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01. Bóveda 

Hermione apareció con ropa parecida a la que usaba Bellatrix y con la poción Multijugos en la mano. 

— ¿Estás segura de que quieres hacerlo tú? —Le preguntó, pasándole la ropa y el frasco

—Completamente segura —Asintió tomándola y dejándola a un lado. No estaba segura de que Hermione se sintiera bien haciendo de Bellatrix, no después de que esta la torturara en la mansión y no le importaba tomar el lugar — ¿Los chicos ya están listos?

—Harry está despidiéndose de Sirius y Ron de sus Hermanos. —Contestó —Cuando termines de cambiarte, nos iremos. Te esperaremos afuera

—Gracias, iré en un momento

Hermione asintió y salió por la puerta.

Agarró la ropa y se cambió, guardando la usada en su bolso. Se miró en el espejo una vez que terminó, haciendo una mueca ante su atuendo. No se parecía a nada que se haya puesto antes.

Tomó su bolso y salió por la puerta, bajando las escaleras con delicadeza por los tacones.

—Por suerte para ti, te ves hermosa con cualquier cosa que te pongas —La voz de Sirius la recibió desde la cocina —Incluso con el pésimo gusto de mi querida prima

—Sirius —Saludó acercándose para abrazarlo —Voy a extrañarte

—Nos veremos pronto —Se separó del abrazo. La seriedad y amargura cubrió su rostro —Seguramente la próxima vez que lo hagamos sea en un campo de batalla

—Intentaré todo para que no lleguemos a esa instancia

—No te esfuerces demasiado —Dijo aligerando su humor —Recuerda que no es solo tu guerra, es de todos

Leylah volvió a abrazarlo—Si ves a Remus antes que yo, dile que lo quiero

—Lo haré. Pero estoy seguro de que se lo dirás en persona tu misma. Vamos, deben estar esperándote

Salieron afuera, donde estaban todos. Oliver estaba en brazos de Bill, Fleur hablaba con Ron mientras que Harry y Hermione estaban a un lado, acomodando sus cosas

—Estoy lista —Anunció acercándose a ellos — ¿Y Charlie?

—Aquí —su voz vino desde la puerta, detrás de ella. Cuando Leylah se dio vuelta lo encontró vestido con ropas parecida a la de ella. Vestido como lo haria un Mortifago.

La Riddle lo miró seria —Ni siquiera lo pienses. No

Charlie se acercó a ella —Cariño...

—Charlie, No. No vas a ponerte en peligro ¿Quién cuidará a Oliver?

—Leylah —Dijo serio — Si me dejaras hablar, te lo explicaría. No te acompañaré durante el resto del tu viaje, solo hasta Gringotts

Lo miró con falsa confusión — ¿Y eso debe hacer que cambie de opinión? Sigue siendo peligroso de cualquier manera

Leylah RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora