13. Si me Tientas, te lo Devuelvo

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La tensión que había estado entre los 2 menores del grupo, se disipó ligeramente. Si bien Shouto ya no le veía como si quisiera sacarlo del rancho, tampoco es que se haya vuelto su mejor amigo de la nada.

Katsuki no insistió en provocarlo y se concentró en pasar tiempo con Inasa preguntándole cosas y/o ayudándolo en espera de que la magia del amor hiciera efecto y repentinamente cayera enamorado a los pies del calvo como les sucedía a los protagonistas de novelas.

No pasó nada interesante, lo siguió viendo como el calvo musculoso irritante que era. Katsuki esperaba ver al menos un aura rosa y llena de pétalos al dirigirle la mirada pero lo único que lo rodeaban eran moscas cortesía de los caballos.

Pero tenía que intentar, este era su amor veraniego, pues al no estar en su ciudad no le quedaba de otra que resignarse a lo que pudiera atrapar. No es que hubiera muchas opciones para elegir, todas iban de la más mala a la peor. Qué alguien lo sacara de este sitio, por favor.

Sus padres no le habían vuelto a marcar y Katsuki tampoco lo hizo. El orgullo de los Bakugou era algo que no se tomaba a juego, pero dado que Masaru siempre era el más débil, muy probablemente sea el primero en caer y llamar para disculparse; Katsuki lo esperaba con ansias para gritarle un: "¡No te perdono!" y verlo sufrir.

El tiempo libre de la video-llamada se la pasó viendo una serie, un capítulo por día porque si se trasnochaba entonces al despertar iba a ser un martirio; claro que la ansiedad de saber qué sucedía en los capítulos siguientes le carcomía la cabeza y casi lo volvía loco.

– ¡Maldita sea! ¡No puede terminar así! – Katsuki gruñó de frustración cuando el capítulo que veía terminó dejando la serie en más suspenso que nunca – ¡Ya estaba a punto de saber que el caballero es el príncipe! Pero no, ahora le va a ver la cara hasta en la boda ¡Si le dan una bofetada se lo tiene merecido!

Katsuki habló consigo mismo mientras murmuraba improperios entre dientes, dejó el celular en la mesa de al lado para que se cargara y buscó su pijama en los cajones.

– Ni siquiera me he bañado por esta mierda y termina así, no me jodan – Continuó recriminándose al mismo tiempo que alistaba sus cosas para ir al baño – Por esto no quería ver series, al menos no aquí. Si no tuviera qué hacer mañana ya me hubiera visto todo.

Con todo listo se dispuso a salir al baño y darse su buena merecida ducha. Continuó murmurando mil y un insultos listo para entrar al baño de su respectivo piso y curiosamente, el único que tenía ducha y bañera.

Verán, el baño de abajo –perteneciente a Fuyumi, Natsuo y Touya– era solo el simple retrete y un lavabo. El baño de arriba era el único en el que podías lavarte el cuerpo completo –claro, sin dejar de lado el de la pareja de esposos–.

Katsuki cerró la puerta de su dormitorio caminando para tomar su ducha. Generalmente se bañaba primero que todos y antes de entrar a su habitación para ya no tener que verle la cara a ningún miembro de la familia Todoroki; pero hoy con su serie, priorizó saber qué pasaba antes de ducharse.

Ya estaba llegando a la puerta del baño cuando esta se abrió. La neblina provocada por el agua caliente se esparció fuera y la luz del techo iluminó el pasillo dando a la persona que salía una apariencia de sombra. Katsuki contuvo la respiración mientras observaba a la figura salir y darse la vuelta para darse cuenta que era:

– Oh. Buenas noches, pensé que ya estabas dormido.

El estúpido Shouto estaba saliendo semidesnudo. Tenía puesto al menos pantalones, pero el torso estaba al aire y una toalla en el cuello para evitar la caída de las gotas provenientes de su cabello recién lavado.

Amor de RanchoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora