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Talión, observó su celular... eran alrededor de las cuatro de la mañana.

Acomodó su mochila a un costado, encima de una mesita de noche donde Amira tenía su propia cartera.

Al hacerlo, la cartera se cayó. Estaba acostado, asi que se levantó y la alzó, pero no se percató de que el cierre estaba abierto, y al levantarla las cosas se cayeron.

Asi que, después de dejar escapar un suspiró, se inclinó a levantar todo.

En medio de todo aquello, agarró el documento de identidad de Amira, asi que lo observó muy atento, dándose cuenta asi, que ese día que había empezado tan solo cuatro horas antes, era el día de su nacimiento.

Término de guardar todo y fue a la cocina donde estaba Amira cocinando algo ligero.

—Jamás he comido a las cuatro de la madruga — le dijo divertida Amira, cuándo el entró.

Talión le sonrió y se sentó en la punta de la mesa. Desde allí la observo en silencio.

"¿Cómo es que una mujer asi, esta tan sola?" Se preguntó. Su celular no había sonado para nada, tampoco encendido su pantalla, lo había estado observando a la distancia e incluso lo había agarrado para anotar su número en su movil, aprovechando que estaba solo en la habitación.

No tenía un solo mensaje, reflexionó al respecto y pensó que tal vez se debía a la hora, todos duermen... era lógico a juzgar que era de noche.

Sin embargo, siguió pensando en eso y se dijo a si mismo que iba a averiguar al respecto.

Amira le sonrió, a la vez que le ponía un plato con comida frente a él.

—Gracias por dejarme quedar aquí... — deslizó agarrando el tenedor.

—De nada...— Amira, se sentó a su lado y no le dió mucha importancia al asunto.

—Es curioso, aparte del estúpido de tu ex esposo, nadie más a venido.

—Ni van a venir.

—¿Me puedo quedar más tiempo entonces?.

—Talión...— Amira lo miró dudosa pero finalmente suspiró. —No creo que sea prudente que te quedes por mucho tiempo. Es decir, tú y yo...

—Somos amantes...

—Solo es una aventura... creo que decir "amantes" es un montón.

—Es lo que somos... tú estas casada y yo también. Aunque estas separada algo me dice que legalmente siguen estando casados.

Amira suspiró.

—Sino quieres esta bien...

—No me molesta... pero no quiero problemas.

—No los habrá... — sonrió Talión. —Bien, ¿que lado del placard ocupó entonces?.

—¿He?.

—Prefiero el lado derecho... y hay que cambiar las cortinas, el color es horrible...

—Talión...

—¿Porqué no me dijiste que es tu cumpleaños?.

—¿Cómo lo sabes?, ¿revisaste mis cosas?.

—Solo tu celular... pero el documento de Identidad lo vi cuándo se cayó.

—¿Porqué agarras mi celular?.

—No importa, suelta el pasado ya. Feliz cumpleaños...

Amira bajo su mirada —Gracias.

Por venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora