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Talión rió — de acuerdo, pero que sea para ambos.

Tres días después, Amira recibió el alta junto a su hijo.

Tendrían que volver dentro de siete días para su primer chequeo de rutina, pero eso era lo de menos.

Llegaron a la casa y para sorpresa de Ambos, allí estaba Christopher.

—Cris— lo nombró Amira— tiempo sin verte.

Christopher los miró, vió el niño en sus brazos y no pudo evitar sentir fastidio, Talión se había quedado con todo lo que le pertenecia a él o eso creía.

—Estuve ocupado— dijo.

Talión también lo observó, lo notaba extraño y eso lo inquietaba.

—Voy a llevar al bebé a su cuna— dijo Talión. Sentía que algo andaba mal, asi que de algún modo, buscó poner al niño en un lugar seguro.

Tal vez, el instinto del que había hablado con Amira era la voz que sentía en su interior o se trataba de que de repente estaba paranoico, sin embargo, sea como sea, decidió escuchar lo que sea que sentía.

—Quien lo iba a pensar ¿no?... hoy fui a ver a tu abuela, dice que Talión es un amor con ella, que lo quiere mucho... — deslizó Christopher.

—Sí... cuando no puedo ir yo, va él a verla... a veces vamos los dos y estamos con ella, no le hemos avisado que Francis ya nació...

—¿Francis?, entonces se quedará con el nombre que Talión dijo.

—Sí, es el padre... ¿Estás bien Cris?. –Amira notó que temblaba.

—Sí, solo que cuando los veo, pienso en que yo pude ocupar el lugar de Talión, soy mucho mejor que él... puedo cuidarte a tí y al bebé... Talión no los merece, no me importa que no sea hijo mío, podemos irnos los tres a otro lado del mundo... Él bebé no tiene que saber que no soy su padre, acaba de nacer, ni siquiera va a recordar a Talión.

Christopher se acercó de manera nerviosa a Amira quién se hizo para atrás, hasta que la pared la detuvo.

—¿Has tomado algo?, tus pupilas están dilatadas...— dijo algo inquieta Amira.

—Es injusto Amira, me fui por varios meses y ni siquiera un maldito mensaje tuyo recibí...

—Eso no es cierto, te pregunte como estabas unas cuántas veces.

—Una vez a la semana, me respondias dos mensajes y luego nada... en cambio, Talión tiene todo de tí... yo fui quien estuvo a tu lado, quien te apoyo, quien te cuidó... pero no te importa, por que yo no valgo nada para tí.

—No es así, lo sabes...

—Sé que Talión me quito mi lugar...

—Nosotros dos nunca...

—¡Estabamos casados!... —Christopher golpeó la pared violentamente.

Justo en ese momento Talión, caminaba hacía la sala por lo que pudo ver aquella acción.

—¡Christopher!, – le gritó enojado. —Toma distancia de Amira ahora mismo. ¿Qué carajo te pasa?.

Amira estaba pálida, se veía visiblemente asustada pero no por el golpe de pared, a eso ya se había acostumbrado, Christopher tenía problemas de ira, nunca le pareció grave ya que a ella jamás la tocó. Lo que la mantenía con miedo, eran las gotas sutiles de sangre que pudo ver en su piel, justo en la parte donde la camisa que llevaba puesta no alcanzo a cubrir.

—¿Te peleaste con alguien?— susurró Amira.

Pero entonces, Christopher le dejo saber que tenía un arma entre sus ropas con una sonrisa perversa.

—¡No te metas Talión!,¡esto no es asunto tuyo!, ¡es entre Amira y yo!.

—¡Ya déjanos en paz!, acabamos de llegar, estamos agotados... lamento que no saliera bien para ti, pero las cosas son asi.

Talión se acercó a Christopher molesto, pero Amira le dijo que no lo haga.

—Tienes razón Cris... lamento no haberme dado cuenta lo valioso que eres para mi,

—¿Qué?, Amira— se quejo Talión, sin en cambio, vió la mano de ella que le hacía seña.

—¿Porqué quieres que nos llevemos un bebé?, podemos tener uno nuestro... uno que sea de nosotros dos...

Amira tocó el rostro sudoroso de Christopher, quien temblaba de forma exagerada mientras asentía.

Christopher la abrazo fuerte. —No sabes cuanto te amo, se que tú también me amas, por eso me quede siempre contigo... tienes razón, tendremos muchos hijos juntos.

De pronto, Amira empujó a Christopher y aprovechando los pasos que hizo para atrás le quitó el arma, se sorprendió por lo que había logrado, un segundo más lenta y él hubiese tomado primero el arma.

Lo apunto firmemente.

—No te muevas...— le dijo.

—Amira cariño, deja eso... tú no lo vas a hacer, dejaste que tu ex te lastimara tantos años, ¡ja!, no te enojes pero siempre me pareció graciosa tu manera de ser, digo... decias que no tenias problemas en pelear con alguien pero a tu ex le suplicabas llorando que ya no te golpeará pero no importa por que yo estoy aquí puedo cuidarte...

—Christopher... estoy segura que esa sangre que tienes en tu cuerpo, es de mi abuela, ¿qué le hiciste?.

—Nada, solo hablamos...

—¿Si?... ¿seguro?.

—Tu abuela es una vieja estúpida, ¿de acuerdo?, nunca me agradeció nada de lo que hice por tí y por ella... ah pero ahora, de la boca no sale la increíble pareja que tiene su nieta. ¡yo también fui bueno!, perdí el control, me hizo enojar... pero no te preocupes no nos van a alejar mi amor, ya hice lo que debía hacer.

—¿Qué hiciste?.

—Bueno, sin querer la mate, pero después pensé y dijo que bien... le di aviso a la policía, dije que había sido Talión quien la mato.

—¿Estás loco?, él ni siquiera fue a verla.

—Bueno pero eso los policías no lo saben ¿o si?. Pronto lo van a venir a buscar.

—Veo que el problema es conmigo, entonces, hablalo conmigo... no metas a Amira, la abuela de ella ni siquiera tenía la culpa. — dijo Talión.

—¡Qué te calles!, tú vos me enferma.

Christopher se empezó a reír de una manera macabra, Amira sintió un escalofrió recorrer su cuerpo. Aquellas risas, le recordaron a su madre...cuando su madre se "salía de su eje" cantaba una canción burlona sobre ella...

"Amira es una puta que para lo único que sirve es para "chupar"... la voz de su madre, haciendo una canción berreta y vulgar le vino a la mente.

Después de la risa, siempre venía lo peor, hace mucho tiempo había decidido terminar con eso, ahora debía nuevamente ¿poner un fin?.

—Oye cielo, ¿ya te mostré esto?. Traje dos... — sonrió Christopher mostrando otra Arma. Había aprovechado que Amira se quedó pensativa para sacarla.

Sucede que Talión no se había quedado callado y Christopher ya no tenía  paciencia.

Apunto a Talión y sonrió.

—¡No lo hagas!— Exclamó Amira.

Y... estruendos se escucharon. Los disparos espantaron a los pajaros de afuera...

Por venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora