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Paso algún tiempo, entonces Amira y Talión decidieron irse a vivir juntos los dos solos.

Tras la renuncia al hospital, Talión se había abierto un consultorio en el centro, por lo que, buscaron algún departamento cerca de allí.

Amira volvió a sus estudios, lo que hacía que no pasarán tanto tiempo juntos.

Era domingo, se levantaron a media mañana y desayunaron juntos.

Mientras bebían una fuerte taza de café, Amira recibió un mensaje a su celular, pues; había comprado uno nuevo.

Sonrió al ver el mensaje y eso lleno de curiosidad a Talión.

—¿Qué pasa?. — interrogó.

—El profe de prácticas me mando la nota, me dijo que había estado muy bien en las practicas de ayer...

—¿El profe?— deslizó Talión. —¿Qué profe tienen?.

—Es nuevo, todas las chicas mueren por él, por que es lindo...

Aquellas palabras se clavaron en Talión como agujas en una tela.

—¿Te parece lindo?, y tiene tu número celular, que curioso... — acotó celoso.

—¿Porqué pones esa cara?. Solo es mi profesor.

—Yo también lo era.

Amira, se apoyo encima de la mesa y beso a Talión.

—No puedes reclamarme nada, eres un hombre casado todavía. — sonrió.

—Ni lo menciones, pronto firmare el divorcio pero eso no quita que ya estamos en una relación... te lo recuerdo por si, al ver a tu lindo profesor se te olvida.

—Mmm,— dijo, burlona Amira— no te aseguro nada, es difícil acordarse de ese tipo de cosas.

Amira rodeó la mesa sensualmente y se sentó en las piernas de Talión, para seguidamente, besar suavemente los labios de él.

Pronto, el calor de sus cuerpos fue aumentando y Amira tomó la iniciativa para comenzar a quitarle la ropa a Talión, por supuesto, que él colaboró.

Quedaron desnudo y Amira se acomodó frente a él, todavía en sus piernas.

Dejo que Talión hiciera lo que debía hacer, mientras succionaba sus pechos.

Cuándo lo tuvo dentro de ella, dió comienzo a lentos movimientos de caderas que hicieron que Talión dejará escapar gemidos sutiles.

Posteriormente, Talión se incorporó poniendo sus manos alrededor de las caderas de Amira, marcando con sus dedos su piel.

Paso la lengua por alrededor de sus pechos y mordió sutilmente el derecho.

—Ag...— deslizó Amira.

—Mi marca... para que no se te olvide que eres mía...

—¿Quién dice?.

Talión la levanto para sorpresa de Amira, y con una de sus manos tiró todo lo que había en la mesa para luego poner a alli a la muchacha.

—Yo...— dijo Tajante.

Colocó su mano en el cuello de Amira; e hizo presión, después paso su lengua por alrededor de su cuerpo, incluso saboreando los pezones.

Talión agarró con firmeza sus piernas y empezó a embestirla sin un mínimo de piedad, algo que disfrutaba sin duda Amira.

—Dame más — pidió Amira, soportando las embestidas.

Por venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora