Catorce

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Las manos del rizado se frotaban en sus pantalones ya sentado en el sofá de aquel departamento, era más pequeño que el suyo pero quizá mucho más organizado.

— No se que tanto debas saber al respecto pero es sobre este jodido caso que me está volviendo loco, encontraron fentanilo en el cuerpo de las victimas, es un calmante y hay mucha venta ilegal de este, hoy durante todo el día mi compañero y yo recorrimos gran parte de la ciudad en busca de vendedores, tuvimos que interrogar a todos y arrestarlos, estoy sumamente agotado — Murmuró mirando sus manos.

— Pudiste llamar — Louis miraba sus pies.

— Exacto, lo se, ese fue mi error, estaba tan sumergido en el trabajo que cuando note la hora ya era muy tarde y entonces te llamé y te llamé y te llamé aún más pero no me respondiste

— Estaba molesto — Murmuró avergonzado.

— Lo se, tienes ese derecho, gatito — Suspiró — No quiero que el avance que tenemos se arruine por mi culpa

Louis mordió su labio levemente y suspiró observando al frente aquel hermoso ramo de girasoles, nunca le habían regalado flores, tal vez nunca le habían regalado nada en realidad.

— Está bien, también fui inmaduro al no responder — Se encogió de hombros.

— ¿Entonces estamos bien? — Lo miró esperanzado.

Louis asintió con una ligera sonrisa, el rizado sonrió de vuelta y lo abrazó, el cuerpo del castaño se relajó de inmediato, aquello no se sentía como un ataque, así que lentamente también correspondió al abrazo.

— Aún podemos ir a cenar ¿Quieres? — Murmuró sobre su hombro.

— Te ves muy cansado, no necesitamos salir — Ocultó su rostro en el cuello del detective. — ¿Qué averiguaste hoy?

Harry se sentía tan relajado en aquella posición, con Louis entre sus brazos que apenas procesó que le estaba contando su caso a un civil, pero no importó porque al menos Louis no lo juzgaba.

— Es difícil, de verdad que no tenemos muchas pistas, ojos azules, fentanilo, permisos médicos — Murmuró con los ojos cerrados.

El menor lo acomodó en una posición más cómoda en el sofá y él mismo volvió a recostarse en su pecho tomando su mano para envolverlo nuevamente.

— ¿Permisos médicos? — Preguntó curioso.

— Solo una teoría de la compra de los calmantes porque para comprar grandes cantidades sólo los enfermeros de asilos y hospitales psiquiátricos tienen permisos especiales para su compra — Suspiró sintiéndose dormitado.

— ¿Asilos y hospitales psiquiátricos? — Murmuró mirando la televisión apagada.

— Zayn tuvo la estupida observación de tus visitas al asilo — Hizo una mueca al recordar el disgusto que pasó.

Louis controló su respiración para que Harry no pudiera notar su corazón acelerado, acaricio suavemente su pecho y cerró sus ojos.

— Es su trabajo, lo entiendo, pero es tonto porque no soy enfermero, ni siquiera estudio enfermería — Se encogió de hombros.

— Lo se, se lo dije — Dejó un beso en su cabello.

— Yo visito a mi abuelo, él tiene parálisis y necesita muchos medicamentos, el gobierno no da muchos recursos a ese asilo, así que me gusta comprar medicamentos para donarlos y así también ayudar a mi abuelo — Murmuró explicándose.

— No te preocupes gatito, no tienes que explicarme nada — Aseguró acariciando su brazo.

— Ya se — Se incorporó haciendo que Harry abriera sus ojos. — Voy a prepararte un té para descanses.

— No es necesario — Sonrió encantado observando sus dulces ojos. — De verdad me encantan tus ojos.

El menor se sonrojó y rio nervioso mientras bajaba la mirada, tras un suspiro se puso de pie a pesar de las quejas del rizado.

— Déjame hacerte el té, Harry, te sentirás más cómodo — Aseguró caminando a lo que parecía ser la cocina.

Harry talló sus ojos desperezándose y se puso de pie mirando a su alrededor, caminó con curiosidad y cuidado alrededor de la sala de estar buscando el baño, abrió una de las puertas y un fuerte olor a flores y frescura lo atacó, observó encantado la habitación de tonos azules pastelosos, un escritorio lleno de libros y notas y un par de peluches en la cama, cerró nuevamente con cuidado y abrió la otra puerta encontrando lo que buscaba.

Se colocó frente al lavabo y se miró al espejo con pesar, había una bolsa oscura debajo de sus ojos y su cabello estaba un poco alborotado, frotó su rostro para luego abrir el grifo, lavó su cara con agua fresca y suspiró mucho más relajado y despierto, miró a su alrededor en busca de alguna toalla pero no parecía haber ninguna. Observó que el espejo escondía un cajón así que lo abrió.

***

El castaño colocó la tetera en la estufa y dejó listos dos sobres de té, revisó su alacena en busca de galletas dulces y luego con una sonrisa regresó al sofá, pero Harry ya no estaba ahí. Tragó saliva jugueteando con sus manos mientras caminaba hacia su habitación en busca del rizado.

— ¿Harry? — Murmuró llamándolo.

Por fin después de unos pasos más observó la puerta abierta del baño, Louis llegó hasta este y miró a Harry, el rizado se giró hacia él levantando un frasco de pastillas con la etiqueta de "Fentanilo" Louis apenas se inmutó.

— ¿Qué? ¿Encontraste mis antidepresivos? — Se encogió de hombros.

— ¿Antidepresivos? ¿No es esto demasiado fuerte? — Murmuró mirándolo.

Louis rio con incredulidad y miró a otro lado mientras su respiración comenzaba a acelerarse, el rizado tragó saliva e intentó acercarse pero el más bajo se apartó.

— No me lo creo, no puedo creer esto — Cubrió su boca. — ¿De esto se trata todo? ¿Crees que soy el asesino? ¿Es parte de tu plan? ¿Seducirme y atraparme? — Lo miró con lágrimas en sus ojos.

— Lou, solo te hice una pregunta.

— ¡Si, Harry! ¡Son demasiado fuertes porque soy un maldito chico de 23 años a quien su madre nunca lo quiso y tuvo un tormentoso pasado del que huyó en cuanto pudo y ya no tiene a nadie más que a un abuelo con parálisis en un maldito asilo! — Gritó entre llanto.

Cuando la respiración no fue suficiente para su sistema el castaño se desvaneció, Harry logró sujetarlo antes de que cayera al suelo mientras lo veía con preocupación, Louis había olvidado como respirar tras su ataque de ansiedad.

— Lou, mírame, respira conmigo ¿si? solo mírame — Comenzó a respirar más lento y exagerado buscando que Louis lo imitara.

El castaño le vió con sus ojos llenos de lágrimas mientras intentaba respirar igual a él, tras al menos un minuto por fin pudo volver a sollozar correctamente.

Harry lo cargó con cuidado y lo llevó nuevamente al sofá, juntó su frente con la del castaño cuando este logró calmarse, había tenido un día bastante largo y cansado.

— Lo lamento, lamento involucrarte en esto, no es tu asunto y no debo darte más problemas — Susurró apenado.

El menor solo asintió llevando su mano a la mejilla del rizado, la acarició suavemente mientras el dolor en el pecho disminuía, no le había mentido en lo absoluto.

Blue eyed killerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora