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Amira se quedó inmovil por unos segundos.

—He venido hasta aquí para decirte que te alejes de mi marido, el no te ama, solo eres una más...

—Si soy una más, ¿por que estas aquí?.

—Para ver como eres tan tonta que lo esperas. ¿Recuerdas esa vez que hablamos por primera vez?, te burlaste de mi, diciendo que tú no podrías ser la esposa de alguien que tiene amantes, te dije que era curioso que la amante lo dijera y que tarde o temprano, serías tú quien llorarás. No importa cuanto lo ames o lo que hayan pasado juntos, Talión puede pensar en separarse pero al final no lo va a hacer. ¿No ha vuelto no es asi?, es por que hemos estado en unas hermosas vacaciones de familia. Ahora mismo esta en el hospital, pero va a volver a casa como lo ha hecho siempre...

Andrea se rió tan fuerte como pudo, seguidamente se dió la vuelta y se marchó.

Amira se quedó allí, sin saber que hacer. Hasta que tomó una decisión.

Con dificultad, se cambio de ropa y salió rumbo al hospital.

Tardo más de una hora en llegar por los dolores que aún tenía.

En mesa de entrada pidió verlo, pero le dijieron que había pedido no ser molestado.

Amira insistió pero no le dieron importancia. Por lo que, se mezcló entre los médicos y se deslizó por los pasillos hasta llegar al consultorio de Talión.

Cuándo abrió la puerta, se encontró con él, guardando sus cosas.

—¿Qué tal la luna de miel con tu esposa?— deslizó.

Talión estaba atónito, no podía creer que Amira estaba frente de él.

—¡Eres igual que todos, me dejaste sola para poder seguir con tu maldito matrimonio!.

—Amira calma, recuerda que te estas recuperando...

—Estoy calmada... solo quería decirte lo miserable que eres.

—No te vez calmada... — sonrió Talión, entonces se dispuso a acercarse a ella.

Cuándo Amira se percató de sus intenciones, hizo unos pasos hacía atrás pero ya era demasiado tarde. Talión había logrado atraparla con sus brazos.

—¿Estás enojada por que no volvi a verte?... te pregunte si me querías de vuelta y no dijiste nada, sin en cambio iba a volver justamente esta noche. Acabo de renuciar a este lugar...

—Tú esposa me encontro, me dijo que tú y ella habían estado de vacaciones o no se que...

—¿Y tu le creíste?... me sorprende un poco que te haya encontrado, hay que tener cuidado con eso pero nada de lo que te dijo es cierto, me he estado quedando en un hotel, quería arreglar todo para ya, pensar en una nueva etapa.

—¿Nueva etapa?.

—Cuándo mejores, abriré mi propio consultorio... pero no quiero agotarte con eso, deberías estar descansando.

Amira suspiró y se abrazo fuertemente a Talión, quien quedó sorprendido por su forma de actuar.

—¿Y si te digo que te necesito?.

Talión dibujo inmediatamente una sonrisa tras escuchar aquella afirmación.

—No sé, que buscas. — le dijo después.

Ella no respondió, aunque quería decirlo, de su boca no salía ninguna palabra.

Simplemente se aferró a él con todas sus fuerzas y disfrutó de aquél abrazo.

Talión la contuvo unos minutos.

—Es extraño que estes tan dulce...— deslizó luego. — y aunque me gusta que estes asi, debes tomar asiento...

La guió para que se acomodara y él tomó unas cosas de arriba del escritorio y las metió a una caja.

—Guardo esto y nos vamos... pero antes que me olvide, oficialmente soy un hombre separado hace tres días. — sonrió. —Por si quieres aprovechar y seducirme digo...

—Eres un tonto— se burlo Amira.

Finalmente juntos se fueron del hospital, rumbo a la casa donde Amira se estaba quedando, que era la de Christopher.

Alli comieron algo y Amira se acostó, tiempo después Talión se acomodó a su lado.

—¿Qué tal el baño?— deslizó.

Talión asintió. —Lo necesitaba... mientras me daba la ducha, recordaba que hoy una loca entró a mi ex consultorio...

Amira bajo la vista, un poco avergonzada.

—¿donde esta el idiota de tu ex?.

—Tenia cosas que hacer.

Amira lo sorprendió con un suave y pausado beso, que el respondió de inmediato, poco a poco, la mano de Amira se fue deslizando hacia abajo pero cuando estaba a punto de llegar a la oculta virilidad de él, Talión la detuvo.

—No, no lo hagas por que nada va a pasar hasta que sanes. — dijo Tajante. Amira lo volvió a besar y luego se acomodó en su pecho. —¿No tienes algo que decirme?— insistió él.

—Buenas noches, que duermas bien.

—No me refería a eso. Me debes una disculpa por lo de hoy.

—Pues, el único que se debe disculpar eres tú, te fuiste por tres días... no me gustan esas cosas Talión... esta vez te la dejo pasar pero la próxima le vas a tener que suplicar a Dios que no te encuentre.

—Esto es increíble — Musitó Talión. —Bueno, perdón. Tienes razón, debi avisarte...  solo que decías que no me querías cerca y tampoco me pediste volver. ¿Te acuerdas?.

—Tengo sueño Talión, te perdono, te perdonó.

—Bien, no iba a poder dormir en paz esta noche. — deslizó burlón.

Asi fue como ambos se quedaron dormidos.

Christopher llegó tiempo después y fue directo a la habitación, donde los encontró juntos.

No pudo evitar sentir un poco de celos por lo que veía.

Se acostó en el sofá y allí se dispuso a descansar hasta el otro día.

—¿Que dijo tu familia sobre tu separación?— Interrogó al otro día Amira.

—Pues, no sé... no les pregunte, tampoco es algo que me interese saber.

— Si pero tarde o tempranos  se tienen que enterar.

—Le escribí a mi hermano, le dije que me había separado y confío en que Andrea se encargué de decirle a mis padres también, no dejaría pasar esta oportunidad para hacerse la víctima.

—Acá vino y dijo cosas... antes nos vimos también...

—Lo sé, ella me dijo.

—Dijo que tuviste muchas amantes.

—Si, es verdad.

—Talión...

—No va a volver a pasar...

—¿Cómo estás tan seguro?.

—Una corazonada— sonrió Talión.

Por venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora