Por venganza

11

El hermano de Talión había prometido ayudarlo, pero igualmente el comenzo a averiguar por su cuenta.

Por lo que dos días después, en clase teórica, aprovechó que tomaba asistencia, para preguntar por ella con disimulo.

—Amira Disantos...— la nombró. Ella no estaba alli, era consciente de que no le diría "presente" como muchas otras veces. Asi que tras unos segundos, inquirió al resto de los alumnos. —¿Alguien sabe algo de ella?,¿era la chica que se sentaba ahí atrás verdad?.

Los alumnos en general se miraron entre ellos.

—Si, pero apenas y saludaba... realmente no sabemos nada de ella— habló la alumna que más participaba en clases.

Talión comenzó con la clase después de eso, explicando algunas cosas, mientras dibujaba en el pizarrón.

Tiempo después, finalizo la clase y salió del edificio, rumbo al hospital. Pues; debía cubrir la guardia.

Atendió unos cuantos pacientes, posteriormente fue a la cafetería del lugar y pidió un café.

Mientras se tomaba aquella bebida, sus pensamientos volaron. ¿Realmente estaba obsesionado con Amira o simplemente era una mera preocupación?.

Pensando en ella, recordó al hombre que era su ex esposo.

—Eu, Doctor Coflit...— sonrió Talión, buscando a uno de sus colegas tiempo después.

El doctor lo miró.

—Tengo que salir... ¿podrás cubrirme?.

—¿Sabes que Káiser dice que esta preocupado por ti?, es que de repente has cambiado mucho... digo, ¿donde esta el perfecto doctor?.

Talión miró a su alrededor. Desde el inicio de su vida profesional y académica había sido tan perfecto.

En todo, desde su apariencia a su bajo porcentaje de muertes. Un médico que muchos hospitales querían tener.

Pero ¿aún seguía siendo aquella persona?,¿Porqué su vida de repente parecía estar de cabeza?, ¿Porqué ya no le importaba mantener su intachable profesionalismo y si encontrar a Amira?, ¿que quería Realmente con ella?, ¿saber la verdad, saber que estaba bien?, ¿explicaciones?.

¿Si dormía con ella, acaso no tenía algo de responsabilidad?, ¿al menos en verificar que estuviera bien?. ¿Que hacía un amante, cuáles eran los límites?.

Tenía demasiadas preguntas.

—Solo, será algún tiempo. Es algo importante.

—Ve... si nos colapsamos te llamo, ahora parece estar todo tranquilo.

Talión asintió y salió. Se subió a su auto, donde se quitó la bata de doctor y encendió el mismo para iniciar su viaje.

Fue hasta la casa de Amira y entró por la misma ventana que habían roto antes.

Nuevamente se encontró con una casa deshabitada, aunque con bastante muebles.

Ahora que estaba de día, podía ver mejor. Tocó las perillas de luz y comprobó que esta había sido cortada.

Abrió la heladera y habían algunas cosas que seguramente por la falta de frío se habían perdido.

Salió de allí, aunque aquella visita había sido inútil. Pues; no encontró más de las cosas que ya había visto antes.

Recorrió caminando el lugar, sin embargo este no era muy poblado.

Un par de casas después, pudo apreciar a una señora, sentada afuera de su casa.

—Hola— la saludo, desde lejos.

La señora sonrió y devolvió el saludo.

—¿puedo hacerle una consulta?.

—Si jóven.

—Vengo a ver a la chica que vive a cinco casas de aquí. Se que quizás no sabe, pero si tiene alguna información de ella se lo agradecería.

La señora se paro de su silla y fue curiosa hasta la vereda. Talión señalo la casa y ella miró en aquella dirección.

Pensó unos minutos y asintió.

—¿La casa de Amira?, ¿tú eres su novio?...

—¿Novio?... si, si... soy yo. — aunque dudo, terminó aceptando, después de todo, explicar que eran amantes era algo complejo.

—Ya veo. Ella se fue hace varios días ya...

—se que mi preguntará sonará extraño.  Pero, ¿sabe por casualidad a donde se fue?.

—¿No te dijo nada verdad?.

Talión se avergonzó pues; obviamente si era su novio algo tenía que saber, entonces se sintió en evidencia.

—Por supuesto... Amira y sus secretos... la última vez que vino a limpiar la casa, dijo que tenía muchas deudas, como el alquiler de la casa y la cuota de la facultad, que en los estudios no le iba tan bien y a pesar de haber invertido algo de dinero para  tener su negocio independiente, y asi poder adaptarse a los horarios de su estudio, había fracasado. Estuvo buscando trabajo, pero la gente es muy desconfianza o exige muchas cosas... eso había que sumarle que debía darle dinero a su marido...

—¿Porqué le daba dinero a su marido?.

La señora dudo en responder. —Eso es algo que ella debe ser quien te lo cuente. Pero si te puedo decir que ellos tenían trato, ella se quedo sin dinero, no pudo pagar más y el tiempo se le terminó.

—Suena como una historia de mafia.

—las culturas suelen ser algo horribles a veces. De donde viene Amira su esposo es quien tiene el poder... y ella quería ser libre...

—Que estupidez. ¿Porque no lo denunció?.

—Haces muchas preguntas para ser el novio. Mirá... no lo supiste por mi muchacho, pero su ex esposo o esposo... no sé... tiene un bar en la calle mirani 562, allí podrás encontrar más respuestas... quien sabe, quizás la encontrés a ella... pero te lo advierto... no es un lugar amigable.

—Gracias.

Talión, volvió a su auto un poco más tranquilo, ahora solo debía esperar hasta la noche.

Asi, volvió a la guardia.

Le aviso a su colega que ya estaba de vuelta y se dispuso a hacer su trabajo. En una pausa llamo a su hermano, le contó y le pidió que le llevará ropa al hospital, a la salida de su turno.

Ya que había planeado darse un baño ahí y luego, ir al dichoso bar.

Asi, las horas pasaron y su hermano cumplió.

—¿No te parece que estas yendo muy lejos por "una amante".— inquirió, entregándole el bolso.

—¡Shh!... te van a escuchar aquí. Tengo sexo con ella, ¿que se supone que haga, olvidarme de ella asi como asi?, tal vez necesita ayuda... ¿el hecho que sea el amante, me prohíbe involucrarme?.

Su hermano suspiró. —Solo digo, que a raiz de lo que dijiste, no encontraremos un lugar lleno de flores y cosas legales. Talión a ti te costó un montón salir de la mala vida cuándo eras jóven.

—Eso fue hace años. Era un adolescente.

—¿Y ahora?.

—Voy por Amira contigo o sin ti.