—¡La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar! ¡Porque no tiene, porque le faltan, las dos patitas de atrás!
Quedarse alucinada era poco comparado con lo que sentía allí. No llevaba ni dos días con ellos, pero había descubierto que estaban tan locos como una persona normal.
—¡Carlos, tienes tres segundos para mover tu gordo culo fuera del escenario!
Una de las cosas que había descubierto eran las continuas discusiones de Magí y Carlos, sobre todo por la gandulería de este último.
—Ya voy, Magí—dijo cabizbajo.
Sofía rió por lo bajo. Carlos debería ser cómico, no cantante. Le venía como anillo al dedo.
Mientras ella estaba pensando sobre los chicos, un hombre grande y fuerte como un armario subió al escenario.
—¡Vamos a ver!—con su estridente voz hizo que Sofía despertara de sus ensoñaciones—. Queda menos de una hora para que esas puertas se abran dejando pasar a cientos de alocadas fans. ¡Y me estáis diciendo que el escenario no está montado!
Luna apretó con fuerza la mano de su hermana mayor. Había que reconocer que ese hombre daba miedo. Y no solo para una niña de 2 años. A Sofía tampoco le hacía ninguna gracia ese hombre.
—Es Franchejo—le dijo Magí apareciendo detrás de ella.
—¿Franchejo?
—Sí... Lleva trabajando con nosotros mucho tiempo. A pesar de lo que pueda parecer, es un gran tío.
Sofía lo observó. ¡Ese hombre era un armario con sudadera!
—Bueno... Yo me voy antes de que empiece a mandar. ¿Te importa si me llevo a tu hermana?
—No, tranquilo.
Magí se marchó, llevando de la mano a Luna.
—¡Tú, Pérez! ¡Mueve ese asqueroso culo y lleva los micrófonos al backstage! ¡Lafuente! ¡Prepara el telón! ¡Cantó, guarda las cuerdas!
—Conque a eso se refería cuando dijo que mandaba mucho—susurró Sofía, impresionada.
En ese mismo instante, Franchejo reparó en la existencia de la morena chica que no dejaba de observarlo. Volvió la mirada y frunció el ceño. Intercambiaron una mirada.
—Y tú...—Sofía tragó saliva—. Sube arriba y prepara las cuerdas para la entrada. ¡YA!
Como movida por un resorte, Sofía corrió disparada, subió las escaleras a toda prisa y se dispuso a hacer lo que le habían mandado.
—¿No crees que te has pasado un poco con la nueva?
—¡Aquí se hace lo que yo digo! ¿Sí o sí, Gango?
—Sí, señor—bajó la cabeza y se marchó.
—¡Ah! Mucho mejor—suspiró Grandullón—todo tal y como debe ser.
—Esto es genial. Estoy aquí—desenroscó una de las cuerdas, maldiciendo por lo bajo—, arreglando las cuerdas para que los señoritos se deslicen por ellas."Será divertido", dijo él. "Os haréis grandes amigos". Já. Qué risa me da. Solo quiero—tiró con fuerza de una cuerda, enfadada—estar en la universidad, con mis amigos, con mi novio. Pero no... Papá tenía que aceptar este estúpido trabajo. Y a mí tenía que tocarme esta estúpida tarea.
Mientras ella seguía maldiciendo, abajo Franchejo mandaba a diestro y siniestro. Realmente no parecía ser solamente un amigo y segundo representante.
—¡Pero Fernández, por favor! Aquí sin hacer nada no. ¡Coge ese taladro y asegura el escenario!
De repente, la parte de arriba empezó a temblar por la acción del taladro. Sofía se extrañó, para posteriormente suspirar y continuar desenredando las cuerdas.
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De gira (Auryn)
FanficSofía es la típica chica, que vive en la típica ciudad, con el típico novio, las típicas amigas locas y su típica familia. Solo que quizá no todo es tan típico. Quizá aún no ha tenido los ojos para ver a un chico con el que se ha cruzado tantas vece...