Prefacio.

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31 de octubre de 1981, Godric's Hollow.

Era otoño, la guerra estaba en su peor punto y la noche era fría, tan fría que calaba hasta los huesos. Parecía no importar en la casa de los Potter, dónde James y Lily cuidaban a sus dos pequeños.

James volaba en su escoba junto a su hijo más pequeño, Harry Potter traía unas redondas gafas iguales a las de su padre, los cristales empañados por los bufidos de risa que emitía el bebé, se abalanzaba inquieto, estirando sus regordetes brazos para alcanzar el sapo que su padre había transformado con una copa. James no podía ser más feliz.

Y Lily leía para su hija de dos años el libro de pociones que la pequeña había elegido, Amelia tenía los enormes ojos verdes bien abiertos mientras observaba a su madre. Lily tenía una enorme sonrisa mientras de reojo veía a su pequeña atenta con lo que leía para ella. La niña ladeaba su cabecita y fruncía el ceño con concentración, Lily la amaba.

Pero nada duraba, no para siempre.

Solo bastaba una decisión, un segundo y la vida de alguien podía arruinarse.

Habían vidrios rotos, las protecciones habían sido destrozadas y la casa de los Potter se encontraba a la vista de su enemigo.

James era, por naturaleza, un héroe. Y por esa decisión heroica murió.

Se enfrentó sin varita al mago tenebroso más poderoso de todos los tiempos, fue imprudente, pero menos importaba, porque James ya había decidido, sabía que moriría esa noche.

Es por una causa, la gente murmuraría después.

Una buena causa. Darle tiempo a su familia de huir.

Lastima que nadie podía huir de Lord Voldemort.

La siguiente en morir fue Lily. Porque Lily Potter era fuerte, una bruja brillante, pero también una madre furiosa que amaba a sus pequeños, que amaba a su esposo, y no se marcharía sin luchar.

Así que murió protegiendo a sus hijos. Así lo decidió.

¡Por la causa! los magos y brujas celebrarían más tarde.

Lily y James Potter murieron para que sus hijos vivieran en un mundo mejor, un mundo sin Voldemort.

Pero sus hijos nacieron para sufrir.

Harry nació para sacrificarse por el mundo mágico, nació para vencer a Lord Voldemort.

Y Amelia solo era el peón en un sucio juego creado por hombres hambrientos de poder, nació para dar el jaque y llevarse a todos con ella, al infierno dónde ardería.

Y en aquella noche de octubre, James y Lily dejaron a sus hijos solos en una guerra, sin nadie a quien confiar e ignorantes del dolor que obtendrían más adelante.

Porque ellos ya habían decidido.

Pero ya había alguien más decidiendo por los pequeños.

No eran los únicos que habían perdido.

Porque en la Mansión Malfoy, Narcissa y Lucius Malfoy no solo cuidaban a su heredero, también cuidaban al único hijo del mismo Lord Voldemort.

The kingdom of nothing. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora