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—Cómo cambian los papeles... hace un tiempo atrás fuiste tú quien me buscó desesperado.

Talión lo ignoró.

El ex esposo de Amira, se sentó frente a el en su consultorio del hospital.

—Si no estas enfermo, vete. Intervienes en mi trabajo.

—Amira si lo está. Tiene fiebre hace como una semana.

—¿Porqué no le has dado atención médica?.

Talión se paro y busco un par  de cosas.

—Llévame con ella ahora. No puedo creer que te haya preferido a ti, que eres un idiota.

El ex marido de Amira largo una incontrolable risa.

Juntos salieron del hospital, tras que Talión avisará que se debía retirar.

Los hombres subieron cada uno a su auto y Talión lo siguió como si fuera la sombra.

Llegaron a un lujoso apartamento.

—Pensé que eras pobre. — deslizó entrando.

—No solo los médicos hacen plata. — sonrió aquél hombre.

Talión ingreso directamente a la habitación, allí estaba Amira dormida. Le tocó la frente y acarició su piel suavemente.

—a veces murmura tu nombre. — dijo su ex esposo. — me llamó Christopher por cierto.

—Tu nombre me parece tan inrrelevante como tú — respondió Talión. —Sin en cambio, ¿ella murmuró mi nombre en este estado?.

Christopher asintió.

Talión le tomó la temperatura y tras comprobar que si tenía fiebre, le inyecto un medicamento para bajar la temperatura.

—¿cuánto lleva asi?, ¿sabes lo peligroso que es que tenga fiebre por tanto tiempo?... eres un idiota.

—Si, pero ella esta aquí conmigo...— se burló Christopher.

Talión lo ignoró. Estuvo atento a Amira, mientras verificaba que la fiebre bajara.

Luego volvió a mirar a Christopher. —No me voy a ir... asi que ve a hacer tus cosas.

—Claro, ¿acostumbras a invitarte solo a las casas ajenas?.

—Solo ocasionalmente. No te dejaría solo con ella en este estado. Nunca supe que fue lo que le hiciste cuándo desapareció.

—No le hice nada. ¿Crees que soy el malo?, yo nunca hubiese engañado a mi mujer.

—Haz silenció, no sabes nada...

—Mas que vos, si.

—Entonces dime... ¿que carajo pasa?.

—No sé si debería ser yo quien te lo cuente, pero me gusta el chisme además Amira no te lo va a contar. Voy por dos cervezas ahora vuelvo.

Christopher estiró su mano y Talión frunció el ceño, confundido.

—Alguien tiene que pagar las cervezas.

—¿yo?.

—Sos el que quiere saber.

Talión rodó sus ojos resignado y sacó su billetera para darle un billete de gran valor.

Christopher sonrió y salió dejándolos solos.

Talión contempló a Amira dormir, ya más relajado al estar solo con ella.

—Santo cielo— murmuró. — te veo y me surge un gran deseo de hacerte mía. ¿Qué clase de hechizo has hecho conmigo?.

Por venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora