GUERRA, PRIMER AÑO "Derrumbe"

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Septiembre de 1997, Mansión Malfoy.

Tom Riddle, perspectiva.

Regulus, Remus y Severus habían llegado esa misma mañana. El viaje se había complicado, y eso había causado que tuvieran un retraso de tres días.

Llegaron antes que Amelia, y se suponía que la boda tenía que realizarse enseguida por órdenes de su padre, pues esa alianza lo volvía completamente loco. Pero Amelia no daba indicios de estar a pocos días de volver, de hecho, no había rastros de Amelia, ni siquiera del resto del grupo... nada sobre Pansy, nada sobre Blaise, sobre Adam o Ava.

El se encontraba en su despacho, esperando al señor Black, pues tenía entendido, que con ellos, había regresado una mujer importante para la guerra. Tom no tenía cabeza para cuestionar el papel que esa mujer tendría en aquellos bandos, porque solo podía pensar en Amelia... su pecho se sentía pesado, y la preocupación cegaba sus sentidos.

Pensar con claridad era imposible, porque se suponía que no debía de existir ninguna complicación, se suponía que Voldemort solo los había enviado a una misión sencilla para que Amelia no se expusiera al peligro.

Draco estaba sentado frente a su escritorio, con sus brazos cruzados y mirándolo fijamente, evaluando sus rasgos, cada mueca. Y Tom giró sus ojos.

—Me incómodas.

El peliblanco se mantuvo serio, y realmente era inusual mirarlo de esa manera, Draco normalmente solía soltar algún comentario lleno de sarcasmo, pero esa fue la excepción.

—Algo está mal —Draco le dijo —, No me siento tranquilo, se que no es normal que ellos no hayan regresado todavía.

Tom asintió lentamente, lo sabía.

—Debimos acompañarlos. —admitió Tom con su voz ronca.

—Aun así, Amelia nos hubiera amarrado a una silla antes de permitir eso —Draco aceptó enseguida, con su mirada perdida —, Algún día me ocasionará un infarto, estoy seguro.

Tom tragó saliva.

—¿Crees que ha sido lo correcto?

—¿Hacer este sacrificio por mamá? —preguntó Draco —, ¿Por Blaise, por Pansy y mi prometida? Por supuesto que sí.

Tom respondería, pero la puerta se abrió. El observó a Regulus Black entrar a su despacho, usando una túnica negra, sus ojos buscando desesperados a Amelia.

Remus entró después, haciendo lo mismo que Regulus, ambos frunciendo el ceño al no encontrarla por ningún lado. Severus intentó disimular su confusión al entrar a su despacho, pero no funcionó en lo absoluto.

—¿Y Amelia? —Regulus preguntó.

Tom respiró hondo.

—No han regresado.

Hubo un silencio filoso.

—Eso es imposible —Remus refutó —, Se supone que solo tenían que tomar el traslador, no les debía de llevar más de un día.

Tom lo sabía.

—He buscado algún rastro de ellos, pero no hay nada. —admitió Tom con la voz débil.

Otro silencio.

Detrás de Regulus, algo llamó su atención, y notó a dos mujeres observando con sus rostros cuidadosos a Tom, a Draco también. Era una mujer de pelo platinado, y otra mujer con el cabello castaño, la mirada de ambas parecía endurecida, ese tipo de mirada que solo dabas cuando la vida había sido lo suficiente dura como para endurecerla.

The kingdom of nothing. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora