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Todos dormían plácidamente, la noche era eterna para ellos. Pero Sasuke no podía dormír del todo, su respiración era acelerada, al cerrar sus ojos solo veía el rostro de aquella serpiente, oía su voz en su cabeza...de algún modo lo hacía sentir agobiado, ansioso y a pesar de que intentaba no pensar en ello...esa sensación fría en su mente lo enloquecia.
-¿Felíz por volver a ellos? ¿eh Sasuke?-
-¿Que estas haciendo aquí? ¿por qué no dejas de aparecer en mi cabeza?-
-Ahora soy parte de Sasuke Uchiha, puedo tomar el mando cuando se me plazca, pero aún no lo e hecho-
Tenía una enorme sonrisa al decir eso, algo que lo repugno.
-¿Que es lo que quieres de mi?-
-Tu cuerpo, tu sharigan, siempre quise poseerlo y ahora puedo-
-Por eso me dejaste libre, ya has logrado tu objetivo-
-Así es, pero aún no comenzo el juego-
-¿Eso es lo que soy para ti? ¿UN MALDITO JUEGO?-
-Si, no podrás pedir ayuda...yo soy tu, tu eres yo y jamás podrás librarte de mi-
El corazón de Sasuke sintió escalofríos y miedo.
-Tanto miedo...puedo saborearlo, todo lo que sientas estará a mi alcance, tu peor enemigo será tu mente-
El Uchiha abrió los ojos de golpe al sentir una mano tocando su cara.
_Oe Sasuke, ¿podemos hablar?
_¿De que?
_De todo.
_Bueno.
Ambos caminaron hacía fuera, la lluvia había parado, pero sabían que volvería a llover. El sol recién comenzaba a salir. El rubio le miraba serio, por fín estaban cara a cara, por fin podrían aclarar las cosas sin una pelea constante donde siempre terminan inconcientes.
_¿Que has estado haciendo todo estos años?
El Uchiha sintió incomodidad, en cualquier momento "el" podría tomar el mando, estaba condenado a la muerte de forma automática. Era un terror psicológico, incluso lo que pensaba ahora el lo estaba viendo.
rago saliva, ¿que iba a decir?
Solo debo actuar como siempre, no hay muchas cosas que decir.
