—¡No tiene por qué ser así, Aemond por favor! — la tormenta estaba sobre ellos, el agua y el aire impedía que pudieran tener una conversación tranquila .
Aemond observaban al joven frente a él y solo podía pensar en como habían terminado en esa situación.
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La guerra estalló, la familia se dividió y ellos quedaron en medio . Se querían , se amaban y habían esperado que cuando Rhaenyra estuviera en el trono su relación dejaría de ser secreta y por fin serían libres. Sin embargo la ambición de Alicent y Otto hizo imposible aquello.
Aemond había estado durmiendo cuando su padre falleció, fue despertado por su madre quien había ido a decirle que estaban preparando todo para nombrar a Aegon Rey. Aquello era traición y el joven príncipe supo que aquello cambiaría todo, sus planes y por supuesto su lugar al lado de Lucerys.
Su relación con su hermana mayor mejoró gracias a Haelena quién era unida a Rhaenyra, gracias eso tenía un trato cordial y respetuoso con la mayor de sus hermanos. Eso también fue gracias a qué hizo las paces con Lucerys, aceptaba y admitía sus errores y que perder el ojo fue el preció por tener a él dragón más grande.Desdé ese momento una amistad nació y tras varios entrenamientos juntos se volvieron unidos, el primer beso fue por una discusión tonta , una rabieta por parte de Lucerys. La primera caricia y las primeras veces fueron lo mejor.
Pero una vez que el Rey Viserys murió todo cambio, no podía irse así sin más, tenía que tener un plan y arreglar la situación. Aegon no era apto para ser Rey y no dejaría a su abuelo tener el control, espero de manera paciente hasta lograr una manera de detener aquello.
Creyó que al ir aquella misión que Otto le asignó podría cambiar algo, planeaba amenazar a Lord Boros y ponerlo de su lado, pero entonces Lucerys estaba ahí, quien había sido enviado por su madre, pero estaba enojado, creyendo que lo había utilizado.
Se olvidaron de Lord Boros y ambos montaron sus dragones y emprendieron vuelo.
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Aemond:— ¡No te traicione, créeme!— era lo que menos quería, estaba desesperado buscando una solución.Pero Vhagar empezó a rugir , la dragona estaba ya algo grande , ya no podía controlarla del todo y sin más atacó. Arrax por reflejo atacó, lo hizo , se defendió y sin poder controlar a las dragones ambos pelearon.
Lo que terminó en la muerte de Lucerys y Arrax.
Aemond —¡NO VHAGAR NO, NO!— pero fue inútil , la dragona devoró al dragón y vio a Lucerys caer , lo buscó , sobré voló el lugar pero no lo vio salir.
Ese día cambio todo , Rhaenyra tomo aquello como un ataque y Aemond perdió al amor de su vida.
Aemond:— Lo escucho , escuchó su voz — observó la playa desde su habitación.
Haelena:— Eso es imposible — la voz calmada de su hermana lo hizo girar y observarla — el ya no está.
Aemond:— Lo sé, pero te juro que escuchó su voz... Me canta, lo escuchó llamarme, se que es imposible pero yo, oigo su dulce voz en forma de cantó.
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Al inicio fue caótico, todo un caos pero en cuanto ellas le contaron todo lo entendió. Había magia en el mundo y eso lo supo siempre, criaturas , brujas, dragones. Tanta magia en tierra que era un hecho que habría magia en el mar, así que ver a aquellas criaturas hermosas, tenía mucho sentido.
Las sirenas eran hermosas , pero letales, seducen a los marineros, atraían a los hombres de tierra y los llevaban cerca de las playas , para poder llevarlos con ellas.
Ellas lo rescataron , lo salvaron , la magia del mar lo ayudo . No podía volver a tierra , su vida era ahora el océano , tenía esa hermosa cola, escamas y su belleza era única.
También tenía un gran cantó, su voz era ahora su arma, la cual aprovecho para atraer a Aemond. Ahora que estaba ahí podía oír lo que ellas decían , que Aemond había traicionado a su familia y ayudado a su madre.
Que estaba en una profunda tristeza y que ya no salía de su habitación , él ya no podía ir a tierra, pero Aemond podía ir a él.
Así que cada noche cantaba cerca de la playa, esperando que un día su amado acudiera al llamado.
Espero por días , hasta que Aemond finalmente se presentó ante él una noche.
Aemond:—¿Eres tú? ¿Realmente eres tú?— estaba ahí , frente a él , se veía cansado y débil pero podía ver el brillo en sus ojos.
Lucerys:— Soy yo , realmente soy yo — estaba en la orilla de la playa y Aemond estaba sentada frente a él.
Aemond:—¿Que paso? — acaricio suavemente su piel —¿Que es lo que eres?.
Lucerys:— En grandes rasgos, soy un tritón , la magia del mar me salvó. Aemond — puso sus manos en el rostro del pelo plateado — Ven conmigo.
Aemond:— ¿Estaremos juntos?.
Lucerys:— Si.
Y esa fue la última vez que alguien vio al príncipe Aemond Targaryen.