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-Talión... - deslizó Nelson.

-Me enteré hace poco, cuando el médico hablo conmigo y me mostró los estudios que le hacían. Creía que nuestro padre le estaba inyectado o dando algo para que ella se sintiera asi, entonces, controle de una manera sutil, no son muy inteligentes y me molesta que me hayan tomado como un idiota... querían que eligiera, y lo hice... me quedo con Amira y mi bebé... y si piensan en seguir jugando sucio, entonces no voy a tener piedad con ustedes.

Talión se marchó dejando a su hermano y Andrea solos.

Después de aquello los días pasaron demasiado rápido.

Y un día, llegó el momento tan esperado para Talión y Amira.

-¡Talión!-Gritó, Amira, sentándose en la cama.

El despertó casi de inmediato.

-Ya viene...- dijo Amira.

-¿Quién?.- preguntó Ingenuo Talión, pues no hacía mucho que habían terminado de pagar el favor que habían pedido y eso los mantenía nervioso.

-Francis idiota...

-ah...

Talión al darse cuenta de lo tonto que había sido, no pudo contener la risa, sin embargo aquello duro poco, ya que Amira continuó gritando.

Se levanto, buscó el bolso del bebé y segundos después, se dirigieron al hospital.

Durante el camino, cada contracción, hacía gritar muy fuerte a Amira.

-Cariño me vas a dejar sordo- se quejo Talión.- me pones nervioso.

Amira lo fulmino con la mirada- sin vida te voy a dejar si vuelves a quejarte, ¡me duele!, ¡has silencio y conduce!.

En el fondo, Talión se tentaba por molestarla pero también estaba preocupado.

Llegaron al hospital y Talión entró corriendo, pidió una silla de ruedas y volvió a salir.

Un enfermero lo siguió, juntos ayudaron a Amira para que se sentará en la silla y la llevaron hasta la sala de parto.

A Talión lo dejaron afuera. Asi que se apoyo en la pared rogando que todo saliera bien.

Pasaron horas, a Talión la espera se le hizo eterna, a decir verdad, los nervios se habían apoderado de él al punto de hacerle doler el estómago.

Pero entonces, minutos antes de que el sol saliera para dar comienzo a un nuevo día, el médico salió con el pequeño bebé en sus brazos.

-¿usted es el esposo de la señorita Amira?. - preguntó.

Talión asintió y el médico le entregó a su hijo.

La sensación que tuvo Talión en ese momento, jamás la había sentido, una fuerte emoción lo invadió, sonrió de manera ingenua al ver al pequeño dormido, unas cuantas lágrimas le cayeron.

-Sos tan pequeño- le dijo... -Papá te ama como nunca lo he hecho Antes... santo cielo... eres realmente hermoso...

Lo veía tan pequeño, apenas hacía fuerza en sus brazos pero a la vez lo tomaba con firmeza.

-¿Mi mujer?- Le preguntó al Médico.

-Esta bien, se esta terminando de hacer el proceso normal en estas situaciones e ira a una habitación común.

-De acuerdo, ¿puedo quedarme con el bebé?.

-Ya fue pesado y revisado, esta perfecto de salud. Normalmente se lo entregamos a la madre pero ella dijo que se lo dieramos a usted hasta que ella estuviera bien... tenía miedo, ya que se lo dimos para que lo alimentará y se quedó dormida... asi que, si...

-Genial... gracias.

-La llevaremos a la habitación ciento once. Puede esperarla allí.

-Me quedaré aquí de todo modos. Cuando la lleven, me iré con ella.

-Como quiera.

El médico le dejo el bebé y se retiro. Tal como había dicho, tiempo después llevaron a Amira a una sala común pues; no había tenido complicaciones.

Talión la dejo dormir, ya que asi había salido de la sala de parto y cuándo despertó le entregó el bebé para que pudiera cargarlo.

-Se parece a ti- dijo Amira, viendo emocionada al pequeño.

-Entonces... ¿realmente siempre supimos que sería niño?. - deslizó Talión.

-Quizás en un sentido de padre... hay quienes incluso sueñan a sus hijos.

-¿Tú lo crees?.

-La verdad, nunca me lo imagine como una niña... pero no lo sé... nunca tuve padres... mi padre se marchó e hizo una vida con otras personas y con mi madre nunca tuve una buena relación por alguna razón me odia, sin en cambio, tengo a mi abuela... - Amira sonrió. -Mi abuela va a estar feliz cuando Francis vaya a verla.

-si quieres ponerle Lirion yo...

-No, solo te molestaba...

-Amira... yo te amo- dijo Talión besando su frente.

-¿No te parece una locura?, empezó como una aventura de una noche y ahora tenemos un pequeño que es una combinación perfecta de nosotros.

Ambos se quedaron observando al niño, les parecio una maravilla.

Amira aprovechó el momento para amamantarlo.

-No me mires asi... - se quejo Amira.

-Después de él me toca a mi... - sonrió Talión.

-Pervertido... - deslizó ella risueña.

-Eran mías antes de la llegada del bebé...

-Por un tiempo no vas a poder meterlas en tu boca... sino, vas a terminar tomando leche materna.

-¿Qué comparta no?...

-Talión...

-Un ratito él otro yo... y asi... todos felices.

Amira hizo que Talión se inclinará y le dió un dulce beso en la mejilla.

-Te amo- le dijo.

-¡Ja!, y pensar que antes decias que me querias lejos, que no me querias... mirate ahora... no puedes vivir sin mi. - presumió Talión.

-Cállate mejor.

Talión estaba feliz; algo que otras veces había sentido pero esta vez era de una forma más plena.

-Amira, ¿te casas conmigo?- preguntó sin rodeo.

Amira quien le acomodaba el pequeño gorro al bebé, se congeló, levantó su vista y lo miró confundida.

-Dale... - insistió Talión.

-¿De verdad me lo vas a pedir asi?, ni siquiera te pusiste de rodilla... no quiero... me voy a casar cuando vengas con una propuesta decente... no por que te amo, te debes confiar... debes seguir conquistandome siempre...

-No sé como te conquiste, ¿cómo se supone que lo voy a seguir haciendo?. ¿Qué tal si te miro?, de forma seductora... aah te desmayas de amor...

-Eres todo un caso Talión. - Amira no paraba de reír, pensando que en un principio jamás se lo hubiese imaginado haciendo bromas. -De acuerdo, me voy a casar contigo... pero quiero que firmemos un contrato de que en caso de que nos separemos por un engaño tuyo, yo me quedo con todo.

Por venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora