El ser que regresó de la muerte

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Lord Alister había sido el señor de Castillo del caballero y gobernante de Ciudadela Lancelot. Por sus venas corría la sangre de dicho personaje que vivió hace muchos siglos atrás, pero contrario a este, no se mostró tan servicial a los actuales dirigentes de Arthuria, la región Oeste del Imperio. Alister cometió el error de desafiar en gran medida al Gran señor feudal del Oeste, quien accionó para hacerle frente a ese rebelde, sin embargo Garrett y sus fuerzas se adelantaron, tomando cartas en el asunto.

La Rebelión de Alister duró meses donde se gestaron escaramuzas, luchas, asedios y combates; Garrett terminó con la vida de Alister en un combate singular gestado entre las puertas de Castillo del caballero y para asegurarse de que la familia del caído no se mostrara beligerante a futuro con su Gran señor feudal y con la Emperatriz, él exterminó a toda la estirpe del señor rebelde.

No quedó nadie, no hubo perdón para las mujeres, para los esposos y esposas, tampoco para los niños u los bebes.

Arthas Gran señor feudal de Arthuria, agradeció el fin de la Rebelión de Alister en tan poco tiempo y Garrett, pese a ser un excelente guerrero y buen general para sus hombres, supo mover sus hilos contando con la destreza de Sara. Una carta por aquí a Rodrik, su padre, Gran señor feudal de Alba, una carta por allá a un tío de su amiga, que es parte de la servidumbre de la Emperatriz, una buena cena y platica con lord Arthas y lo logró: la Ciudadela Lancelot era suya, Castillo del caballero sería su hogar y así él se convirtió en un señor feudal.

Andrew, Irvine, Luther, Maddux y todos los guerreros que le ayudaron a aplacar la Rebelión de Alister, ahora forman parte de los Soldados imperiales de un feudo que se ganó por medio de la batalla.

El objetivo estaba cumplido, ya solo faltaba conservarlo. La contratación de Colmillo oscuro le ayudó a eliminar u aplacar a los otrora vasallos del señor rebelde cuya lealtad y obedecían dejaban que pensar. Gail era el último de los problemáticos, al resto los podría controlar y si estos no lo obedecían, pues se encargaría de ellos de la misma forma que lo hizo con lord Alister.

Ahora él no quería más nada, ya tenía el señorío, la ciudad y el castillo, ya podría vivir feliz.




—Ya tengo lo que anhelaba. —declaró Garrett, pasando la vista a la pared, a esa pintura que le llamaba la atención.

Sara notó que esos ojos avellaneda observaban un cuadro rectangular en la pared, allí yacía inmortalizado un trio de caballos esbeltos de largas crines hondeando al viento sobre una pradera; el sol brillaba en el fondo y en la representación destacaba el color de oro de un caballo, el de plata en otro y el bronce en el último.

—Desde mi vida en el castillo de mi padre, hasta que salí a eliminar bandidos, siempre fui el tercer hijo. "Ahí va el pequeño de lord Rodrik", "el tercer hijo del señor, hizo esto e hizo aquello" Quiero mucho a mis hermanos, pero nada cambiaría mi lugar en Espada del alba.

Sara había escuchado esas palabras antes y como en esas ocasiones, no pudo evitar reconfortar al guerrero, frotando uno de sus brazos para ganarse su mirada.

—Estamos lejos del Este y ya te ganaste un feudo agradable y un castillo cómodo. La mitad de los señores y dirigentes de los poblados te respeta y la otra mitad te tiene miedo. Ahora eres lord Garrett, señor de Castillo del caballero y gobernante de Ciudadela Lancelot, tienes que terminar de cimentar tu poder aquí y lo mejor es casarte con la pequeña de lord Arthas.

Garrett fue educado como noble en Espada del alba, el castillo de su padre, ubicado en el Este del Imperio, que también es llamado Alba, nombre de un reino antiguo. Él sabía la importancia del matrimonio en la nobleza del Imperio, pero también sabía que grandes personajes de la historia rigieron el Imperio y nunca se casaron.

En las Garras de la BrujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora