Los pasos dados del combate, más el aprendizaje empírico que había tenido que utilizar para comprender el uso de la Magia, hacían que Michael estuviese consciente de los peligros en la situación actual, allí en la sala de los 6 pilares al lado del Lydia.
El guerrero y la Bruja se encontraban por la sección media, dando la espalda a uno de los dos pilares centrales. Adelante a comedidos metros de distancia, el Cuerno rojo en forma de Centauro, con las astas de la cabeza formando un yelmo, el brazo derecho transmutado a espada y el izquierdo en escudo. En dirección diagonal, a la izquierda, a una distancia mayor, el Brujo esgrimiendo lanza los observaba de pie, con el arma a un lado y una despectiva severidad en la cara. A la izquierda del aludido, como a 5 metros, una mancha transparente, ligeramente verde, con 30 cm de longitud, se movía en el aire: el Camaleón arpón había perdido parcialmente la capacidad de hacer todo su cuerpo transparente hasta casi ser invisible.
Los ojos castaños observaban a cada contingente, sabedor de los peligros que representaban cada uno de ellos.
—El gris de los cuernos ha convertido sus extremidades en armas, ya le he visto espadas, tentáculos forrados de púas cortantes; puede lanzar dardos y lo último es convertirse en Centauro, más la lanza y el escudo —pensó Michael, en guardia, dirigiendo la vista al manchón casi transparente a lo lejos, moviéndose—. El invisible ya no es del todo, por lo visto su piel debe estar sana para hacerse muy transparente: el impacto de un proyectil de Guardián plateado le dejó malograda una parte del torso —La mirada castaña finalizó el escrutinio mental, enfocando al Brujo de ropajes ambarinos—. El Brujo es el más peligroso, pero sólo si lo permite. A juzgar por todo lo ocurrido, mantiene sin uso la Magia para el combate: visto el combate hasta ahora, esa capacidad de los Abrojos afecta tanto al objetivo como al ejecutor. Por la pelea en Castillo trinidad, es claro que Lydia puede matarlo con la Magia, así que el Brujo es inteligente, sin esa facultad, sólo con el uso de las armas y las capacidades sobrehumanas, tiene mayor posibilidad de vencer, pero no lo lograra.
A su lado, Lydia permanecía regia, noble y esbelta en su posición de combate, con la espada al frente y al igual que él, observando a cada enemigo, contando los segundos para decidir si romper la pausa de la batalla u esperar que los advenedizos la rompieran.
Silvio también aprovechaba la calma momentánea para formular en su mente los pasos a seguir en la batalla.
—Es un Sirviente básico —se dijo, en referencia al espadachín negro—, pero compensa eso con buena destreza física, velocidad y agilidad de pensamiento. Hace rato, saltó sobre mi tanto para alejarse de Camaleón arpón, como para caer sobre Cuerno rojo, liberando a Lydia que pudo tomar una pócima de sanación. Debí atacar con Hoja esmeralda y no con mi Magia propia —Observó la lanza en la diestra, con la pulida moharra limpia de sangre y las runas verdes en el acero, antes de proseguir el soliloquio, sin perder de vista a la Estrella flamante y a su Sirviente—. No, con lo escurridizo que es, él hubiese esquivado. Al atacar con la granizada de proyectiles, logró atinar uno a Camaleón arpón. Mi criatura tiene la capacidad de manipular las partículas de luz que tocan su piel, por lo tanto, un daño considerable en eso, puede afectar su habilidad de hacerse altamente transparente: él puede resistir golpes de espada en la lengua y en todo su cuerpo, cuenta con una piel férrea, pero el impacto de un Hechizo supera esa defensa.
Los ojos color azogue, pasaron de la criatura casi invisible, enfocando al Centauro bestial listo para el galope y a la Bruja de ropajes negros rasgados en el torso, al lado de su guerrero oscuro: la mente ya había decidido los próximos pasos a seguir.
—Yo me encargare de Lydia, con ayuda de Camaleón arpón, el Cuerno rojo matara a ese espadachín, pero no en esa forma. —Silvio dio fin a su meditar y no necesitó hablar para que sus bestias acataran las ordenes que cumplieron de inmediato.
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En las Garras de la Bruja
AcciónCondenado a ser un asesino desde la primera década de edad, un hombre llamado Michael es un mortífero guerrero, quien despliega su espada y su capacidad de combate por obra del mejor postor. Este es el deber de todos los que forman parte de la orden...