5. Recobro

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Jefferson

Presente

Una hora más tarde las instalaciones de la Universidad Egluemore se posó ante mis ojos, no pude contener el suspiro al pensar que por fin estaba sucediendo. Estaba de vuelta.

El auto se detuvo frente a la Facultad de Arquitectura e Ingeniería. Descendí escuchando las últimas recomendaciones de mi padre y su énfasis en no provocar problemas. Colgué la mochila sobre mi hombro izquierdo justo cuando cerré la puerta del coche.

Di unos cuantos pasos al frente y a lo lejos distinguí a un grupo de cuatro chicos que charlaban en la entrada de la facultad, mi pecho se ensanchó al reconocerlos. Reían con esmero escuchando lo que fuese que salía de los labios de Blake y por inercia solté una risita.

Caminé hacia ellos, planteándome diferentes reacciones, las peores, pero conforme me fui acercando y mi presencia se hizo más notoria, Owen me miró. Sus ojos se abrieron y podía jurar que palideció, como si acabase de ver a un fantasma. Tocó a todos del brazo con esmero, buscando seguramente una confirmación de que estaba viendo bien y me señaló.

—¡Blasen! —exclamó Blake lleno de algarabía.

Dejé caer la mochila al suelo para abrir los brazos. Blake y Jonathan se abalanzaron sobre mí haciéndome caer sobre el pasto, justo como si se tratase de un par de jugadores de fútbol americano cubriendo el balón. Empezaron a decir cosas que apenas y podía entender porque hablaban al mismo tiempo, seguro por la emoción. Comencé a reírme para sacar los nervios.

—¿Eres tú realmente y no un holograma? —distinguí la voz de Jon decir.

—¡Creí que nunca volvería a ver tu apestoso rostro! —Blake río al hablar.

—Ayuda—solté en un quejido por el peso sobre mi—, no respiro.

Se pusieron de pie enseguida e intenté no tomarle mucha importancia al hecho que el otro par se mantuviera a la distancia, tan solo algunos pasos. Blake me extendió una mano para ayudarme a levantarme y en cuanto logré estar parado de nuevo me atrajo hacia él.

—Te echamos de menos, hijo de puta—palmeó mi espalda antes de alejarse.

—Es bueno verte de nuevo, Jefferson, esto es toda una sorpresa—añadió Owen, ocupando el lugar de Blake para darme un breve abrazo, como si lo hiciese por compromiso.

Eso fue extraño.

—Me alegra verlos de nuevo—dije, tomando una bocanada de aire al observarlos. Habían cambiado tanto físicamente—, en verdad los extrañé demasiado. Tengo tanto que contarles.

—Supongo que tendremos tiempo para eso, las cosas han cambiado demasiado desde que te fuiste—mencionó Owen, metiendo las manos en los bolsillos delanteros de sus jeans.

—Supongo que sí—respondí sonriendo con los labios.

Bajé la curva de mis labios en cuanto Lucas se acercó a mí con los brazos cruzados y sin expresión alguna. Cuando supe que volvería pensé en uno y mil escenarios sobre este preciso momento, esperaba cualquier cosa, literalmente estaba preparado hasta recibir una bofetada o una patada en los bajos por haberme ido justo en uno de sus momentos más difíciles.

—Volviste—musitó, moviendo su cabeza en una aprobación.

—Lo hice.

—¿Estás aquí para quedarte?

—Hasta que la muerte nos separe—afirmé.

Lucas sonrió, satisfecho con mi respuesta.

—Ven acá, hermano.

TOMEMOS UN PASEO © [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora