¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No seré la misma, no luego de todo lo que me ha pasado últimamente. Tratar de soportar todo era la única forma de seguir adelante. Ya paso tiempo de que terminé con Sasuke-kun, un mes. Me recupere de la fractura en el brazo y ahora entrenó, entrenó con Rock Lee y a veces la sensei Kurenai.
Quiero ser fuerte, quiero avanzar y ir detrás de todos los que me han hecho daño, acabar con ellos uno por uno y sin compasión sin tener ese miedo a ser fácilmente derrotada.
Neji, la situación no se ha tocado desde la última vez. Me deja vivir en el departamento pero ya no me dirige la palabra me ignora como si no existiera. No puedo decir nada, y tampoco quiero remover todo.
Solo voy a dormír, trato de pasar el menor tiempo para no incomodarlo.
En los días entrenó lo más posible para no pensar en nada.
Sakura-san y Kiba han estado de misión aún, dice que volverán en 6 meses. Se fueron así sin decir nada solo desaparecieron sin dejar rastro alguno.
En esos momentos solo estaba enfocada en Sasuke-kun, así que no le daba importancia a los demás, no sabía que pasaba, nose nada de mi entorno actualmente.
Pero ahora ya nada importa es el pasado, debo ser fuerte.
(...)
Los golpes venían de forma brusca, de parte de Rock Lee pero esta lo esquivava con facilidad.
Este lanzaba patadas certeras pero ella con ambos brazos lo bloqueaba.
Se lanzó hacía el, recitando puñetazos bruscos pero este respondio agarrandola de las piernas arrojandola contra el cielo.
De un salto este la golpeó en estómago en el aire haciendo que ella se estrelle en el suelo creando un pequeño cráter. La joven sin miedo se levantó rápidamente y se posicionó frente a el.
El joven le miró asustado por la sangre que escurria de su labio pero al verla con una sonrisa este se tranquilizó.
_Eres fuerte Rock Lee.
_Gra...
Antes de que pueda terminar esta le tomo de los brazos y lo arrojó a un árbol. Choco contra la corteza y antes de que pueda levantarse le dio un golpe certero en el abdomen.
Una sonrisa radiante tenía la joven, sabía que iba a pasos tortugas su evolución pero era una tortuga encaminada, porque tenía un objetivo.
No importaba nada más que sentir que tenía un propósito en su vida.
