Nueve

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17/Octubre/2022

Después de haber estado algunas horas metido en la biblioteca escolar su estómago rugió pidiéndole algo de comida así que guardó sus libros y caminó con calma a la salida.

Habían pasado pocos días de la muerte de Jason y la gente aún estaba procesando lo sucedido pero el castaño estaba tan despreocupado de la situación que incluso parecía extraño.

Mientras caminaba fuera de las instalaciones de la universidad, un empujón lo hizo jadear, antes de siquiera poder reaccionar su mejilla ya estaba estampada contra la rasposa pared y su cabeza punzaba con un fuerte dolor ante el golpe.

Apuñó sus ojos intentando soportar aquel dolor mientras que una voz ya conocida le hablaba con molestia, su mano continuaba haciendo presión en su cabeza para que no pudiera despegarla.

— ¿Así que te niegas a seguir trabajando para mi? — Bufó de mala gana.

— No estoy trabajando para ti, porque tú no me pagas — Apenas pudo hablar.

— ¡Cállate jodida mierda! — Bramó. — Jason me dijo que había cogido contigo — Susurró cerca de su oído.

— M-mentira —Balbuceó con los ojos cerrados.

— Shh, Shh, será mejor que te controles, tal vez deje de estar molesto si al menos me la chupas un poco — Pasó su lengua por su cuello.

— No quiero —Hizo una mueca.

Con un empujón más la cabeza del castaño volvió a ser azotada contra la pared, soltó un nuevo quejido mientras apuñaba las manos bastante fastidiado con el mundo.

— Carl, vamos ya, el billar abre en una hora — Gritó Tyler desde la entrada.

El chico de cabello totalmente rizado soltó un suspiro de pesadez observando al castaño una última vez, lo soltó y relamió sus labios.

— Voy a cobrarme esa chupada pronto — Le guiñó.

Louis tragó saliva llevando su mano hasta su sien, suspiró tomando su mochila del suelo y se la colgó al hombro mientras observaba a los dos chicos marcharse.

No pensó que tras la muerte de Jason el deseo por hacerlo nuevamente incrementaría, pero así fue, quería seguir disfrutando de ver cómo los ojos de aquellos que alguna vez lo lastimaron lentamente se quedaban sin brillo.

Así que tras escuchar a Tyler decir que irían al billar Louis canceló todos sus planes -Encerrarse en casa a leer- y al caer la noche se dirigió hasta el billar cerca de la carretera internacional, era bastante común que los chicos del equipo de americano pasaran siempre en esa zona, estaba llena de cosas ilegales.

Esperó paciente detrás de aquel apestoso billar, observó a los ebrios y adictos salir por horas de aquel lugar, hasta que por fin, durante la madrugada dos universitarios tambaleándose salieron.

— Espera un poco, voy a mear — Habló Carl.

— Date prisa ¿O quieres que te lo sostenga? — Bufó divertido.

— Joder no seas tan marica — Rió el chico de rizos.

Tyler se quedó justo donde estaba mientras que Carl caminaba hacia los árboles, Louis observó al chico de melena rizada totalmente oscura, con facciones bruscas que lo volvían atractivo pero para el castaño aquellas facciones sólo le provocaban asco.

Cuando el rizado se perdió de la vista de aquel amigo suyo totalmente sedado entre tantas sustancias, Louis caminó sigilosamente como una bestia tras su presa, el chico bajó su zíper y suspiró con tranquilidad mientras soltaba sus fluidos.

Para Louis fue mucho más sencillo sacar el cable de su bolsillo una vez que estuvo detrás de él, se colocó de puntillas y rápidamente pasó el cable por su cuello, giró el cuerpo de Carl por el forcejeo, su garganta emitía sonidos que para Louis eran sumamente satisfactorios, aquellos que avisaban que pronto el aire iba a acabarse.

Con la mirada perdida y una mueca de fastidio el castaño apretó más fuerte el cable en su cuello haciendo que Carl no pudiera meter sus manos.

— ¿Carl? — Habló Tyler observando la situación.

Louis le dió una rápida mirada al otro jugador pero tuvo que continuar con su trabajo mientras que el cobarde chico huía del lugar, Carl se desvaneció y Louis por fin aflojó el agarre haciendo que el cuerpo cayera.

— Maldición, ahora por tu culpa tendré que volver a matar — Pateó el cuerpo con fastidio.

Peinó su cabello hacia atrás girándose nuevamente en busca de Tyler pero este ya no estaba, agradeció mentalmente no llevar sus gafas, era menos probable que lo reconociera entonces.

***

Todos aquellos días posteriores se dedicó a observar a Tyler aunque el universitario no había asistido a la universidad hasta hacía apenas un par de días, días que aprovechó para acusarlo con la policía.

Cuando observó como aquel hombre rizado y jodidamente atractivo llevaba al chico esposado, su pecho sintió alivio, observó con atención la situación hasta que estuvo dentro del auto.

Sabía perfectamente que aceptar salir con el detective era sumamente peligroso, estaba poniendo en juego su identidad, pero su conciencia le dijo que podía manejar la situación, quizá era mejor tenerlo cerca y observar su jugada.

Así que no fue difícil aceptar, pero convivir con él le trajo meramente problemas, pues ahora no podía dejar de pensarlo, disfrutó tanto aquella conversación, aquellas sonrisas cómplices que no podía esperar a volverlo a ver, sin embargo, tenía un trabajo que hacer antes.

Esperó bajo la noche a que Tyler por fin decidiera ir por un trago, sabía que aquellos descerebrados no desaprovechaban oportunidades, así que después de mandarle un mensaje de texto de un número desconocido para invitarlo a follar, el muy idiota accedió.

Louis sabía lo sencillo que era matar a universitarios descerebrados y hormonales, era tal como aplastar un insecto.

Así que esperó en el lugar indicado y cuando Tyler apareció sus piernas comenzaron a temblar, recordaba perfectamente aquellos ojos brillantes en color azul, pero en un intento de creerse valiente no huyó, solo soltó una risa burlona al notar al pequeño y delgado chico de ojos azules frente a él.

— ¿Esto es una broma? Por Dios, dime que lo es — Sonrió burlesco.

— Eres muy valiente al no correr — Caminó lentamente hacia él.

— ¿Tú eres el asesino de Carl? —Arqueó una ceja.

Louis chasqueó su lengua mientras llevaba sus manos tras su espalda, jugueteando ya con el cable manchado de sus anteriores víctimas, negó con su cabeza lentamente caminando sin que Tyler pudiera notarlo.

Cuando su presa estuvo lo suficientemente cerca, entonces con un movimiento extremadamente rápido levantó sus manos rodeando el cuello de Tyler con su cable, el universitario comenzó a forcejear con él, pero la fuerza de aquella mente trastornada pudo más, empujándolo hacia el tronco de un árbol, azotando su cabeza al menos tres veces, volvió a tomar el cable sujetándolo con fuerza y le vió con una macabra sonrisa.

— Debiste culparte, al menos seguirías vivo — Susurró cerca de su rostro.

Tyler dió su último aliento y su cuerpo se desvaneció, el castaño suspiró limpiando el sudor de su frente y observó al chico tendido en el suelo, con los ojos llorosos por el esfuerzo.

Blue eyed killerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora