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"TALIÓN TENEMOS QUE HABLAR ESTA SITUACIÓN YA NO SE PUEDE CONTENER. "

Talión Leyó el mensaje, pero no respondió. De hecho, decidió que lo mejor era apagar su celular.

Aquella noche se quedó allí. Se aseguro de que Amira recibiera los medicamentos a horarios y que no volviera a tener fiebre durante la noche.

Al otro día, por la mañana se dirigió a la heladera para comer algo.

—¿Cómo es que sobrevives sin nada de alimentos?— deslizó, viendo entrar en la cocina a Christopher.

—Que rápido te sientes como en tu casa.

—¿Cómo se conocieron ustedes?. — inquirió Talión.

Christopher suspiró. — Anualmente cada halloween desde el bar hacemos una fiesta... ya sabes, baile, disfraces... ella llegó vestida de diabla, con una cara tan inocente que atrapo mi atención de inmediato. Cuándo se dió cuenta que la miraba, me sonrió tímidamente y después se acercó a mi... esa noche comenzó todo...

—¿Te uso no es asi?.

—Se acercó a mi, sabiendo quien era yo... pensó que era la única persona que podía ayudarla con protección en ese momento... y asi fue... para cuándo lo supe, ya estaba enamorado de ella asi que no me importo, además, jamás me pidió nada más que no sea protección, no sabes lo difícil que era querer pagarle algo, o darle un obsequió... le ofrecí casarse conmigo por que sabía que siendo mi esposa, toda mi gente la respetaría... pensé que en el tiempo que estuvieramos juntos  podría hacer que me quisiera pero se fue en cuánto apareciste vos... debo confesar que al principio te odiaba... incluso iba a mandar a matarte pero Amira descubrió mis planes y me amenazo con no verme nunca más...

—Vaya... ¿recuerdas esa vez que me dijiste que yo era uno más?.

—Sí.

—Bueno, es momento de decir que el descartable no era yo... — se burló Talión.

—Idiota...

Talión rió fuerte y sacó su billetera, le tiró un par de billetes en la pequeña mesa del living y lo miró fijamente.

—Sirve para algo y ve a comprar alimentos. Amira necesita comer bien cuándo despierte.

Christopher sonrió. —Tengo información muy importante para ti, ¿cuánto estas dispuesto a pagar?.

—¿He? — Talión frunció el ceño. —Eres un maldito... ¿de que estas hablando?.

Christopher se encogió de hombros y tomó el dinero, para salir de la casa.

—¡Hey!, no me dejes asi... ¿Qué mas tengo que saber?. — acotó Talión, siguiéndolo de atrás. —Idiota...— Murmuró luego, ya que Christopher no le dió importancia.

Fue a la habitación, y se sento en la cama al lado de Amira.

Ella ocasionalmente se movía. Hasta que tomando por sorpresa a Talión Murmuró su nombre.

En un principio, no supo como actuar... intento decirle alguna cosa pero no estaba seguro de las palabras que debía decir.

Asi que optó por tomar su mano, en silencio.

—Talión — otra vez, la voz débil de la dormida Amira, lo puso en alerta.

Se acomodó para verla mejor, y asi también poder acariciar su rostro. Debes en cuando miraba la hora en su reloj para darle los medicamentos en el momento adecuado.

—Talión...

—Estoy acá a tu lado— decidió responder finalmente el médico, tras los murmullos de ella. — Estoy acá. Despierta para que puedas verme... vamos...

Talión se acercó a sus labios y tras dudar sobre si era correcto o no, besarla estando dormida, depósito un suave y corto beso en ellos.

—Después de secuestrarte, un beso mientras duermes no están grave supongo— deslizó Después, aunque Amira no pudo oirlo. —Es curioso...— siguió hablando — No puedo creer que me ames a mi, no por que lo hayas negado, sino por que no me puedes amar... no hay manera que yo haya logrado eso... el idiota inservible, pedazo de basura, poca cosa de Christopher, te da alas, y yo te juro que si tengo la oportunidad de arrancartelas para que te quedes conmigo la tomó sin dudarlo. No te convengo... además, nos llevariamos tan mal... sin en cambio, muero por escucharte, pidiéndome algo con ese tono que es más una exigencia que un pedido... vamos Amira, abre los ojos... Mírame... puedes decirme lo mucho que me odias por haberte encerrado en ese lugar o dejarte a tu suerte en la calle, pero déjame ver mi reflejo en tus ojos...

—Oh, suena tan conmovedor...— se burló Christopher, entrando a la habitación.

—Estoy sorteando unos buenos golpes de puños, y tú tienes todos los números, no me provoques.

—No suelo comprar números de sorteo, nunca tuve suerte en esas cosas.

—En el amor tampoco por lo visto— se burló Talión.

—Escucha pedazo de infeliz...

—¿Ese es tu mejor insulto?, hasta para eso eres inútil.

—Te voy a enseñar en lo que soy bueno.

Talión se paró de inmediato, dispuesto a pelear, comenzaron a empujarse y en uno de esos movimientos a Christopher  se le cayo un sobre.

Lo intento agarrar rápidamente pero Talión fue más rápido, aunque lo tenía encima, insistiendo con quitárselo de las manos, pudo abrirlo.

—¿Esto es la información valiosa que tenías?— inquirió atónito Talión. —¿¡Qué carajo te pasa?!,¿cómo mierda pudiste no decirme algo asi?!.

—Amira no quería que lo supieras, dijo que iba a arreglar el problema antes de enfermarse.

—¿Hizo algo?, ¿tomo algo?. ¡habla mierda!.

—No... pero si cuándo mejore sigue con esa idea... nadie la va a poder detener.

—¡Ja! Yo no soy tú Christopher...

—¿Qué vas a hacer atarla a la cama?.

—No me des ideas...

—Además, eso no dice nada... tranquilamente podría ser mío.

—¿Con esa cara de idiota?, dudo que tus espermas sea útiles, además...

Talión se quedó en silenció, repasó una y otra vez el papel entre sus manos.

Él no se había "cuidado" nunca y jamás le preguntó a ella si lo hacía...

—Es mío— murmuró luego... —Esto cambia todo, lleva días sin alimentarse, ya no puede estar aquí, necesita ir a un hospital...

Talión la saco de la cama y la cargo en sus brazos con firmeza, para llevarla a su auto.

—Lleva sus cosas, una muda de ropa y cosas que necesita, haz algo como se debe. — le dijo a Christopher.

La dejo con cuidado en el asiento del acompañante y el subió a su auto, pronto lo encendió y comenzó el viaje.

—Cuándo despiertes vamos a hablar seriamente, estoy muy enojado contigo... ¿llamaste a mi hijo un problema?, ¿como fuiste capaz de pensar en no decirme que estabas embarazada?...

Por venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora