Veintisiete

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El castaño observaba al morocho mientras continuaba bebiendo jugo con tranquilidad, por otro lado el detective Styles parecía consternado.

— Sabes que debo hacerles un par de preguntas rutinarias — Murmuró Zayn.

— Si, si claro — Suspiró el rizado.

— ¿Dónde estuvieron anoche? exactamente entre las 11 pm y 3 am — Murmuró mirando sus notas.

— Anoche estuvimos en casa de mi padre, hizo una cena para Evan — Asintió al recordarlo.

— ¿Toda la noche estuvieron fuera? — Preguntó la chica.

— No, uhm, Louis y yo tuvimos una discusión — Mordió su labio. — Honestamente no recuerdo mucho, bebí quizá demasiado

— ¿Tú si lo recuerdas? — El morocho miró a Louis.

— También bebí un poco pero recuerdo — Asintió. — Harry y yo discutimos un poco y como solo había bebido dos copas tomé el auto dejándolo en casa de su padre.

— ¿Viniste directo aquí? — Lo miró,

— No, yo — Suspiró. — Lo siento, no me gusta hablar de mis asuntos personales, no pensaba volver al departamento así que fui al mío por un rato, luego de calmarme vine aquí, sabía que tenía que hablar con Hazz.

— ¿A qué hora exactamente volviste aquí? — Cuestionó Florence.

— Amm, no lo sé, quizá 11 o 12 — Se encogió de hombros. — No mucho después Harry apareció aún más ebrio

— ¿Por qué discutieron? — Preguntó Zayn con curiosidad.

— No viene al caso, Zayn, es irrelevante — Murmuró el rizado.

— Bien, Louis ¿Escuchaste o miraste algo extraño por los pasillos?

— Mucho silencio solamente — Se encogió de hombros.

— ¿Conocían a la víctima? — Cuestionó la chica.

— No mucho, nos topábamos algunas veces en el pasillo o el elevador — Respondió Harry.

— Su novia siempre tenía hematomas — Murmuró el castaño. — Caminaba con la mirada en el suelo.

Zayn y Florence se miraron entre sí, luego el morocho anotó nuevamente, bebió de su café tomándose su tiempo para proseguir, Harry sabía que todo era parte de la estrategia para interrogar, donde probaban la paciencia de los interrogados.

Así que rodeó la cintura de Louis y la acarició con suavidad evitando que se pusiera de cualquier manera inquieto.

— ¿Alguna vez hablaron con alguno de los dos?

— Siempre les doy los buenos días o buenas tardes pero nunca responden — Se encogió de hombros el castaño.

— Que descorteses — Murmuró la rubia.

— Lo se, pero está bien, no todos tenemos buenos días — Bebió de su jugo de naranja.

— Bien, seguiremos investigando, revisando las cámaras de seguridad — Suspiró el morocho.

— Bien ¿Qué había en la escena? — Pregunto el rizado.

— No puedo dar detalles frente a un civil, pero creemos que su novia es la principal sospechosa — Suspiró el morocho.

— ¿Crees que el edificio no sea seguro? — Preguntó con preocupación.

— No puedo responder a eso, ya nos vamos — Se puso de pie.

Blue eyed killerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora