TOMEMOS UN PASEO © [1]

10. Tracción

Jefferson

Presente

—Dime la verdad—insistió Blake.

—No, Blake—respondí, secándome el cabello. Casi hartándome del tema—. No me puse motores en los pies o algo así para nadar más rápido que ustedes.

—No te creo ni una sola palabra de lo que has dicho—me señaló con los ojos entrecerrados. Tratando de encontrar la respuesta—. ¿Cómo es que eres tan rápido?

—La universidad a la que asistía es una cuna de deportistas—expliqué—. Estuve en el equipo de natación y los entrenamientos eran muy duros, como si estuvieran preparándonos para ir a unas olimpiadas, era muy agotador a veces.

—Eso suena que había mucho dolor implicado, y me gusta el dolor, pero no en esto.

—Sí, eso lo sé—sacudí un poco la cabeza, quitando el recuerdo de como supe que Jensen tenía gustos particulares.

—¿Te acuerdas cuando...?

—No hablemos de eso—lo interrumpí.

—¿De qué hablan? —cuestionó Jonathan, jugando con el elástico de los visores.

Detrás de él llegó Lucas, palmeando mi hombro con una amplia sonrisa en el rostro.

—Bienvenido al equipo, hermano—me dijo y sonreí como respuesta.

—El entrenador está impresionado con tu presentación—añadió el pelirrojo.

—Y Owen no está tan feliz por ello—Blake se cruzó de brazos.

—¿Por qué? —inquirí—. ¿Por qué gané?

—Porque...

El castaño se quedó callado cuando Owen se unió al grupo con su cara de póker encendida. Estuve a punto de darle la mano para hacer las paces por la derrota, pero su misma mirada me detuvo.

Se trataba de solo un entrenamiento, y yo necesitaba ganar para obtener mi lugar de vuelta, pero desde siempre convertía todo en una competencia entre nosotros, incluso cuando yo no sabía que estábamos en contienda. Desde el día anterior solo esperaba a que me echara en cara su única victoria y la cuál sin duda me dolía más.

Logró que Lucas lo dejara romper la regla y Alice era su novia.

—Buen trabajo, Blasen—dijo entre dientes, probablemente si abria más la boca iba a escupir veneno.

—Gracias, Snow—me limité a decir.

La tensión obtuvo peso en el ambiente y simplemente nos quedamos mirando los unos a los otros. Esperando que algo capturara nuestra atención o rompiera el silencio incomodo.

—Oh no... —murmuró Blake.

—¿Qué sucede? —preguntó Jonathan, curioso.

—Eso sucede—señaló el castaño detrás de mí con la barbilla.

Seguí su mirada y vi a Emily acercarse a Alice junto con un par de chicas que la acompañaban. La rubia estaba rodeada de sus amigas y el intercambio de palabras apenas duró unos segundos.

De un instante a otro Camille se abalanzó contra Emily y ni siquiera me percaté del instante en el que Blake y Owen se movieron hacía allá. Alice quedó en medio de ellas, seguro tratando de detenerlas, pero un empujón de la pelirroja terminó golpeándola.

Todo a mi alrededor se puso en cámara lenta y la sangre me hirvió.

Vi rojo, uno muy oscuro, al ver su cuerpo caer al agua y se volvió muchísimo más intenso cuando Owen tomó a Emily del brazo para separarla de la castaña en lugar del lanzarse a la alberca.