El Mago Sarraceno

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Durante una de sus primeras batallas, casi muere bajo el filo de una espada cristiana, por quedarse paralizado viendo a alguien utilizar magia en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo.

Le extraño y fascino por partes iguales, así que después de reaccionar a tiempo y poner su trasero a salvo, decidió adentrarse en ese tipo estudios para mejorar sus resultados.

Además, los magos usaban un porte que se adaptaba perfectamente a su físico, por lo que si de paso, robaba algún corazón femenino, no pondría pegas.

En su nuevo hogar ''La caja de pandora'', se concentró en aprender de los libros, dándose cuenta de que la magia no tiene confesión, cualquiera puede hacer uso de ella y que un mal uso puede devorarte el alma convirtiendo tu vida en un corto trayecto.

Como no era un mago natural, sino que lo suyo era adquirido a base de estudiar y practicar, sin interesarle las pociones e ungüentos, tuvo que pedir prestado un poco de poder primario para que a partir del fuera creciendo.

Lo llevaba sobre el pecho, en una bonita joya azul, la cual parecía un zafiro cuyo interior estaba en constante movimiento.

Al principio, solo era capaz de dar pequeños calambres que más que efectivos, resultaban desagradables, luego paso a pequeñas descargas que atontaban a sus enemigos, más tarde esas descargas los dejaban sin sentido. En la actualidad corrían por su arma cuando así él lo decidía.

Alaudin Khilji «Rey más sádico medieval», le llamo durante una temporada a su lado, debido a la fama que alcanzo por esa nueva forma de pelear. El rey fue más que generoso con el debido a esa virtud pero además debido a su porte, su rostro más que hermoso siendo sus rasgos muy masculinos y su fibrado cuerpo, hacían que el regente se volviera un cachorro mimoso, mientras que él se dejaba querer.

Solo que él no se dejaba querer por el rey. Así que cuando los comentarios le vincularon con la tercera esposa del señor, pidió un permiso para acudir a la boda que se celebraba en la caja.

Permiso sin retorno le concedieron.

Llego la tarde anterior a la boda, por lo que acudió como todos los hombres a la despedida del novio, por lo que siendo un buen compañero, se dedicó como casi todos los presentes a probar todas las variantes que al día siguiente se iban a servir en la celebración del banquete, en el cual como en casi todas las bodas, habría mucha comida y demasiada bebida.

Estando todos bastante perjudicados por los licores, barajaron la posibilidad de montar al novio, atarlo y soltarlo en medio del desierto, pero si la novia se enfadaba correrían peligro sus descendientes, así que prefirieron terminar de emborracharlo hasta que perdió el sentido.

Durante la boda, estuvo más bien en la parte del fondo, en donde podía ver sin estar totalmente expuesto.

Varias de las invitadas le miraron con una caída de pestañas característica de que recibirían su atención más tarde.

A altas horas de la noche, una sombra se introdujo sigilosamente en una de las tiendas puestas para los invitados de la boda.

No le hacía falta caminar de puntillas, la alfombra sombre la arena era más que suficiente para silenciar sus pasos.

Levanto la sabana de seda después de dejar caer su chilaba al suelo.

La preciosa mujer aceitunada se movió para dejarle espacio sobre su cama ates de abrazarle y tomar su boca, mientras que sus fornidas manos de mago-guerrero la recorrieron, preparándola con total maestría para su total posesión.

Tuvo que beberse sus gemidos constantes para que la guardia armada no los descubriera.

Horas después cuando la llamada a la oración le despertó, lo hizo en un cuarto de la cofradía, pero extrañamente no se trataba del suyo.

Sonrió, afortunadamente estaba entrenado para la guerra y su cuerpo no tendría molestias debido a sus últimas e intensas actividades.

Recogió una chilaba, que tomaría prestada para volver a su cuarto.

Por fin estaba en casa

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