Por venganza

25

Cuando su madre se durmió, Talión se levantó de al lado de la cama y salió en silenció.

—Talión — dijo Andrea, tomando su brazo. Él se detuvo y la miró seriamente — Yo no le he pedido que diga esas cosas, sin en cambio, mi familia ya bloqueo mis cuentas y me dijeron que les daba vergüenza,sabes que nadie en mi familia se a separado.

—Me engañaste.

—¡Tú también!. Nunca vez la culpa que tienes...

—Ya no importa; estoy bien donde estoy...

Talión salió de allí, se despidió de su hermano y cuñada para finalmente subirse a su auto.

Una vez que cerró la puerta del auto; se encendió un cigarro. Su madre moría, ¿que debía hacer?.

Encendió el auto y dió un par de vueltas, para enfriar su cabeza y volvió a casa.

Allí en la cocina; estaba Amira.

—Hola Hermosa...— dijo, saludando a Amira por detrás en el cuello.

—¿Qué tal tu madre?. — Amira estaba cocinando.

—Se muere... — Suspiró.

Amira dejó el cuchillo a un lado y se dió vuelta para abrazarlo tan fuerte como pudo.

—Lo siento, debe ser duro para ti.

—Amira, si tu abuela te pidiera algo que no quieres hacer pero te lo está pidiendo por que se muere ¿lo harías?.

—Si, claro... es mi abuela, haría lo que fuera para que ella muriera feliz y en paz...

Amira no lo sabía pero Talión no dejaba de pensar en lo que su madre le había dicho.

Comieron juntos, antes de ir a la cama. En todo ese tiempo, Talión se dedicó a mirarla estando distraída.

De pronto; Amira se mostró extraña.

—¿Qué pasa?— Interrogó Talión.

—Creo que me cayó mal la comida— apenas terminó de hablar, salió corriendo hacía el baño.

Talión la siguió;— ¿Amira?.

La escuchó vomitar detrás de la puerta y decidió entrar.

—Ven— dijo y la cargó hasta la cama.

—Me siento mareada.

—Tranquila... descansa.

—¿Te vas a quedar conmigo?.

Los labios de Amira se secaron demasiado pronto.

—Sí — dijo Talión acostándose al lado de ella y abrazándola.

Controló su temperatura corporal con su mano puesta en la frente de ella, no era muy puntual pero bastaba para saber al menos si tenía temperatura.

Sintió alivió cuándo confirmo que no tenía fiebre.

Al otro día, Amira despertó con un dulce beso a Talión.

—¿Cómo te encuentras?— deslizó él.

—Mejor pero olvidamos poner la alarma, voy a llegar tarde a mi clase.

—no vayas...— deslizó Y la cubrió con el cobertor para presionarla a él.

—No puedo cumplir tus deseos ahora.

Amira lo beso con pasión y se levantó a darse una ducha.

Talión observó su celular desde la cama.

Tenía un mensaje de Andrea. Dudo en responder pero terminó haciéndolo.

El resto del día todo paso de manera normal, es decir, Amira se despidió de él después de desayunar y se fue al hospital, Talión por su parte, atendió algunos pacientes en el consultorio y luego, cerca de las ocho de la noche, se subió a su auto y condujo hasta una esquina de una calle.

—Hola— dijo Andrea subiéndose al auto.

—Hola— saludo él.

—Gracias por venir, yo no quiero causarte problemas.

—No hay drama, no soy un animal sin sentimientos Andrea, a pesar de todo; se que estuviste conmigo cuándo escalaba hacía lo que soy ahora...

Talión comenzó a conducir.

—Yo... me siento entre la espada y la pared, es difícil entender si no están en mis zapatos, por eso te llame, se que tú me entiendes.

—Tarde o temprano tendrás que enfrentar la verdad.. .

—Mis padres escucharon rumores, mi hermana les dijo que tú ya no estabas en la casa conmigo, después de decirme que era una vergüenza, yo no supe que hacer, no quiero decepcionar a mi familia... por eso mentí, dije que mi hermana no decia la verdad y que nosotros estabamos bien. Dame un poco más de tiempo por favor.
Sé que no debería pedirte esto pero tan solo un poco más.

—Esta bien Andrea... tómalo como un agradecimiento por los años que estuvimos juntos.

—Gracias.

—Pero no pretendas que venga a cenar con tus padres cada fin de semana, lo hago ahora, no creo que lo vuelva a hacer.

Asi es, Talión había aceptado apoyar a Andrea tras sus ruegos, solo debía ir a cenar con sus ex suegros o eso le dijo ella.

En el fondo algo de culpa tenía, era verdad que ella había estado en su crecimiento personal, por otro lado, esperaba volver pronto a su casa, Amira tendría guarda hasta las seis de la madrugada sin en cambio, igual estaba inquieto.

Ni siquiera podía pensar en la posibilidad de que Amira se enterará lo que estaba haciendo.

—Hoy nos acompaña Martin— acotó la madre de Andrea— es médico también, llegó hace un mes del exterior.

Talión lo saludo pero le resto importancia a lo que aquella mujer le decía.

Finalmente se sentaron en la mesa, y entre medio de charlas se dispusieron a comer.

Cuándo acabaron, la madre de Andrea invitó café asi que mientras esperaban seguían hablando.

En un momento, Talión se paró por que al estar mucho tiempo sentando, comenzaba a sentirse molesto, además estaba nervioso.

Andrea imito el comportamiento y para sorpresa de él lo abrazó.

Al principio se sintió raro, pero si la alejaba iba a llamar la atención de todos allí por lo que terminó por seguir su juego.

Hasta que todo se tornó un poco más difícil para Talión cuando Andrea lo beso sin avisó alguno.

Tras unos segundos de quedar totalmente inmóvil, finalmente respondió el beso, hundiéndose junto a ella en un choque de labios que duró unos buenos segundos.

La reunión acabo dos horas mas tarde y Talión salió junto a Andrea, rumbo a la casa que había abandonado cuándo se fue a vivir con Amira.

—Gracias por traerme— acotó Andrea, antes de bajarse.

—No hay problema... que descanses.

Talión puso su cara, para saludar como la gente normalmente hace pero Andrea, decidió que un beso más coronaria la noche, asi que tomó su cara con ambas manos y volvió a besarlo con suavidad esperando que aquello durará bastante tiempo.