Uno

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Una sonrisa encantadora y pasos apurados recorrían el pasillo rumbo a su oficina, algunos oficiales le saludaban con entusiasmo y otros pasaban de largo, así se había vuelto la vida rutinaria del detective Styles.

Uno de los detectives más jóvenes en la organización de Londres, también uno de los mejores, crecer bajo el apellido Styles no fue nada fácil, su padre fue sin duda un reconocido capitán en la policía, existían incluso comics sobre él y Harry debía ser igual a su progenitor.

Suspiró entrando a su zona de trabajo y dio un sorbo a su café americano abriéndose paso hasta la sala de juntas, saludó a sus colegas y se sentó junto a su amigo y compañero de trabajo.

— Buen día, Zayn — Sonrió.

— Hola, amigo — Le devolvió la sonrisa.

— ¿Que es lo que hay para hoy? — Preguntó a su capitán al frente de la sala.

— Un asesinato más, otro universitario — Soltó un suspiro antes de proseguir. — ya van 3 este mes, quiero que Malik y tú tomen el mando en el caso, cualquier cosa que necesiten háganmelo saber.

— Lo haremos, señor — Asintió el rizado.

— Bien, pueden comenzar a trabajar en el caso, deben ir a la escena del crimen, los demás también tengo tareas asignadas.

Zayn y Harry se miraron entre sí antes de ponerse de pie para salir de la sala, Zayn tomó un expediente de su oficina y comenzó a caminar junto al más alto hacia su auto.

— ¿Y bien? ¿Qué hay en el expediente? — Dijo Harry mientras abría la puerta del auto.

Zayn observó al rizado subir al volante y suspiró subiendo al copiloto sujetando con fuerza la carpeta en sus manos, antes de que el auto avanzara el morocho habló.

— Es atroz, tres universitarios muertos en un mes, dos jugadores de fútbol americano y un nadador, todos asesinados del mismo modo, asfixia con algún tipo de cable ¿ves esto? —Le mostró la primera foto.— parece que es un objeto muy delgado que obstruye su cuello, la marca es quizá de un cable filoso.

— Lo qué hay en su boca son — Susurró frunciendo el ceño y Zayn asintió terminando su frase.

— Cortaron sus genitales y se los dejaron en la boca. —Le mostró un par de fotografías más. — Todos tenían sustancias en sus cuerpos, estaban jodidamente drogados.

— Maldición, esto causará un pánico extremo en la ciudad — Susurró el rizado encendiendo el auto.

— Definitivamente lo hará, tenemos el caso de un asesino serial en nuestras manos — Asintió el morocho.

— Debemos ir a la escena del crimen y luego con los familiares de la última víctima — Murmuró antes de volver a sorber de su café.

— Los cuerpos han sido descubiertos en zonas relativamente cercanas entre sí, los autos de los chicos también quedaron cerca de la zona, es todo muy extraño.

— Seguramente hace que lo lleven en su auto y luego los mata, pero ¿a qué crees que se deba el castigo de cortarles las malditas pelotas? — Frunció el ceño mirando al frente.

— Bueno, ya lo averiguaremos — Suspiró.

El rizado asintió dándole la razón a su compañero y continuó su camino hacia la escena del último asesinato, el cuerpo había sido encontrado hacía menos de veinticuatro horas cerca de un lago, cuando llegaron había ya vario personal sacando fotografías y buscando algunas evidencias.

Ambos bajaron del auto acercándose a la cinta que marcaba el lugar donde habían encontrado el cuerpo, ahí en cuclillas se encontraba uno de los forenses del departamento, sacaba un par de fotografías de las rocas mohosas sobre la zona.

Blue eyed killerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora