Quinto año "Un salto a la oscuridad"

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Segundo mes, enero 1995, Hogwarts.

—¡Una vez más, muchacha! ¡Diffindo!

El profesor Moody la lanzó por la aires, cortando su mejilla derecha por el encantamiento que había murmurado sin permitirle siquiera ponerse en guardia.

Amelia gimió cuando el dolor de sus costillas invadió todo su cuerpo, inhaló y exhaló hasta regular su respiración y tomar la suficiente fuerza como para levantarse. La sangre se había acumulado en su boca y ella tuvo que escupirla, un hilo de saliva de color carmesí por la sangre goteó por su mentón, sus manos temblaban, no se molestó en limpiarse, solo pudo aferrarse a su varita.

Ella alzó rápidamente su varita y apuntó a Moody, la maldición cosquilleaba en la punta de su lengua con ansias.

Solo que Moody fue más rápido, y el no se encontraba herido, tenía la ventaja. Volvió a lanzar a Amelia con un expeliarmus, un crack sonó y ella gritó de nuevo por el dolor. 

Moody parecía aburrido y Amelia quiso escupirle en su cara, solo que no deseaba sentir más dolor del que sentía. Si se movía, el hueso roto de su costilla le obstruiría el aire.

—¿No sé divierte? —espetó ella —, Que lastima profesor, no soy su bufón personal.

—No seas tonta muchacha —con un movimiento de su varita, colocó el hueso en su lugar, Amelia soltó un gritó ahogado —, Levántese, de nuevo.

Ella se intentó levantar, solo que sus piernas se encontraban ya débiles y ardiendo por el entrenamiento. Lo intentó de nuevo y tuvo que sostenerse de la pared para seguir de pie.

Moody hizo la reverencia, característica de cualquier duelo, y se puso en guardia. Ella lo imitó.

El ojo de su profesor se mantenía fijo en ella, analizando a Amelia, tal vez sabía cuál sería su siguiente movimiento, ella tomó una suave bocanada de aire y alzó su varita.

Sintió el alivio recorrerla cuando Moody cometió un pequeño error, ella supo que la confianza de su profesor le haría creer que no había notado cómo su pierna hecha de madera se inclinó hacia su izquierda, anticipando el lugar donde creía ella lo atacaría.

¡Everte...!

¡Desmaius! —ella gritó, apuntando su varita hacia el lugar donde se colocó Moody y vió como ojoloco ahora salía volando por el salón y caía en los muebles de atrás, rompiendo todos a su paso.

Ni siquiera pudo sonreír por su victoria, ella cayó al suelo por el cansancio y el dolor de cada herida que le causó ojoloco. Solo pudo reunir fuerzas suficiente para acercarse a Moody y realizar el contra-hechizo para despertarlo.

Después de eso, no le permitió descansar, al contrario de eso, comenzó a explicarle sobre las artes oscuras. Solo que hacía otro enfoque, uno más turbio y frívolo, ella intervino.

—¿Qué quiere que haga con esa información? Las artes oscuras no me servirán de nada, es...

—Cállate niña, no hablas si no lo autorizo —dijo y chasqueó sus dedos, ella sintió la magia brusca de Moody cosquillear sus labios, ella frunció su ceño e intentó hablar, se dió cuenta de que no podía, Amelia no podía emitir ningún ruido de su garganta —, La magia oscura será tu aliada si quieres servirle a Dumbledore. El no me ha informado sobre la misión que te asignó (ni creo que lo haga), pero puedo darme una idea, así que no seas tonta y has lo que te digo sin refutar: solo lo haces y me agradeces.

Amelia tenía sus ojos llenos de lágrimas por la humillación, deseó gritar, golpear y romper objetos, lo que fuera para que Moody le regresará su voz. El hombre hizo una mueca irritada, las cicatrices que adornaban la piel de su rostro se estiraron de forma desagradable.

The kingdom of nothing. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora