Dieciséis

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Sus ojos se abrieron con pereza y algo de cansancio, suspiró intentando enfocar la vista y mordió su labio con temor, temía girar el rostro y encontrar la cama vacía, pero cuando se atrevió a hacerlo, un dulce ángel dormía a su lado, bastante relajado por el descanso.

Sus ojos azules lo inspeccionaron sin prisa, cada detalle de su cuerpo, cada lunar, cada músculo y cada tatuaje, Harry era como todas esas esculturas griegas de las que tanto leía, sin duda el cuerpo de un adonis.

Pero a pesar de su fuerte físico y gran tamaño tenía un corazón bondadoso. Con algo de temor a despertarlo llevó la yema de sus dedos hacia el hombro desnudó del más alto, acariciandolo con suavidad.

Harry no merecía seguir sufriendo por aquel caso tan complicado, Louis estaba consiente de eso, tal vez debía decirle toda la verdad, pero el pensamiento egoísta de saber que no lo vería más y que quizá el detective terminaría odiándolo no le permitió elegir aquella opción.

Los ojos verdes se abrieron perezosos haciendo que Louis se sobresaltara ligeramente, iba a ser descubierto mirándolo así que tomó las sábanas escondiéndose en ellas, tras una pequeña risa ronca y dormitada las sábanas se movieron dejando ver ahora el rostro de Harry dentro también.

— Hola, buen día, gatito — Susurró mirándolo. — ¿De que estás escondiéndote?

— No estaba — Negó nervioso. — Creí que no seguirías aquí en la mañana.

— ¿Por qué? — Murmuró confundido acercándose un poco más.

— Cuando los chicos tienen aventuras así se van ¿no? Desinteresadamente — Murmuró sin atreverse a mirarlo.

— ¿Aventuras? Uhm supongo que si, eso hacen — Asintió.

— Pero tú te quedaste, los chicos que no quieren formalizar se van — Analizó la situación.

— Tal vez si quiero formalizar — Murmuró con sonrojo.

Bajó la sábana para por fin poder respirar mejor y ver a Louis de mejor manera, el castaño estaba sumamente sonrojado ante su última frase, se giró a verlo con sorpresa pero satisfacción a la vez.

— ¿Quieres? — Preguntó nuevamente, Harry asintió.

— Al ritmo que tú quieras ya te lo dije — Acarició su mejilla.

Louis sonrió de oreja a oreja sin poder evitarlo, Harry no se contuvo demasiado y terminó por robarle un beso, poco le importó el aliento mañanero y al castaño tampoco pues correspondió de inmediato.

Medio cuerpo del detective se colocó sobre el más bajo mientras continuaba besándolo, pero inmediatamente Louis colocó sus manos en su pecho en un intento por alejarlo.

— No, no — Negó mirándolo.

— Está bien, gatito, solo quería besarte un poco más cómodo — Besó la punta de su nariz.

— ¿Solo eso? — Murmuró con timidez.

— Nunca haré algo que te asuste o no tenga tu consentimiento — Lo miró con compasión.

El castaño miró al más alto por algunos segundos evitando a toda costa que sus ojos se cristalizaran ante sus hermosas palabras, asintió levemente y suspiró besando sus labios nuevamente antes de hablar.

— Hoy no tengo clase en la universidad — Sonrió de lado.

— Creo que mi día tampoco será tan pesado hoy — Se encogió de hombros con una sonrisa. — ¿Quieres ir conmigo?

— ¿Ir contigo? — Lo miró con ligera sorpresa.

¿Que se suponía que haría Louis en ese lugar? Una zona llena de policías investigando el caso de aquel famoso asesino en las noticias locales, miró a Harry una vez más y suspiró sin poder controlar lo que salía de su boca.

Blue eyed killerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora