Sexto año "Perdón"

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31 de diciembre de 1995, Mansión Malfoy.

Tom Riddle, perspectiva.

Amelia no evitaba a Tom. De hecho, no le permitía leer con tranquilidad su libro en la biblioteca de la mansión, toda su magia vibraba de pura rabia, lo golpeaba causándole inquietud, la pelinegra se encontraba en el otro extremo de la habitación, recostada en un sofá, tapada con una manta caliente y con un libro en su regazo mientras platicaba bastante entretenida con Narcissa y Draco.

Ella deseaba hacerle ver su enorme molestia hacía el y lo que había dicho en su última discusión con Amelia. Era evidente, sus miradas repentinas lo demostraban, esos hermosos ojos verdes brillando con rabia, de indignación por culpa suya.

Tom deseaba estar mucho más cerca de Amelia, más de lo que ahora se encontraban, quería sentir su tacto y sostenerla entre sus brazos. Pero su orgullo solía decidir no buscarla, aún cuando sabía que no faltaba mucho para ir detrás de ella y pedirle perdón, el se mantenía decidido y no daba su brazo a torcer.

El sabía que era su culpa.

Pero alzó su libro de nuevo y se aferró a leer, aún cuando la magia de su Amelia lo distraía constantemente, la neblina roja no era tan evidente ni tan violenta como solía ser cuando se mostraba, pero estaba ahí, lo molestaba y era un jodido recordatorio de que Amelia no bajaría la guardia, que ella no iría hacia el para solucionar las cosas.

Ni siquiera había hecho una excepción ahora, que era su cumpleaños. Parecía que Amelia necesitaba verlo desear su perdón, rogarlo incluso.

Ese era un enorme problema cuando dos personas con el orgullo intacto y un egocentrismo irritable para el otro decidían estar juntas. Eran iguales, querían la misma intensidad y disfrutaban ver al otro necesitar de uno mismo.

Así que cuando uno no se rendía, era más difícil de soportar esa arrogancia que ambos mantenían como un muro inquebrantable. 

El oía la conversación que Amelia entablaba con Draco y su madre Narcissa. Y odiaba que no lo incluyeran.

Porque desde su lugar podía notar como ambos disfrutaban ver la desesperación de Tom por ser incluído y la cizaña de su Amelia para hacerlo sentir lo suficientemente mal como para llevarlo al borde de sus emociones. Narcissa miraba a Tom con cierta disculpa en sus ojos, pero también sonreía entretenida al notar como Amelia tenía cierto poder en Tom, como la bella mujer de ojos verdes no necesitaba de mucho para desarmarlo en segundos.

Amelia hablaba (por petición de Narcissa), sobre la relación que tenía con todos en la orden del fénix. Tanto de Harry y los Weasley, como de Remus y Sirius.

Tom había notado de inmediato la incomodidad de Amelia al verse en una situación en la que debía hablar sobre su vida personal. Pero a los segundos supo que Narcissa no era una amenaza para ella y comenzó a hablar.

—¿Los Weasley fueron los primeros amigos que tuviste en el mundo mágico?

Amelia asintió.

—Especificamente fueron los gemelos —aceptó con una sonrisa triste —, Eran un año mayor que yo, solíamos coincidir en muchas cosas cuando éramos pequeños.

—El chico que trabaja en el ministerio... —dijo Narcissa —, Percy Weasley. ¿El no cursaba su tercer año cuando apenas ingresaste al castillo?

Amelia volvió a asentir.

—Percy siempre me agradó, es un chico bastante amable —aceptó —, Pero los gemelos jamás me permitieron acercarme tanto a el. Ni siquiera se lo permitían a Percy.

The kingdom of nothing. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora