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Talión dió unos cuantos pasos y se detuvo en seco.

Suspiró, esperó unos segundos y volvió a la habitación.

Amira frunció al ceño en cuánto lo vió. Talión entró y se sentó en la silla que en principio había ocupado.

—Eres como un tumor, vuelves a aparecer... — se burlo Amira.

—Si fuera un tumor no querría estar en tu cuerpo. — se defendió Talión.

—Bien que gemías como loco cuándo entrabas en mí.

Talión hizo una mueca y miró de reojo a Amira.

—Me sudan las manos— murmuró ella, secando insistentemente estas en las sábanas.

—No debería ser un procedimiento con complicaciones, no te preocupes por eso.

—No me molestaría morir... — deslizó con una perversa sonrisa Amira. —¿Quieres.... quieres tocarlo?, digo... antes de que lo saquen.

Talión asintió y fue ubicando en el abdomen su mano, tras acarciar su piel unos segundos, se inclinó y depósito un suave beso.

Amira se tenso. —¿Eso debería exitarme?, por que lo ha hecho... — deslizó nerviosa.

—viniendo de ti, no me sorprende...

Talión camino unos centímetros alrededor de la cama y se volvió a inclinar estaba vez para quedar justo frente a sus labios.

Amira levantó sus brazos y luego los bajo rodeando a Talión con ellos, una de sus manos se ubicó en su nuca, revolviendo su cabello y la otra  alrededor de su cuello.

Sin decir nada, se hundieron en un profundo beso.

—Estaré aquí para cuándo vuelvas...— Murmuró Talión, en cuánto se apartaron para tomar un poco de aire.

—Tendré que ver para creer... — sonrió ocultando todo lo que sentía Amira.

—¿No te parece que necesita un nombre?.

—¿Un nombre?.

Talión asintió. — suena tonto, o no lo sé pero creo que a pesar de lo que va a suceder, no podemos dejar que deje de existir sin un nombre.

—Pero ni siquiera podemos saber si es niño o niña...

—No tenemos que saberlo para darle un nombre... ¿no lo crees?.

—Elegí tú.

Talión la miró asombrado.

—Vamos— insistió ella. —Te quejas de que siempre gano,toma la iniciativa tu ahora.

Talión se dedicó a pensar, mientras su mano inconscientemente se volvió a posar en el abdomen.

La doctora entró tiempo después. El tiempo para Talión se había acabado y la mano de Amira deteniendo la suya, lo hizo volver de sus pensamientos.

—No quiero ir sola, no quiero hacer esto sola. — Amira, temblaba y sus ojos estaban llenos de lágrimas.

Por primera vez Talión pudo apreciar sin coraza lo que pasaba por el interior de ella, Talión miró a la doctora y volvió a mirar a Amira.

—Frankie... — Murmuró Talión. — ese es su nombre. — entonces, se centró en la doctora— la ley dice que... en estos casos la paciente puede elegir algunas cosas con el fin de estar cómoda. Es importante para ella... y para mi, que eso se respete ahora y me dejen estar con ella mientras esta intervención se lleve a cabo.

La doctora dudo un momento pero luego asintió.

Talión siguió la camilla hasta la sala de operaciones donde tomó la mano de Amira.

—no sueltes mi mano en ningún momento— le pidió Amira.

Talión asintió 

Amira lo miró fijamente hasta que sus ojos ya no pudieron resistir y se quedó dormida por la anestesia.

Talión lo vió todo, cada paso, cada movimiento que los profesionales hicieron, incluso el conjunto de tejidos que aún no llegaba a nada, simplemente era eso, un conjunto de tejidos completamente rojo, algo curioso, reflexionó ya que, aquello que no llegaba a ser de un tamaño considerable les había ocasionado muchos sentimientos.

Talión pidió que se lo entregarán y tras insistir los médicos lo pusieron un pequeño contenedor y lo dejaron a un lado.

Tal vez, enterrarlo y darle una sepultura no era apropiado quizás se podría considerar hasta ridículo pero no importaba, ese conjunto de tejidos que definía la ciencia médica, era su hijo y una parte de Talión se había ido junto con él.

Amira no tuvo complicaciones asi que tan pronto como paso, la volvieron a la habitación.

Talión miró su reloj. —Tomará algunas horas que despiertes. Te voy a esperar para que enterremos juntos a Frankie.

Suspiró después de eso, aunque se había enterado hacía unas pocas horas, sentía una fuerte presión en su pecho, un inevitable sentimiento de angustia lo invadió.

Se pegó más a Amira, y acarició su frente una y otra vez, mientras su cabeza se apoyo sutilmente en el pecho de ella, no se recargo demasiado, solo lo suficiente para escuchar los suaves latidos de su corazón.

Un par de lágrimas se le escaparon. —Lo siento Amira, supongo que esto es parte del Karma que debo pagar por todo lo que hice antes de conocerte... — Murmuró.

Se quedó dormido poco tiempo después.

Para cuando Amira despertó, lo observo dormir, asi que débilmente acarició su cabello, aquel que tenía un tono entre el marrón y el negro y sutiles rulos en la parte superior.

—Hubiese sido lindo, si heredaba tus rulos. — Musitó Amira.

—Cuándo sanes te hago otro.

—Pensé que dormías.

—Si, lo hacía.

—Pensé que ya no me ibas a tocar.

—Ah, cierto que eso te dije. — sonrió Talión. —¿Te duele?, ¿cómo te sientes?.

—Tengo sed.

—Ire por agua.

—¡No!, no me dejes sola... puedo esperar a que Christopher venga y traiga... por favor, no me dejes sola.

—Esta bien, tranquila. Esperemos al idiota, sin cerebro de tu ex esposo.

—Me alegro que se lleven bien— acotó sarcástica Amira.

—El tiene lo que yo quiero ... no tengo nada personal pero si puedo lo empujo contra un camión y me saco el problema de encima. — se burló Talión.

—¿Qué tiene él que tu quieres?.

—A ti...

—Talión...

—¿Qué?, es verdad... te quiero a ti conmigo, por eso me he tragado el maldito orgullo, podría haberme ido, sobre todo por que eres muy insistente en que me quieres fuera de tu vida, pero no lo hice, ¿no es prueba suficiente de que puedes relajarte conmigo?.

—Talión... no sabes lo que dices...

—Tú no lo queres aceptar. Huir de lo que sientes no va a solucionar nada...

—Me vas a destruir en cuanto tengas la oportunidad.

—Claro, pero solo en términos sexuales. — se burló Talión haciendo reír a Amira.

Por venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora