5. Niñera sin Sueldo

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Katsuki fue relativamente disimulado mirando a los hermanos. El primero y el mayor, Touya, tenía tatuajes en el torso, que por sus camisas no se veían, pero al desabrocharlas dejaba a la vista un cuerpo espectacular y bien trabajado. Pero sin embargo, tenía una complexión flacucha.

El segundo y el de en medio no tenía tatuajes, aunque su cuerpo también estaba perfectamente en forma. Pero regresando a los gustos de Katsuki, era muy grueso y ancho en forma de cuerpo y parecía tener la forma de Bob Esponja de lejos.

Pero el menor, el menor era perfecto. No solo por su bien atractivo rostro y su singular cabellera y heterocromía contando también aquella cicatriz que le daba un aspecto de buscapleitos sexysino porque su complexión era la adecuada. Ni demasiado flacucho ni demasiado ancho. Tenía el tamaño y proporción perfecta en todo su cuerpo.

Katsuki podría disfrutar de la vista más nunca tocar. Los 3 hermanos le caían pésimos y si tuviera que elegir a alguno lo haría solo por su cuerpo, porque en actitud los 3 eran insoportables. El mayor era el peor, el pequeño ni parecía saber socializar y solo el de en medio era tolerable.

Muy bien, suficiente descanso. Hora de continuar – Enji dio fin a las fantasías de Katsuki – Tú, niño, puedes ir a ayudar a Fuyumi con las gallinas.

Katsuki se sintió rechazado por la orden pero si eso significaba alejarse de los varones bien por él. Dio media vuelta con la cabeza en alto y se fue con dirección a la casa.

Escuchó la conversación de la familia sobre que Enji y Touya se encargarían de los ganados mientras que Shouto y Natsuo podían asegurarse de que todo estuviera en orden para ordeñar a las vacas el día de mañana. ¿Por qué no lo hicieron hoy? Probablemente por él.

Katsuki llegó a la casa y se encontró a Fuyumi lista para irse a los gallineros. Al verle le saludó.

– Katsuki-kun, ¿Ya terminaste tus deberes?

– Tu viejo me mandó a recoger huevos.

– Oh, entiendo – Dijo ella con sorpresa. Después le sonrió y le pasó una canasta – Está bien, podemos hacerlo juntos. Solo ten cuidado con las gallinas, ¿está bien? Se estresan ante gente extraña.

Katsuki solo rodó los ojos. Podría manejar a unos pollos de cuarta.

En realidad no pudo, jamás en su maldita vida había tenido tanto miedo

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En realidad no pudo, jamás en su maldita vida había tenido tanto miedo. Ser correteado no solo por las vacas, sino por las gallinas ya era humillante. Le pidió casi a súplicas a Fuyumi no decir nada a sus hermanos o se burlarían de él todo el día.

Ella accedió y solo le dio unos cuantos consejos mientras le ponía venditas en las manos, donde las gallinas le picaron cuando intentaba sacar los huevos para ponerlos en la canasta.

Cuando Enji regresó por él para que vigilara junto a los hermanos los corrales, observó al niñato asustado con curitas en los dedos. Se talló el puente de la nariz pero no dijo nada solo que estuviera listo para regresar.

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