Colmillo oscuro estaba en el jardín de adoquines, flores y pasto verde, rodeado de las indumentarias de los 100 soldados caídos. El ser hecho de cráneos y huesos se encuentra justo al frente de la fuente, que imperturbable seguía circulando agua: observados por los ojos de la Bruja bajo el resplandor de la luna, esos dos seres lucharían.
El ser demoníaco apuntó al hombre con el brazo izquierdo, los cráneos en todo el dorso del antebrazo se alzaron un poco, abrieron sus bocas y de estas se asomó una gran punta afilada. Los ojos del asesino se atenazaron ante lo que estaba por ocurrir: dos cráneos expulsaron como dardos un par de grandes huesos afilados. Velozmente, el guerrero oscuro los evadió: esos dardos hechos de huesos afilados silbaron fugazmente antes de impactar en el suelo y mandar lejos un par de espadas. Colmillo oscuro vio eso, antes de dirigir la vista al frente, notando como 6 cráneos en el antebrazo esbozaban en sus fauces la punta de esos proyectiles.
Saltando a un costado, el asesino evitó dos dardos, rodó en el suelo esquivando otros más y tras otro par de saltos ágiles advirtió la presencia de dos escudos cercanos, los tomó, y a continuación se agachó con una rodilla en el suelo, colocando los escudos al frente.
Sin piedad, los dardos empezaron a impactar estrepitosamente en los escudos, clavándose o rebotando antes de caer al suelo y deshacerse en polvo. Soportando las oleadas de fuerza en sus brazos, junto con el escándalo de cada impacto, el hombre de cabello oscuro notó como lentamente era arrastrado hacia atrás, conforme los escudos lo protegían, pero en ese instante reparó que una punta de dardo atravesó el metal protector. Aun con el escándalo rondarle los oídos y con los impactos martilleándole los brazos, el asesino pensó fríamente la siguiente acción.
Colmillo oscuro calculó los intervalos de impacto y rápidamente soltó los escudos rodando a un costado: dardos tumbaron estrepitosamente las armas defensivas, antes que el ser de huesos apuntara al hombre. Rodando y saltando con agilidad, el guerrero de ojos castaños tomó dos espadas de una mano entre el montón de armas y tras evadir un puñado de dardos, flexionó los brazos atrás para arrojarlas al demonio.
Observando los aceros girar cual boomerangs, el ser temible puso el brazo diestro en el camino: las espadas se clavaron allí, pero el demonio se las quitó con las fauces. No más escupir las armas, la bestia observó como el asesino se acercaba a velocidad de rayo, sosteniendo una lanza y una jabalina, así que se dispuso a apuntar, pero el hombre le arrojó la jabalina. El demonio asestó un zarpazo en el arma arrojadiza, haciéndola pedazos y en ese instante ya su agresor estaba demasiado cerca. Colmillo oscuro preparó le lanza para punzar, y su oponente atacó con un zarpazo descendente; él esquivó moviéndose a un costado y mientras la garra impactaba en el suelo cuarteándolo, la lanza surcaba el aire.
La hoja del acero impactó con un quedo golpe en el pecho del ser hecho de cráneos, hundiéndose por poco: el hombre pensó apretando los dientes.
—Esto tampoco sirve. —Y saltó atrás evadiendo un coletazo, acto seguido el demonio apuntó con el zurdo y disparó: un dardo rompió la lanza y rasgó el diestro del hombre, antes de que éste saltara en zigzag, esquivando los disparos y alejándose, pero de todos modos, otro proyectil causó una nueva herida cortante por el costado del abdomen.
Saltando y rodando en el suelo, Colmillo oscuro optó por mantener la evasión, observando las armas de los 100 soldados caídos, pensando cual era la mejor en enarbolar.
Allá, en el techo, la Bruja se mantenía como espectadora y contemplaba con interés la batalla, presenciando como el hombre se esmeraba luchando contra el demonio. Los dardos impactaban en el suelo, quebrando adoquines o hundiéndose en la tierra por la evasión del sujeto, hasta que el ser demoníaco dejó de disparar, rezongando.
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En las Garras de la Bruja
БоевикCondenado a ser un asesino desde la primera década de edad, un hombre llamado Michael es un mortífero guerrero, quien despliega su espada y su capacidad de combate por obra del mejor postor. Este es el deber de todos los que forman parte de la orden...