Sexto año "A punto de descubrir la verdad"

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Mayo de 1996, Grimmauld Place.

-Han regresado.

-¿Los tres?

-Si Amelia, los tres han vuelto.

Amelia sintió su nudo en su garganta arder, miró a su profesor de pociones y el asintió.

-La esperan, Amelia.

Ella asintió, yendo directamente hacía la chimenea, apareciendo en Grimmauld Place en segundos.

Su padrino y Sirius la esperaban. Mary Mcdonald también.

Amelia alzó su rostro y los miró con una sonrisa genuina, sintiendo su pecho cálido de nuevo, sintiendo esa protección invadirla, como siempre sucedía cuando Remus y Sirius estaban con ella.
Habían sido meses llenos de pesadillas, de insomnio y tristezas, de ansiedad y un infinito dolor... pero solo bastó verlos para sentir que todo estaba bien, que todo estaría bien.

Su padrino no lo soportó más, y corrió hacia Amelia, abrazándola con delicadeza y sosteniendola con seguridad, con alivio. Sirius también hizo lo mismo, ambos la abrazaron con fuerza, acariciaron su cabello y buscaron alguna herida en su rostro, algo que les dijera si algo había sucedido. Amelia se aferró a no mostrar su dolor, aquel trauma que había vivido hace semanas.

No quería causarles más preocupaciones de las que seguro ya tenían.

Pero Remus la conocía, Sirius también. Los ojos de ambos se llenó de pura preocupación que la hizo desviar su mirada... no preguntaron, solo volvieron a abrazar a Amelia.

-Los extrañé. -ella susurró.

Remus besó la frente de su ahijada y le sonrió tembloroso.

-Nosotros también, cariño.

Mary Mcdonald la miraba con una sonrisa gentil.

-Es un enorme placer volver a verte, Amelia. -le dijo la mujer.

Amelia frunció su ceño.

-¿Me recuerdas?

Mary asintió lentamente.

-Cuando has trabajado más de una década con Dumbledore, descubres como protegerte de el.

Sirius sonrió. Amelia sintió intriga, quería escuchar sus métodos para lograr esquivar los planes de Dumbledore, sobrevivir a ese mago ambicioso.

-¡Nuestra querida señora Mary es una bruja talentosa, Dumbledore la ha subestimado!

Mary hizo una mueca irritada.

-¡Eres un pedazo de imbécil, Black! -le espetó -, Te he dicho, que quiero que dejes de decirme señora.

Sirius chasqueó su lengua sin borrar su sonrisa.

-¡Vamos mujer, todos nosotros ya somos unos jodidos señores! -exclamó Sirius, alejándose de Amelia y dándole palmaditas en los hombros a Mary antes de recostarse en el sofá de la sala -. Hemos crecido, pero el mundo no ha cambiado en lo absoluto...

Amelia observó a Sirius, notó el brillo melancólico en sus ojos. Canuto era alguien que temía crecer, que si fuese posible, sería un adolescente por el resto de su vida. Un alma joven que crecía, que envejecía.

Remus miró a Amelia y sin borrar su gentil sonrisa, le hizo un movimiento con su cabeza para tomar asiento, ella frunció su ceño. Su padrino tenía tres nuevas cicatrice en su rostro: una partiendo desde su ceja hasta el comienzo de su labio, la segunda era similar a la cicatriz que Amelia tenía en su mentón, y la tercera formaba una equis con la cicatriz más grande.

The kingdom of nothing. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora