—La habitación se quedó en un profundo silencio, el aire parecía cortar la tensión que se estaba formando entre los cuatro hombres.
Alix el más joven de ellos caminó un poco y se detuvo frente al peliplateado, lo observó de pies a cabeza y le sonrió antes de girarse y caminar al que parecía ser el mayor de ellos, se acercó a su oído a decirle algo.
Los nervios en el cuerpo de Aemond aumentaban conforme pasaba el tiempo, quería irse de ahí pero Vhagar no estaba y dudaba poder cruzar la puerta.
Onix el mayor camino un poco y dejo al joven detrás de él , a su lado se puso el de en medio, Arracxas.
Los tres quedaron frente a Aemond, observándolo con esos profundos ojos amarillos, se veían listos para atacar y aquello puso en alerta al Targaryen.
— Lastimaste a Lucerys — dijo el mayor Onix.
— Deberás de pagar por ello — Arracxas observaba a Aemond con una mirada muy intensa.
— Un dragón no nos es suficiente — dijo el pequeño Alix — Así como el será nuestro, tu también lo serás.
Aemond estaba a la defensiva pero también inquieto, tenía dudas, muchas preguntas y no sabía que decir o hacer .
Solo sabía que tenía que irse de ahí, había una guerra y tenía que volver con los suyos, no podía quedarse con esos seres, esas criaturas ya lo habían entretenido.
— No lo creo, no iré a ningún lado con ustedes — intento dar un paso al frente pero Alix apareció frente a él y aquello lo hizo retroceder— Quítate— le ordenó.
Era suficiente de esos juegos infantiles, el era un Targaryen, tenía al dragón más grande, era un príncipe. Estaba por encima de ellos, quiso sacar la espada que colgaba en su cintura pero unos brazos lo rodearon desdé atrás y sintió como una mano sujetaba aquella que estaba sobre la espada, y la otra sujeto a su otra mano , escuchó una voz en su oído.
— No lo intentes, no eres rival para nosotros — Aemond giro el rostro para poder observarlo, era el mayor de ellos, sintió otros brazos alrededor de su cintura y giro para encontrarse con el de en medio.
— Es bastante atractivo, lo quiero...— Arracxas susurró aquello cerca de los labios de Aemond.
Un aliento cálido choco en el cuello del príncipe y aquello lo hizo estremecerse , Onix empezó a repartir suaves besos en el cuello de Aemond.
Aquello lo distrajo y Alix aprovecho para pegarse a el del otro lado , los tres lo tenían rodeado, lo sujetaban con fuerza, Aemond estaba en shock ,no sabía cómo reaccionar, que hacer. Aquello era demasiado para su mente y su cuerpo, empezó a relajarse y eso pareció ser la señal que los tres estaban esperando.
— Serás nuestro...— Onix lo sujeto del rostro y lo hizo girar para poder observarlo — Así como el otro príncipe, solo nuestro — y tomo los labios de Aemond, el príncipe abrió ligeramente su boca ante la sorpresa de aquel acto.
Eso le dio oportunidad a Onix de besarlo y hacer el beso más profundo.
— Delicioso — escuchó una voz que provenía de su cuello.
Al acudir a aquel lugar nunca imagino que eso sucedería, no creyó que sería emboscado de aquella manera.
Aemond estaba procesando toda esa situación y por eso no podía moverse , estaba ahí siendo presa de esos tres hombres, sin saber que Lucerys observa todo desde la distancia.
— Ahora nos iremos juntos... Tío.