Capítulo 29: Dramas familiares

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Los otros cuatro chicos estaban desayunando con Fanny cuando todo ocurrió.

-Fanny... -susurró Carlos.

-¿Qué pasa?

-¿No crees que deberíamos decirle a Álvaro que entre?

-No. Tiene que aprender.

-Deberías dejarlo pasar -argumentó Blas-. No creo que sea buena idea que se resfríe en medio de la gira. Además, Magí se va a cabrear y...

-Vale, chicos. Voy fuera a buscarlo.

No había ni terminado de hablar cuando vio a su madre bajar las escaleras a toda prisa. Parecía enfadada.

-Mamá, ¿pasa algo?

-¿Qué si pasa algo? -la mujer apretó los puños-. Aún no me creo que haya sido yo la que lo ha criado.

Salió por la puerta, echando chispas. Fanny trató de abrir la boca para hablar pero no le salió nada.

-No entiendo nada -se atrevió a decir Carlos.

Siguieron en silencio, sin entender la razón del enfado de Mercedes.

Álvaro bajó las escaleras en busca de su madre. Los había pillado en una posición un poco malpensada.

-Buenos días, Álvaro... ¡Álvaro! -se sorprendió su hermana.

-¿Qué pasa? Ni que hubieras visto un fantasma.

-¿Tú no estabas en el jardín? -David preguntó.

-Esto... No.

-No me lo creo. ¡Casi te dejo entrar y tú ni siquiera has dormido ahí!

-Es que al contrario que vosotros, Sofía es una buena persona. Es la única que se apiadó de mí.

-¡Eh! Que Blas y yo quisimos que entraras, pero Fanny no nos dejó.

-Vale, entonces estabas arriba...

Fanny se quedó pensando. Todos la miraron, extrañados mientras daba vueltas por la cocina.

-A esta se le ha ido la olla -susurró Carlos.

Antes de que alguno le respondiera, Fanny cogió una sartén y le dio en el culo.

-¡Ayyyyy!

-¡Para que te calles!

-¿Habéis acabado? -se miraron y dejaron de pelear-. Fanny, ¿en qué pensabas?

-¿Dónde has dormido esta noche?

-La mitad de la noche, en el suelo de mi habitación. La otra mitad, en la cama.

-¿Sofía te dejó?

-No, se quedó dormida.

-Eso debe ser por lo que mamá se ha quedado flipando.

-O puede que sea porque esta mañana Sofía me ha empezado a hacer cosquillas y la posición era muy malpensada.

-Y si sumamos a eso la tensión sexual entre los dos... ¡Madre enfadada!-Carlos gesticuló.

-Vuestra madre es una malpensada.

-Todos hubiéramos pensado lo mismo en esa situación.

-Pobre madre...

-¡Sí, hombre! ¡Pobre yo, que me va a matar!

-Pero tú no importas tanto. La madre sí, se ha quedado traumada porque ha creído que estabas manteniendo sexo en sus narices.

-Carlos, no hables tan fino, que no te sale. Voy a ir a hablar con ella.

De gira (Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora