rincones y ciertamente no está. Camino hasta su habitación y el recuerdo de Hugo besándose con ella me llega rápidamente.

Con mucho impulso tome su maleta que estaba en un esquina y comencé a hechar toda la ropa dentro. Lo mejor que puedo hacer es tirarla toda de una sola vez, pero soy demasiado buena gente. Ya cuando está toda la ropa dentro salgo de la habitación directamente hacía la puerta. Mi mejor amiga se me queda viendo impactada ante la acción que estoy tomando. No me lo pienso más y tiro todas sus cosas fuera de mi casa.

Vuelvo q entrar, tomo todos sus perfumes y maquillajes de una sola vez. Los tiro con muchas más ganas, necesito que acaben de desaparecer ella y sus cosas de mi vista. Tomo un poco de aire y voy hasta la cocina a por un vaso de agua. Me siento demasiado agitada, pero al mismo tiempo algo dentro de mi se siente bien.

—¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?—escucho un grito al fondo y reconozco perfectamente esa voz.

llegó la persona que tanto estaba esperando

Salgo rápidamente de la cocina en dirección al portal. Algo da contra mi pecho como si fuera un puñal al ver a Hugo y a Isabel llegar juntos. Todo lo que había visto en el vídeo se recrea en mi mente una y otra vez. Siento mucho asco al tenerlos frente a mí.

—ESTAS LOCA—grita histéricamente Isabel.

De la nada sale Malena de adentro de la casa y se planta frente a ellos.

—Aquí los únicos que están locos son ustedes dos—dice apuntando a cada uno y ellos se miran entre sí.

—Malena déjame explicarles, todo es un confusión—dice eufórico Hugo.

—No hay nada que explicar estúpida sabandija, tu y está no tienen nada más que hacer aquí.

—Está tiene nombre por si no lo sabes—dice Isabel.

—No me interesa, ninguno de los dos le hará más daño a Lucía.

—Si me dejarás explicar que es lo que pasó—Hugo se acerca a mí y trata de tomar mi mano.

Lo apartó bruscamente y poso mi mirada en el suelo.

—Lucía por favor escúchame, nada es lo que parece, todo fue una trampa-lo escucho hablar y el llanto se apodera de mí.

Aguanto demasiado las ganas de llorar, no puedo ni siquiera mirarle a los ojos. Me destruiría por completo, pero debo hacer algo para que todo acabe.

—Hugo vete—digo con un tono suave.

—No Lucía, no por favor.

—Hugo esto se acabó, marchate.

Digo con el dolor más fuerte que podría sentir en el alma, decirle eso a la persona que amas no es nada fácil. Todo dentro de mi esta gritando a gritos que se quede, pero lo que hizo no tiene perdón.

—Vámonos de aquí Hugo—escucho decir a mi prima mientras suelta una riza sínica.

—Cállate, Isabel—le grita—Por favor Lucía.

—LARGO DE AQUÍ LOS DOS.

Ya no aguantaba más, tenía demasiado rencor acumulado. Levanté mi vista y vi como los dos se marchaban cada uno por su lado. La verdad no me importa que pase con ellos dos después, ahora mismo solo puedo pensar en mí y en lo mal que me estoy sintiendo.

Rompo en llanto y Malena me acompaña hasta mi habitación. Necesitó descansar, tomar un tiempo para estar bien conmigo misma. En este estado claramente no puedo asistir mañana a la escuela. Además me conozco y no voy a tener ganas de levantarme de la cama o al menos comer algo dentro de un buen tiempo.

no es la mejor solución a todo esto

Pero cuando algo está roto dentro de tí, todo se derrumba. Es algo difícil de sanar, lleva su tiempo y mucho más cuando la persona es tan importante en tu vida.