Por venganza

9

—¿Qué hacen acá?— murmuró Talión a su hermano, mientras se acercaba a saludar a sus padres.

—Quisimos darte una sorpresa.

—¿En un hospital?, donde hay miles de virus...

—Tampoco somos tan débiles Talión, ya deja de quejarte— acotó su padre, golpeando su hombro.

—Este es mi lugar de trabajo... no un lugar para reuniones sociales... estoy trabajando... hay pacientes que esperan por mi atención.

—Justamente por eso vinimos, con la excusa de tu trabajo te liberas de todo. Tranquilo, solo pasamos a saludar... tu esposa nos dijo que seguramente volverías en algunas horas pero que estas trabajando mucho ultimamente.

—Tengo que seguir con la guardia.

—Bien, te esperamos en la cafetería.

Talión frunció el ceño, su familia parecía no entender, que no era un lugar turístico pero luego suspiró y les dijo que bueno.

Volvió a su labor, atendiendo a los pacientes.

Mientras Amira, hacía sus rondas lejos de él.

Como había faltado las últimas clases, se sentía un poco pérdida pero intentaba hacer su mayor esfuerzo.

Le entregaron un examen y al ver la nota, se decepcionó.

—Disculpe Profe, ¿podré ir al baño?— preguntó.

El profesor asintió, sin ni siquiera mirarla. Generalmente no se pedía permiso pero estaban rodeando a un paciente por lo cuál sentía que si se iba, podría quedar como una falta de respeto.

Salió de la habitación donde estaba y camino por el pasillo lentamente.

—Hey— dijo Talión al verla, justo cuándo salía de atender un paciente.

Amira lo miró y él pudo notar que tenía los ojos lloroso.

—¿Qué ocurre?— dijo, acercándose a ella.

Amira evitó su mirada y le mostró la hoja con el exámen sin decir nada.

—Ya veo...tranquila... todo los médicos de aquí han desaprobado al menos una vez...

—No se trata de eso, tengo el tiempo contado, yo no puedo quedarme con el "puedo intentarlo hasta que salga" por que a mi el tiempo se me acaba... y le pongo mucho esfuerzo pero a veces siento que esta carrera no es para mi.

—Estas acá al punto del llanto por que desaprobaste un examen claro que es para ti... dime, ¿has comido algo?.

—No...

—Amira puedo preguntar algo...

Ella asintió.

—Revisé tus cosas mientras dormías...

—¿Por que carajo haces eso?.

—No importa... vi que vendes ropa y eso... pero al parecer las ventas no son buenas...

—Termino vendiendo la ropa incluso a un precio más bajo que el costo para poder tener dinero... no todos tenemos suerte con "ser nuestro propio jefes"... igual estoy buscando trabajo... solo que los horarios de la facultad y la guardia... pues...

—Entiendo.

Talión sacó su billetera y de ahí extrajo un poco de dinero en efectivo.

—Toma, hoy no ire a tu casa... puedes comer algo más tarde y pagar un taxi cuándo salgas.

—No, gracias... no lo necesito.

—si, lo necesitas.

—No me vas a pagar por ser tu puta...

—¿Ah entonces sos mi puta gratis?— sonrió burlón. —He estado en tu casa estos días, no pagué nada... todo corrió por tu cuenta... por favor.

Amira dudo pero finalmente lo tomó.

—Tengo que volver a la clase.

—De acuerdo...

Talión se quedo con las ganas de besarla, sin en cambio, no pudo verla irse ya que su celular sonó, avisando que le había llegado un mensaje.

—"nos vamos a tu casa, ahi te esperamos".

El mensaje era de su hermano.

Cuando el turno terminó, se apresuró a buscar a Amira y la encontró saliendo del hospital.

—¿Pediste el taxi?.

Ella negó.

Talión suspiró, sacó su celular y llamo a un taxi. 

Se quedaron hablando de distintas cosas, hasta que llego el automóvil.

Entonces, Amira miró rápido a su alrededor y robo un sutil beso de los labios de Talión que lo dejo atónito.

—Gracias— le dijo, mientras subía al auto.

Talión asintió, aunque había quedado sorprendido con su actitud pero sin duda le había gustado.

Asi, finalmente se fue a su casa, donde al llegar encontró a todos durmiendo.

Incluso a su esposa, cuándo entró a la habitación... se dió una ducha y se colocó ropa cómoda para acostarse.

En cuánto se acostó, su esposa se aferró a él.

—Por fin, has vuelto... — comentó, poniendo su rostro en el pecho de él.

—He vuelto yo, no lo que teniamos—deslizó Talión, negándose a volver a tener un lazo de amor con ella.

Su esposa le sonrió y comenzo a besar su cuello mientras bajaba su mano para tocar su virilidad.

Poco a poco se fue subiendo arriba de él,  que permanecía inmóvil.

No tenía remera, asi que fue bajando besando su pecho.

—Para...— dijo Talión. —No tengo ganas ahora.

Ella lo ignoró y quizo continuar pero entonces, Talión la tomó de los brazos y la colocó a su lado en la cama.

—Te dije que no tengo ganas... por favor, déjame dormir... que encima tengo a toda mi familia aquí.

—Ah, si...— deslizó fastidiada su esposa— llegaron por la tarde... son una molestia realmente. Debes hacer que se vayan y sabes que no me gusta que me rechaces.

—Ve y trabaja tú horas en un hospital y dime se vuelves con ganas de tener sexo, aparte... ¿Qué?, es muy raro que tomes la iniciativa... nunca quieres hacer nada, ahora que soy quien no quiere ¿te enojas?. Si te he rechazado no fueron más de dos veces en todo nuestro matrimonio, a diferencia de voz... que si accedías era de mala manera... hasta parecía que te estaba obligando.

—Tú te detenias... no era yo quien te decía que pararas, si es por las veces que al final no hicimos nada.

Talión suspiró y llevo su mano a la cabeza. —claro, si de verdad sentía que te estabas obligando a estar conmigo... seré lo que quieras pero nunca, voy a tener sexo con alguien que no quiere. ¿Como pensas que iba a seguir?.

Talión se dió vuelto y se tapo hasta la cabeza.

—Debemos arreglar nuestro Matrimonio Talión...

Talión no dijo nada, no estaba seguro de querer seguir con ese matrimonio.

En su cabeza, no dejaba de estar Amira y el beso que le robo antes de tomar el taxi... incluso dormido, soñaba con ese momento.