𝐊𝐚𝐭𝐚𝐧𝐚𝐤𝐚𝐣𝐢 𝐧𝐨 𝐒𝐚𝐭𝐨 3°: 𝐊𝐨𝐭𝐞𝐭𝐬𝐮-𝐤𝐮𝐧

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- Tanjiro-san, _____-san por favor vuélvanse fuertes- nos dijo Kotetsu con determinación- Y díganle esto a él: ¿Es esto todo lo que tienes pedazo de basura?, Tu cabello es muy largo, córtatelo cabeza de alga, enano, torpe patas de palo- mientras decía eso inflaba su pecho de orgullo ante sus insultos- Ábrete la panza mocoso sin vergüenza-.

- ¡¡Eh....!! ¿Kotetsu-san? ¡Eso es un poco muy...!- le había interrumpido Tanjiro desesperado de que no dijera mas esas palabras pero luego le dijo otro del cual era mucho peor que los otros dichos- No ¡No lo es, no podemos decir eso!- en eso el pequeño le seguía insistiendo mientras le tiraba de su mejilla y a mi de la manga de mi haori. Luego de aquello el peliburdeo había dicho que empezaría el primero para ver como seria pero a los segundos fue derribado por el muñeco.

- ¡Tanjiro- Tanjiro-san!- gritamos a la vez el pequeño y yo al verlo rodar por el piso ante tremendo golpe que se había dado.

- ¡Voy a morir! ¡Es bastante difícil pelear contra seis brazos!-dijo una vez en el suelo sin poder levantarse nuevamente a lo cual Kotetsu se acerco para agarrarle desde su haori para levantarle.

- Tiene cinco ahora, ese mocoso de mierda rompió uno, así que su poder de batalla decreció- dijo el pequeño para luego golpear la cabeza al peliburdeo- Si mueres por esto no va a ser mas que basura, da lo mejor de ti, lo diré una vez más ¡Así que levanta la cabeza!- le sostuve su mano para que dejara de golpear la cabeza de Tanjiro, luego de eso este empezó a explicarle los errores que estaba cometiendo para así empezar a arreglar al muñeco- No le conté al mocoso de mierda sobre esto pero hay otras maneras para cambiar los movimientos del muñeco además de simplemente poner la llave en su cuello- decía el pelinegro mientras le ataba una venda en el ojo roto del muñeco- ¿Conocen las cajas de puzles de madera?-.

- ¿Nezuko no tenia una?- le pregunte al peliburdeo el cual asiente confirmando lo que dije.

-Tienes que mover todo en el orden correcto o no se abrirá, esto tiene el mismo principio- dijo Kotetsu mientras movía los dedos del muñeco de una de sus manos- Pueden cambiar los movimientos del muñeco dependiendo de cuantas veces rotes sus dedos, nosotros los herreros vemos las debilidades de los espadachines y los hacemos pelear contra el muñeco después de haber ajustado sus movimientos acorde sus debilidades... Si no hacemos esto realidad no hay punto para tener una sesión de entrenamiento, incluso sin entrenamiento para soportar la tortura no le enseñaría esto a nadie que odie incluso si me mata- una gota de sudor sale de mi cien escuchando lo ultimo para luego señalarme a mi- Te toca a ti así que prepárate- asentí para luego quedar al frente del muñeco.

Al ver que este se empezó a mover yo igual lo hice para así con mis manos tratar de frenar los brazos de este pero se me hizo casi imposible tras la rapidez que tenia haciendo que me diera un par de golpes fuertes en mi cuerpo y así caer al suelo agitada, luego me levante para correr nuevamente hacia este para así en un momento poder sostener uno de sus brazos pero a los segundo sentí un fuerte golpe en mi espalda baja por lo cual lo solté y este me empujo dejándome en el suelo y con Kotetsu remarcando mi errores a la hora de pelear.

Y así pasamos cinco días entrenando con el muñeco pero no había caso, podía detener uno o dos brazos pero luego me vencía golpeándome con los palos de entrenamiento, Tanjiro bueno... Él no pudo retener ninguna, en eso escuchamos a Kotetsu que apartar de mañana pondría espadas de verdad por no mejorar mucho, también la falta de comida y agua que nos puso de castico el pelinegro nos iba debilitando a gran escala, sobrevivimos gracia al tomar agua de lluvia.

Estábamos peleando nuevamente con el muñeco con espadas reales y al estar practicando bastante los dos desarrollamos la habilidad de predecir movimientos al poder juntos cortarle una pierna al muñeco y gracias a eso pudimos comer algo al pasar siete días sin alimento.

𝐉𝐮𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐒𝐨𝐦𝐨𝐬 𝐌𝐚𝐬 | 𝙺𝚊𝚖𝚊𝚍𝚘 𝚃𝚊𝚗𝚓𝚒𝚛𝚘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora