De gira (Auryn)

Capítulo 12: Déjà vu

—¿Las conoces? —Carlos se quedó sorprendido.

—Obviamente. Soy sweetie.

—¿Qué? ¿Eres sweetie y no eres auryner? ¡Mala persona!

—Carlos, cariño, se tiene o no se tiene —presumió Alba.

Sofía pegó un pequeño gritito, seguía paralizada. No se lo podía creer.

—Pero no te quedes ahí —la animó la peliazul—. Abrázanos.

No se lo tuvieron que decir dos veces. Se abalanzó sobre ellas. Se rieron.

—¿Qué pasa? —Dani entró al salón-cocina, pero se paró al verlas—. Ah, hola, chicas. ¿Y tú por qué tienes esa cara?

—Porque es sweetie, y ni siquiera soportaba a Auryn. ¿Te lo puedes creer?

—¿Eres sweetie?

—Sip.

—¡Qué mala persona!

—¿Quién es mala persona? —los otros tres componentes del grupo aparecieron.

—Sofía —mascullaron los dos.

—Oh, vamos, chicos... ¿No os iréis a enfadar por esa tontería? Soy sweetie, pero os quiero mucho a vosotros.

—¡Vale! —Carlos quitó su cara de enfado y la abrazó, casi aplastándola.

—Ya vale Carlos. La vas a matar —intervino Blas.

—¿Y a Sweet California no hay abrazos?—Rocío hizo un puchero.

—¡Rox! —Blas la subió en volandas y empezó a darle vueltas.

—Eso le pasa por hablar —negó Alba.

—Ahí está el modo tonto de Blas. Le sale con ella —susurró David a Sofía.

—Te he oído.

Tras el extraño momento, el resto les dieron dos besos a las Sweet California y las abrazaron. Luego, empezaron a hablar de diversas cosas.

—Sofía, ¿tú tienes novio? —se interesaron las chicas.

—Sí, sí que...

—Uy, sí. Tiene un novio increíble al que quiere con locura. ¿No es así, Sof? —Álvaro dejó salir su mala leche.

—¿No te cansas de meter mierda? ¡Qué tú me atraigas no significa que no le quiera! ¡Le amo!

Subió las escaleras, enfadada. Sweet California estaban extrañadas por lo sucedido. Álvaro también subió las escaleras.

—¿Qué acaba de pasar?

—Pues que Sofía y Álvaro han vuelto a discutir.

—¿Han vuelto? ¿Antes también discutían?

—No paraban de discutir en todo el día. Conseguimos que se tranquilizaran, pero parece que se ha avivado el fuego.

—Y a Sofía le atrae Álvaro, por lo que se ve.

—Y a él ella, querida Alba. No lo admitirán jamás, pero se gustan. Muchísimo. Aunque ella tenga novio y todo eso.

—Menudo lío.

—No te lo puedes ni imaginar.

Nada más Blas terminó de hablar, se escucharon gritos y un portazo.

—Parece que han vuelto a empezar con lo mismo.

—Déjà vu...

—Aún me acuerdo de cuando Sofía le pegó una bofetada al pobre Álvaro.