Capítulo 20.

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Franco: 

Una semana después.. 

Paso una semana en la que he estado trabajando día y noche en el nuevo producto que lanzara la empresa en menos de una semana y aun no hemos tenido nada adelantado, toda la situación me ha tenido muy estresado y tampoco he visto a mi novia, mi trabajo no me da abasto para hacerlo, cuando puedo la llamo para saber como esta, aunque me dice que esta bien, se que no es así, la ausencia de ambos le ha afectado poco a poco, ya que Enzo esta trabajando a la par mía, ambos nos hemos sumergido entre papeles, reuniones y demás.

—¿Firmas esto? —me entregó unos papeles. 

—Listo ¿algo más? 

—Si —soltó un suspiro— comer, no hemos almorzado. 

—Mire mi reloj— son mas de las doce, mejor pide algo y comemos aquí, este proyecto tiene que salir lo mas pronto posible, necesito descansar. 

—Bien, llama a Katy, no me contesta el teléfono. —salió de mi oficina. 

—Es raro que no conteste —tomé mi teléfono y le marque, no contestaba— ¿estarás ocupada amor? —me deje caer en la silla— necesito un descanso. 

Seguí en mi trabajo, mientras mas adelante todo mejor, ya hace casi cinco días que no veo a mi novia y hoy planeo hacerlo, no puedo dejarla tanto tiempo sola. 

(...)

Ya terminada la jornada de trabajo, ambos le compramos un postre delicioso a Katy para que comiera y hablar con ella, me preocupe mucho ya que ella no me contestaba el teléfono. 

Llegando a su departamento tocamos la puerta pero ella no abría. 

—Mierda —Enzo murmuró— ¡Katy! ¡Katy amor! ¿estás ahí? —tocaba una y otra vez. 

Una señora de unos cuarenta años o más se acercó a nosotros. 

—La señorita Jones lleva días sin salir de ahí —miró la puerta— su amiga vino hace dos días pero ella no abre la puerta. 

—Esto no me gusta nada Franco —Enzo lucia preocupado. 

—Yo soy la que le alquila el departamento a la señorita Jones, si desean puedo darles la llave, iba a hacer eso con su amiga pero cuando se la iba a dar ya se había ido. 

—Si es muy amable, se lo agradecería. 

La señora se fue a buscar las llaves. 

—Si no viene rápido juro por Dios que voy a reventar la puta puerta —Empecé a desesperarme. 

—Calma Franco.. mira, ahí viene. 

La mujer llegó y ella misma abrió la puerta. 

Ella se retiró y nosotros entramos, el departamento de Katy estaba desastroso, habían envolturas de comida por todos lados, platos sucios y un total silencio, sin pensarlo mucho corrí hasta su habitación, al entrar ella estaba acostada sobre su cama, envuelta en unas sabanas, estaba dormida. 

—Katy amor, despierta —la moví suavemente. 

Poco a poco ella se levantaba, el cuarto estaba a oscuras así que Enzo encendió la luces, vimos ropa de ella por todos lados y envolturas de comida. 

Cuando abrió sus ojos se sentó con suma lentitud en la cama, usaba un suéter gris con un pantalón de chandal negro y medias del mismo color, en sus ojos habían unas notables ojeras, su pómulo morado y palidez. 

—¿Podrían dejarme dormir? —murmuró. 

—No, mírate, estás muy pálida ¿Qué pasó? 

—Nada, quiero que se vayan y me dejen sola, por favor —su voz se escuchaba rasposa. 

Katy y el Dolor |+18| #3 de la Trilogía Moretti. -Finalizada- ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora