Sexto año "Estancados"

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Finales de septiembre de 1995, Hogwarts.

George Weasley, perspectiva.

George era una persona sencilla.

Lleno de energía, de vida.

Pero eso no le cegaba el juicio. Sabía que algo raro sucedía, podía sonar descabellado, pero el sentía el aire denso, pesado, difícil de ingerir, como si algo mayor, algo realmente terrible estuviese sucediendo justo frente a sus narices.

No solo era la guerra, era Amelia. Tal vez se entrelazaban las problemáticas, pero había diferencia entre la violencia de una guerra y la frialdad terrible de Amelia.

Su bonita.

George negó con la cabeza y se enfocó en lo importante, escuchó los deliciosos gemidos que emitía Angelina y su polla se endureció por exitación. Sus pasajeros encuentros con la morena habían iniciado a finales de Diciembre del año pasado, un error que se volvió una monotonía por no saber controlar esos celos bestiales que lo invadían siempre que veía a Amelia reír con Riddle, cuando ella acariciaba de manera fugaz las manos del pelinegro cada vez que creía nadie se daba cuenta... Cada vez que los ojos verdes eléctricos de Amelia brillaban con algo parecido a la esperanza cuando Tom Riddle se acercaba a ella.

Amelia creía que George era tonto, creía que el no se daría cuenta de lo que podía estar sucediendo entre ellos. Solo le había dado un tiempo a la pelinegra para aclarar su mente, darle espacio, ¿Y que había hecho? Ver a otro con los mismos ojos enamorados que lo habían visto a el de esa manera en un pasado.

George embistió con salvajismo y posesividad al recordarlo, su sangre hirviendo de celos. Angelina gimió su nombre, rasguñó el pecho de el con sus uñas y arqueó su espalda, era una clara señal de que el orgasmo estaba a punto de llegar. El quiso concentrarse en la increíble imagen que Angelina le daba, su desnudez, su piel brillando por el sudor y sus pupilas dilatadas la hacía ver deliciosa, pero en su mente solo habían unos ojos verdes que lo atormentaban desde hace meses.

Se odió por admitirlo. Pero pensar en Amelia lo exito de una manera retorcida y deliciosa, su polla comenzó a palpitar y ponerse erecta una vez que su mente transmitía a Amelia desnuda, como una vez la había tenido, gimiendo y jadeando mientras lo miraba con sus labios hinchados y sus pezones erectos, George gimió.

Recordar cómo se retorcía de placer en sus brazos lo desarmó, su cabello negro pegado en ambos lados de su rostro y su cuello lleno de chupetones, marcas que demostraban que era suya, suya, y solo suya. George llegó a su orgasmo entre embestidas salvajes a Angelina, la morena lo tomó de ambas mejillas y lo besó, satisfecha, feliz.

El pecho de George dolió.

Y luego se levantó, alejándose de su tacto, queriendo estar en cualquier otro lugar, no en un maldito salón de clases follando a Angelina.

La morena lo miró confundida, el no fue rápido y sus ojos chocaron por unos segundos. Fue suficiente para que Angelina supiera, ella sollozó.

-¿Hasta cuándo, George? -su voz sonó rota, el se vistió sin volver a mirarla -, ¿Hasta cuándo seré suficiente?

-Lo eres.

-¡No seas un pedazo de idiota! -espetó -. ¡No soy suficiente para ti, no soy Amelia!

George no dijo nada, se colocó su camisa blanca, seguido de su corbata escarlata con dorado. Estuvo a punto de salir, huir de la habitación, Angelina habló antes.

-¿Qué tiene ella que no tengo yo? -preguntó.

El negó con su cabeza.

-No lo entenderías.

The kingdom of nothing. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora