-¿Sofía Martínez?
Ella asintió y la secretaria le dijo que pasara. La siguió por varios pasillos hasta llegar a un despacho. Le abrió la puerta y se marchó, dejándola sola.
-Pase, por favor, no sea tímida.
Entró, al fin, y cerró la puerta detrás suya.
-Tome asiento.
Volvió a hacerle caso al hombre trajeado, el director de la revista. Cruzó las piernas y esperó impaciente a que le hablara.
-Bien...-el hombre suspiró-. He visto su currículum y es bastante brillante. Ha trabajado de secretaria en importantes periódicos, se ha sacado la carrera en un año menos de lo normal... y no hablemos de los concursos literarios que ha ganado, señorita Martinez. Usted sabe, sin duda.
-Bueno-hizo una pausa-, me gusta hacer cosas, no puedo estar quieta.
-Eso es bueno. Una mentalidad muy propia de nuestra revista. Aquí siempre hay algo que hacer: editar un artículo, entrevistar a un personaje famoso, hacer una sesión de fotos... Te veo con mucho futuro... ¿puedo llamarte Sofía?
-Claro.
-Lo dicho, Sofía, vas a llegar muy lejos en este mundo. ¿Estás dispuesta a ello?
-Por supuesto.
-¡Ese es el espíritu! Ahora viene el tema del contrato. Escucha, te lo voy a dejar aquí, me voy a marchar y tú lo vas a leer, revisar... Cualquier duda me preguntas cuando vuelva.
Sin dejarle tiempo a contestar, el director salió del despacho. Sofía cogió el contrato y lo leyó. No quería sorpresas.
Cuando llevaba cinco minutos enfrascada, le sonó el teléfono. Era Álvaro.
-¿Qué quieres ahora?
-¿Podemos hablar de lo que pasa?
-Ahora no es un buen momento. Estoy con el contrato de Bravo.
-Vale, pero llámame cuando salgas. Voy a recogerte.
Le colgó, iba a tener que hacerle caso. Negó con la cabeza y siguió revisando el contrato.
-¿Qué tal todo? -preguntó el director, ya sentado en su silla.
-Pues... yo lo veo bien. No tengo dudas.
-¿Lista para firmar?
-Sí, estoy lista.
-¡Así me gusta!-le tendió un bolígrafo.
Fue indicando donde debía firmar. Al acabar, estrecharon sus manos.
-Un placer, Sofía. Y bienvenida.
-Muchas gracias, de verdad.
-A ti, querida.
Sonrió. Salió del despacho y mandó un WhatsApp a Álvaro.
Sofía
Ya puedes venir a buscarme, he acabado
No tardó nada en responder
Álvaro
Ya estoy de camino. Nos vemos.
Sofía subió al ascensor. Al llegar a la planta baja, casi choca con una chica que iba corriendo.
-Lo siento mucho...
-No pasa nada, en serio.
-No, sí pasa. Es que me han dicho que Álvaro Gango estaba por aquí... Es mi componente favorito de Auryn y quería ir a verle.
-A lo mejor incluso lo conoces. Ven.
Tiró de ella y salieron del edificio. Álvaro estaba mirando su móvil.
-¡Hey!
-Por fin, hija... No eres más lenta porque no se puede... ¿Hola?-miró extrañado a la chica, que casi hiperventilaba.
-¿Cómo te llamas?
-Yo... Alejandra...
-Supongo que ya conoces a Álvaro, y seguro que no le importará hacerse una foto contigo.
Álvaro sonrió y cogió a la chica de la cintura. Esta tenía una sonrisa enorme en la cara. Un par de fotos más tarde, se despidieron de una ilusionada smiler y subieron al coche.
-¿Has visto la sonrisa que llevaba? Me encanta pensar que hago feliz a la gente.
-Yo lo creo.
-¿El qué?
-Que haces feliz a la gente.
Sonrieron y estuvieron en silencio un buen rato. Sus manos estaban entrelazadas, y el silencio era tapado por Coldplay, que sonaba en la radio.
-¿Dónde vamos a hablar?
-A mi casa.
Álvaro condujo por las calles de Madrid, hasta llegar a su edificio.
-Ven-la arrastró en su interior.
Su primer instinto al estar solos en el piso fue besarse. Los besos dulces y calientes inundaban la sala. Álvaro acabó separándose, tenían que hablar.
-¿Me has perdonado ya por lo de Latinoamérica?
-Lo cierto es que no.
-Pero me acabas de besar...
-Porque te quiero, pero eso no implica que te haya perdonado. Te va a costar que yo te perdone. Es más, probablemente te vayas a América y no te haya perdonado.
-¿Por qué eres tan dura?-susurró en sus labios.
-Porque no quiero que me dañen, y cuando estoy enamorada tardo en perdonar.
-Oh, vamos... Te he pedido perdón mil veces.
-No son suficientes... o no las has pedido de la manera adecuada.
-¿Y qué quieres que haga?
-Que me demuestres que te lo mereces.
A Álvaro se le encendió la bombilla. Sonrió y la besó, acariciando su espalda. Caminó hacia su habitación, llevándola de la cintura.
Una vez allí, se quitó la camiseta.
-¿Qué haces?
-Demostrarte que te quiero y que debo ser perdonado.
Volvió a besarla.
-No te voy a decir yo que no a eso.
Se rieron, una cosa llevó a la otra y...
En casa de Carlos...
-Ya casi lo tengo todo, Marta...
-Es que eres un chico muy desastre.
-Oye, no vengas aquí para hacerme bullying, que para eso ya están los demás.
-Sabes que te amo. Por eso he venido desde Londres...-se tumbó en la cama.
Carlos se mordió el labio.
-La maleta ya está, pero... va a ser raro irme de aquí unos meses.
-Las cosas van a cambiar, ¿eh?
-Sí, y no me gusta-puso un puchero.
-Cuando vuelvas, directo a Londres a visitarme.
-Eso está hecho, pequeña.
-¿Prometido?
-Prometido...-dijo aburrido.
Marta se le acercó y le dio un dulce beso en los labios.
-Que no se te olvide-le susurró antes de salir por la puerta.
Carlos se quedó mirando la puerta vacía y suspiró. El amor llegaba para todos.
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De gira (Auryn)
FanfictionSofía es la típica chica, que vive en la típica ciudad, con el típico novio, las típicas amigas locas y su típica familia. Solo que quizá no todo es tan típico. Quizá aún no ha tenido los ojos para ver a un chico con el que se ha cruzado tantas vece...