Epílogo.

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Luisa.

4 de abril.

Han pasado cinco meses desde que mis pequeñas princesas de cabello rubio están en casa, estoy feliz de tenerlas a mi lado, pero debo de confesar que no todo fue tan fácil como parece. Al principio en el parto estuve tan asustada de no poder ser lo suficientemente fuerte para poder tenerlas, y temía que algo saliera mal, fue mi primer embarazo y eso me puso aún más nerviosa, aunque mi doctora dijo que iba a tener a las bebés por parto natural, pero ya había escuchado la platica de otras madres diciendo cuanto dolería. Es un hecho que no mintieron cuando dijeron que el parto dolería como el infierno, pero me sentí como en el cielo cuando escuche llorar a mis bebés, escuchar el llanto inundando la sala fue como un aliento de vida y un poco más de paz en este momento, obviamente con ello conseguí un poco más de fuerza para tener a la próxima bebé.

Debo de confesar que el cuarto de las niñas está pintado de un color rosado pastel bastante tierno, no diré que lo escogí solo porque eran niñas, sino también porque me pareció un color bastante bonito, además cuando sean grandes podrán decidir de qué color desean pintar su cuarto, y debo de admitir que aceptaré si desean pintarlo de negro aún si no es de mi agrado, pero pues cada quien verdad. Las repisas de la habitación están llenas de los regalos de Hugo y Leah, y uno que otro de mi querida suegra, debo de admitir que las niñas tienen un montón de juguetes, he de mencionar que Chelsea ama un pequeño pollito que le regalo Hugo, y por otro lado Bonnie ama una pequeña vaquita que le trajo su tía. Debo de confesar que esas tres personas nos visitan, pero nosotros somos lo menos importante en las visitas, ya que el protagonismo es de nuestras pequeñas dulzuras que son preciosas.

Mis pequeñas bebés son idénticas a su padre, cabello rubio, piel pálida, ojos azules, aunque los ojos de ellas son bastante oscuros, veremos si se vuelven color miel, aunque para ser sincera dudo mucho que tengan algo de mí. Digamos que me sentí un poco celosa al ver que mis pequeñas niñas se parecen demasiado a su padre, pero he de mencionar que las amo igual porque son mis hijas y son adorables, y tengo claro que todo padre dice lo mismo de sus hijas, pero yo no miento cuando digo que mis hijas son las más preciosas del planeta. Mis preciosas gemelas siguen durmiendo y es un alivio porque hoy en especial me costo dormirlas demasiado, quizás sea porque su padre no estuvo hoy para dormirlas, mi esposo ha sido de mucha ayuda en estos cinco meses porque nunca a dejado todo el trabajo de cuidar a las niñas sobre mí, en realidad siempre me ayuda.

El cansancio de estos cinco meses ha sido demasiado, pero no me quejaré realmente por ello, ya que nunca cambiaria a mis preciosas bebés por nada del mundo. Los primeros días de escuchar a las bebés llorar fue un completo desastre confieso que tenía ganas de llorar junto a ellas, y Adam estaba como que rayos tengo que hace para poder ayudarte, fue un día de bastante aprendizaje para nosotros, pero logramos dormir a nuestras hijas y todo fue mejor. Confieso también que he tenido el deseo de adoptar un gato, pero considero que no es el momento para hacerlo mis hijas son muy pequeñas y tampoco quiero hacerles creer que ese pequeño ser será uno más de sus juguetes, seguramente tendré un gato cuando estén un poco más grandes. Escucho las llaves de la puerta y espero que mi querido esposo no haga demasiado ruido o dormirá en el sofá esta noche. Dejo a las niñas durmiendo plácidamente mientras salgo de su recamara para poder recibir a mi esposo.

—Hola, cariño—lo saludo cuando lo veo entrar en la sala—¿Cómo te fue?

No diré que parece que fue algo realmente fácil la oficina porque su cara me dice todo lo contrario, pero se que mi esposo fue muy capaz de hacer que las cosas mejorar de una manera extraordinaria porque sabe como hacer las cosas bien, así que no debo de preocuparme, quizás debería de preocuparme un poco por Hugo que seguro quería matar a muchos en la oficina este día. Bueno, el trabajo casi nunca es tan fácil como parece porque siempre hay un nuevo obstáculo a superar en cada cosa que haces.

Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora