La película era una verdadera maravilla, el efecto 3D te hacia tener hasta el frio que se veía en los protagonistas.
Pero de todas formas, yo no estaba en la pantalla. Miraba a los espectadores que nos rodeaban, una parte era conocida, pero no así ni los de delante ni los de detrás.
Lo que estaba esperando es que se acercara a mí. No se movió.
Se había abierto la puerta de la sala.
A luz de la proyección vi como apretaba las manos contra los reposabrazos. Los cubos de las palomitas comenzaron a moverse desde la esquina exterior, uno para cada dos personas.
Se puede decir que casi se abalanzó a coger el cubo y ponérselo sobre las piernas, para comer cabezonamente las palomitas de una en una.
Me puse a comer palomitas yo también y allí fue nuestro primer contacto, dentro del cubo de palomitas, nuestras manos se tocaban, se reverenciaban, se seducían mutuamente.
Yo no lo miraba, mis ojos estaban fijos en el desierto de hielo que se proyectaba en la pantalla.
Las palomitas se derramaron sobre sus piernas y mi acto reflejo fue el ir a recogerlas. Estaba claro que no me esperaba, de hecho yo no lo premedite, solo sucedió así.
Mi mano rozo su paquete y el dio un pequeño brinquito sobre la butaca. Su corazón estaba desbocado por la sorpresa. Pero su bulto creció en el acto.
Sonreí.
Cada vez que iba a coger una palomita mi mano se posaba suavemente en su erección, rozandola, acariciándola, tocándola por encima de su pantalón antes de meter la mano en el cubo.
Desde la otra esquina nos solicitaron los abrigos que estaban puestos en el último butacón, que habíamos cogido como ropero improvisado. Lo cierto es que hacia frio y todo el grupo termino con los abrigos sobrepuestos por encima desde debajo del cuello.
El cubilete de palomitas a medio comer termino en el suelo, para poder taparse.
Mi sonrisa se hizo más amplia.
Mi mano voló a su bragueta, me consto un poco abrir el botón y bajar la cremallera debido al tamaño que tenia ya su polla. Antes de que mi mano emprendiera su trabajo el ya lo había pensado y se había puesto muy caliente.
Despacio conseguí meter mi mano en el calzoncillo por la apertura lateral para una de sus piernas. Mi mano estaba helada y su polla caliente, así que la agarre con cuidado, no quería hacerle daño, ni bajar aquella maravilla que se levantaba en mi honor y mucho menos llamar la atención de los demás sobre nosotros y quedarnos a medias.
Le note mover los músculos de las ingles, estaba claro que no quería dejarse llevar, pero que su cuerpo se estaba concentrando, para lo que vendría en un par de minutos.
Intento ponerme la mano en la rodilla, pero ya había poco espacio por allí, así que fue subiendo la mano por la parte interna de mis piernas.
Llegó a mi coño. Estaba empapado, el tanga era un hilo mojado. Metió la mano por debajo de la cinturilla de mi pantalón, y siguió bajando, pero debido a la postura apenas llegaba al nacimiento de mi rajita.
El forzar la situación era peligroso, además yo quería que esta vez fuera solo para el, aunque me ponía calentísima, el como y el donde lo estaba realizando.
El intentaba no gemir, pero se le escapó un suspiro así que mordió con fuerza la correa de su abrigo.
Aumente el ritmo de la mano mientras el apretaba mi pierna a la altura de la ingle por encima de mi ropa y se concentraba en su respiración, me parecía muy sexy que se esforzara tanto.
De pronto le sentí contraerse entre mis dedos a la vez que tensaba las piernas.
Su mano apretó su capullo mientras se corría, en un intento de que su semen caliente no se esparramara por todos lados. Al sujetarse así contra el calzoncillo, apretó mi mano también. No lo solté.
Se que durante unos minutos no vio la película estaba catatónico esperando recuperar la razón y la respiración.
Cuando aflojo su mano saque la mía despacio, para que nadie lo advirtiera.
Estaba impregnada con su semen, así que la fui lamiendo consciente de que me miraba de reojo.
Alguien pregunto en un susurro desde la otra punta si queríamos algo de fuera y el reacciono por resorte.
*-Agua, tráeme agua, necesito líquidos.
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Cuentos y Relatos Eroticos II
RomancePequeñas historias que empiezan y acaban en cada pagina