Sexto año "Una saboteadora"

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Enero de 1996, Hogwarts.

Daphne Greengrass, perspectiva.

—Ya lo sé todo.

Le dijo a Tom, acorralandolo en las mazmorras.

El apenas si la miró de reojo y siguió avanzando como si nada. Ella quiso llorar de pura rabia, Tom jamás la miraba, jamás se detenía a escucharla.

—¿No dirás nada? —le preguntó, yendo detrás de el.

Tom no habló.

—¡Detente, joder! —le pidió —. ¡Solo quiero que me lo digas a la maldita cara!

El se detuvo.

—¿Estás con Amelia Potter, si o no?

Tom por fin la miró, sus ojos azules dándole un vistazo irritado, indiferente.

—No perderé tiempo con tus estupideces. —le espetó Tom.

Daphne soltó un chillido frustrado.

—¡Necesito que me lo digas!

Tom volvió a darle una mirada indiferente, a Daphne le dolió el pecho.

—Y yo necesito ir a clases.

—No me mientas, las clases inician en unas horas...

—No quiero estar contigo. —le dijo con simplicidad.

Daphne sintió el nudo de su garganta arder, frunció el ceño cuando sintió sus lágrimas caer. Tom ni siquiera hizo una mueca preocupada, algo que le dijera que le dolía verla triste por su culpa, que le mostrara que le preocupaba.

—Soy tú prometida...

Tom hizo una mueca de asco.

—No por elección.

Daphne ahogó un sollozo.

—¿Estás con ella? —le preguntó de nuevo, con un hilo de voz —, ¿Es culpa de Amelia Potter que no puedas aceptar nuestro matrimonio? Se que me quieres, yo...

—No te quiero —le dijo tajante, Tom tenía el jodido poder de desarmar a Daphne en segundos —, Nuestro compromiso jamás debió de existir, lo sabes perfectamente.

—Tu padre me eligió como tú prometida —le susurró Daphne con los dientes apretados —, El señor tenebroso sabe que soy la mejor opción para ti. ¿Por qué no puedes verlo? Tu estás mejor conmigo.

Tom frunció su ceño. Y por más que Daphne miró sus ojos, por más que quiso descifrarlo... no lo logró. Tom era un maldito enigma, un muro inquebrantable de hielo, de hierro resistente que jamás le permitía entrar, no desde que Amelia apareció en su vida e intervino.

Antes, Tom solía mirarla, solía incluso hablar con ella... Ahora solo recibía indiferencia y un silencio doloroso.

—Mi padre toma decisiones a base de su estrategia en la guerra, no lo olvides —le recordó, ella lo miró con ruego —, Sabes la razón de su decisión, sabes porque debemos casarnos. Y será así hasta que mi padre obtenga lo que requiere.

—Podemos tener un matrimonio feliz, Tom... —le dijo, queriendo tomar sus manos, el alejó su calor de ella —, Solo déjala... Déjala y te haré feliz.

Tom negó con la cabeza.

—Tu no tienes nada que pueda hacerme feliz a mi, absolutamente nada —dijo lentamente las palabras, como si ella fuese estúpida y el quisiera dejarlo bastante claro —, ¿Quieres que te responda a tu pregunta? Si, estoy con Amelia. Te lo dije una vez Daphne, ella es la única capaz de complementarme, somos iguales, y eso nos hace estar a la par... Algo que contigo jamás obtendré.

The kingdom of nothing. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora