17. De tal Palo, tal Astilla

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Katsuki tenía que hablar con alguien, pero no con cualquier persona. Necesitaba a un experto en el tema y solo le pasó por la cabeza una sola opción: su madre.

Seguían sin hablarse desde la pelea de orgullos y aunque iba a hablarle, dejaría por completo en claro que no era para pedir disculpas, sino porque ella le sería útil.

– Vieja, necesito hablar contigo – Le dijo apenas su mamá respondió la video-llamada, su padre no se veía por ningún lado. Bien, mejor así.

Vaya, una llamada del mocoso – Contestó ella con una sonrisa arrogante – Debes estar muy desesperado. ¿Ya decidiste pedir disculpas?

– Oh cierra la boca, si alguien va a arrastrarse pidiéndome perdón serás tú – Calló a su madre que por extraño que parezca, no le regañó por eso, solo le miró con una ceja arqueada – No me gusta hacer esto, pero eres la única que conozco capaz de cometer actos tan bajos como el que quiero hacer.

– ¿De qué estás...?

– ¿Cómo lograste que papá se enamorara de ti?

Mitsuki quedó sorprendida por la pregunta. Era común que los niños preguntaran a sus padres cómo se conocieron, pero no cómo se enamoraron, que aunque podría parecer lo mismo, no lo era. Humedeció el interior de su boca sintiéndola seca, y no se atrevió a ver la imagen de su hijo por la pantalla.

– Es decir, tú eres una vieja – Dijo Katsuki cuando su madre no dijo nada – Pero papá es 4 años mayor que tú ¿Cómo lograste que un hombre mayor se enamorara de ti?

– ¿A-A qué viene la pregunta, mierdecilla? – Preguntó incómoda.

– Hay un chico – Fue todo lo que dijo. Mitsuki entonces frunció el ceño y le regañó.

¡Espero que no sea del calvo que sale en tus videos!

– ¿Qué? ¡No! Él es solo mi ayudante – Aclaró para no hacer el malentendido más grande – Es uno de los hijos. Haz tus cuentas y sabrás de quién te hablo.

Mitsuki volvió a mirarlo con una ceja arqueada, evaluando su rostro. Al final se relamió los labios cuando fue consciente de qué chico le hablaba su hijo.

¿El de 2 colores? Sí, Enji me mostró varias fotos de sus hijos en las reuniones. Sé quién es, ¿Qué hay con él?

– Es más que obvio que se muere por mí pero no quiere nada formal, y su patética excusa es que él es mayor de edad y yo no, pero la diferencia es mínima.

¿De cuánto hablamos?

– La mitad de la tuya con papá.

– Hum... – Meditó su madre – Pero lo que lo detiene es que él tiene más de 18 años, ¿Cierto?

– Sí, ¿No te parece estúpido?

– Me parece estúpido que quieras formalizar una relación sabiendo que tienes menos de un mes viviendo ahí. Pensé que te conocía, Katsuki, ¿Pero mi hijo enamorado en menos de 3 semanas?

El rostro de Katsuki se sonrojó tanto de vergüenza como de ira. Miró a su madre con amenaza antes de tirar sus propios golpes.

– No hables, vieja. Tú te embarazaste para que papá se casara contigo.

Mitsuki sintió que los colores se le iban de la cara. Katsuki sonrió con orgullo y victoria al ver qué dejó a su madre con la palabra en la boca. Apuesto a que no se esperaba eso.

– ¡C-Claro que no! – Lo negó ella, Katsuki amplió su sonrisa.

– Por favor, no soy idiota; tienes 40 años y yo 17, 18 si contamos el año de gestación; Eso quiere decir que 40 menos 18 da igual a 22 como la fecha de concepción. Sin embargo saliste de la preparatoria a los 18, pasando los 3 años obligatorios de universidad para ingresar a la empresa de modas. Eso te dejó solo un año libre ¡Quiere decir que apenas conociste a papá le brincaste encima!

Amor de RanchoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora